En medio de la ceremonia de la copa, Donald Trump le roba a las estrellas del Chelsea su triunfo de celebración.

En la ceremonia de entrega de trofeos, otra persona se roba la atención: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Luego, junto con Infantino, alzó el enorme trofeo hacia el equipo del Chelsea para entregárselo al capitán Reece James. En este punto, la tarea del presidente estadounidense está prácticamente completa.

Ya sea fútbol, Fórmula 1 o fútbol americano, el procedimiento y la etiqueta en estos momentos son siempre los mismos. En cuanto el ganador tenga el trofeo, hay que desaparecer rápidamente. ¡El momento es de los jugadores!

Infantino lo sabe y se da la vuelta. Al notar que Trump no lo sigue, intenta atraerlo. Pero el presidente estadounidense, obstinadamente, permanece de pie entre los jugadores, justo en medio de los atletas victoriosos que celebran su nuevo trofeo, aplaudiendo alegremente. Así, se inmortaliza en la foto de la victoria de los londinenses.

Infantino regresa a toda prisa, sonriendo, le susurra algo al oído a Trump y lo aparta discretamente. Es una escena vergonzosa. Las cámaras de televisión no muestran adónde desaparecen.