SpVgg Unterhaching: cimientos ruinosos

Cuando el director de un club deportivo anuncia, tras dos horas y media, que todas las tarjetas expuestas deben contarse individualmente, es lógico que se escuche un murmullo en la sala. "Bueno, no sirve de nada", dijo Peter Wagstyl tras la advertencia de su apuntador, miembro del consejo de supervisión y abogado Dirk Monheim, de que el asunto podría acabar siendo legal. Así que el vicepresidente del SpVgg Unterhaching contó: "Sesenta y seis, sesenta y ocho, setenta...". Es dudoso que los resultados fueran siempre exactos.

En una ocasión, el total de 78 votos a favor, 25 en contra y 18 abstenciones fue de 124, no de 121, a pesar de que previamente se habían contabilizado 137 socios. Lo significativo de este recuento múltiple fue que a nadie en el club se le ocurrió ayudar a Wagstyl, ya que habría sido mucho más rápido y preciso. Pero muchos de los responsables estaban obviamente absortos en sus propios pensamientos. El presidente Manfred Schwabl, por ejemplo, inicialmente había pedido "fuego a discreción" ante el descenso del club de tercera división y su bajo rendimiento en los últimos tiempos. Hacia el final, pareció como si le hubieran dado una bofetada, aunque su postura claramente no estaba sujeta a debate. El comité ejecutivo fue reelegido con un voto en contra y presumiblemente 14 abstenciones.

El punto del orden del día, "Discusión", se alargó casi tanto como un partido de fútbol. De hecho, se abordaron varios problemas deportivos, como la destitución del entrenador Heiko Herrlich en invierno (según Manfred Schwabl, el detonante fue la exclusión prevista de dos jugadores clave de la copa de la asociación) o la deficiente planificación de la plantilla. La afición criticó que el hijo del presidente, Markus Schwabl, fuera director deportivo y jugador. Sin embargo, es improbable que la revisión solicitada por el club tenga consecuencias importantes: la doble función se mantiene.

La situación se tensó un poco cuando la gestión de la Junta Directiva para el ejercicio 2023/24 pareció peligrar brevemente; finalmente, se cerró con las cifras mencionadas. El recuento fue tan preciso porque faltaban otras cifras, concretamente las del informe financiero de la temporada 2023/24, a pesar de que ya había pasado un año. El tesorero Dirk Matten explicó que, tras la Junta General Anual de la GmbH seis días antes, «aún quedaban algunos puntos por considerar» y que debían cumplirse los plazos de objeción. Simplemente explicó que las pérdidas del club habían disminuido de 526.000 € en 2023 a 261.000 €. El socio Manu preguntó entonces: «Si no ven las cifras, si no están disponibles los estados financieros anuales, ¿pueden destituir a un Presídium?». A partir de entonces, se desató un frenético susurro entre los miembros de la Junta Directiva y el Consejo de Supervisión. Matten respondió con un "no" a la pregunta central de la noche, a saber, si el eV estaba en riesgo debido a las deudas de la KgaA. Las pérdidas del balance de la KgaA ascienden a 14,6 millones de euros.

El club dejó claro que "no somos un equipo de tercera división en este momento" (Schwabl) y que ahora deben empezar "desde cero", lo que significa que ni siquiera un regreso inmediato a la liga es realista. No obstante, el club tiene la intención de mantener su plan de comprar el estadio al municipio por 7,56 millones de euros. Schwabl indicó que puede contar con el apoyo de su socio, el FC Bayern, ya que su equipo femenino planea albergar partidos de la Liga de Campeones en el polideportivo en el futuro. Sin embargo, actualmente el club no parece poder aumentar el precio de compra. El comité ejecutivo también es consciente de que el estadio necesita reformas importantes.