Después de la crisis nacional: los surcoreanos deciden el futuro de su país

Desde esta madrugada, aproximadamente 44 millones de surcoreanos han sido convocados a votar para elegir un nuevo presidente. La decisión sobre el sucesor del expresidente Yoon Suk Yeol, depuesto y acusado de traición, se considera una elección crucial. Su objetivo es poner fin a una crisis nacional que dura meses y es probable que tenga importantes repercusiones en las relaciones del país del este asiático con China y Estados Unidos, así como con Europa.

Según la Comisión Electoral Nacional, la participación electoral a las 11:00 a. m. hora local (4:00 a. m. CEST) fue del 18,3 %, más de dos puntos porcentuales superior a la de las últimas elecciones presidenciales celebradas a la misma hora en 2022. Los colegios electorales cierran a las 8:00 p. m. hora local (1:00 p. m. CEST). Poco después, se esperan las primeras proyecciones, que podrían revelar ya claramente un ganador. Según la agencia de noticias oficial de Corea del Sur , Yonhap, el ganador de las elecciones debería determinarse a la medianoche (5:00 p. m. CEST). El político de izquierdas Lee Jae Myung es considerado el favorito.

En Corea del Sur, el presidente es elegido por voto directo con mayoría simple. Tiene amplios poderes: no solo encabeza el gobierno, sino que también es el comandante en jefe de las fuerzas armadas. También puede emitir decretos presidenciales, por ejemplo, para determinar la aplicación específica de leyes concretas. A diferencia de muchos otros países, el presidente en Corea del Sur solo puede ejercer el cargo por un único mandato de cinco años.

El político de izquierdas Lee Jae Myung (60) lideraba con un margen claro las encuestas finales previas a las elecciones. Este ex abogado de derechos humanos con inclinaciones populistas ha sido apodado en el pasado como el " Bernie Sanders surcoreano" por los medios de comunicación nacionales. Sanders se presentó dos veces a la nominación presidencial demócrata por Estados Unidos con políticas consistentemente izquierdistas y socialdemócratas. El sentido de justicia social de Lee Jae Myung también se atribuye a una infancia difícil: creció en la pobreza y, en su adolescencia, tuvo que ganarse la vida en fábricas bajo condiciones laborales de explotación.

En su manifiesto electoral, Lee Jae Myung aboga por la expansión de las energías renovables, el fortalecimiento de los derechos de los trabajadores y un acercamiento en política exterior con China y Corea del Norte. "La era de la agitación interna aún no ha terminado. Nuestra sociedad sigue sumida en el caos y la desconfianza", escribió Lee en redes sociales esta mañana, en alusión a la crisis nacional de Corea del Sur de los últimos meses. Solo las elecciones pueden poner fin a la agitación y dar paso a una nueva era de esperanza, continuó Lee.

Su oponente, Kim Moon Soo, de 73 años, creció en la pobreza, al igual que Lee Jae Myung. De estudiante, simpatizó con el comunismo e incluso estuvo en prisión durante un tiempo como activista por los derechos de los trabajadores. Al presenciar la caída de varios estados comunistas en las décadas de 1980 y 1990, afirma haber abandonado su visión izquierdista del mundo. Kim ahora defiende posturas ultraconservadoras.

Exige una postura firme contra Corea del Norte y ha abogado regularmente por el despliegue de armas nucleares tácticas estadounidenses en territorio surcoreano. En el ámbito económico, promete desregulación para las empresas, pero al mismo tiempo enfatiza la importancia de las prestaciones sociales para los grupos desfavorecidos.

Estas elecciones presidenciales son de particular importancia porque marcan el fin de una crisis nacional que ha durado varios meses. A principios de diciembre, el expresidente Yoon Suk Yeol declaró inesperadamente la ley marcial. El exfiscal justificó esta medida radical, entre otras cosas, alegando que la oposición de izquierda estaba infiltrada por fuerzas comunistas y antiestatales. No presentó ninguna prueba que respaldara estas acusaciones.

Aunque la ley marcial fue declarada inválida por votación parlamentaria tras apenas unas horas, el país se sumió en una profunda crisis nacional con un persistente vacío de poder. En abril, Yoon fue finalmente destituido por el Tribunal Constitucional; este hombre de 64 años se encuentra actualmente en juicio por alta traición.

La crisis no es solo de carácter interno: Corea del Sur ha atravesado recientemente una situación económica difícil. En el primer trimestre, el producto interior bruto surcoreano se contrajo un sorprendente 0,2 %. Además, la amenaza de aranceles del presidente estadounidense Donald Trump empaña las perspectivas económicas del país exportador.

Después de la Guerra de Corea (1950-53), el país experimentó un ascenso impresionante: económicamente, pasó de ser un estado agrícola desesperadamente pobre a una nación líder en industria y alta tecnología y, políticamente, la antigua dictadura militar se transformó en una de las democracias más vibrantes de Asia.

En todas las industrias clave del país, desde semiconductores hasta automóviles y construcción naval, la competencia china amenaza el antiguo dominio surcoreano. Por último, pero no menos importante, el país a orillas del río Han debe afrontar la amenaza a la seguridad que representa Corea del Norte, que ha modernizado rápidamente su programa nuclear en los últimos años.

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