Congelación de alimentos: duración, vida útil, consejos – con tabla

Congelar alimentos es una forma sencilla de prolongar su vida útil, aprovechar las sobras y ahorrar dinero. Ya sean comidas preparadas, salsas, frutas y verduras frescas, carne, huevos o pan, si sigues algunas reglas básicas, no tendrás que renunciar al sabor, las vitaminas ni los nutrientes.
- Evita el desperdicio de alimentos : Congelar las sobras o los ingredientes sobrantes significa que menos comida termina en la basura; esto ahorra recursos y protege el medio ambiente.
 - Manejo sostenible de alimentos : Los productos de temporada, como manzanas, patatas o verduras, pueden comprarse en mayores cantidades y congelarse. Esto permite un aprovechamiento óptimo de la oferta estacional, reduce los residuos de envases y acorta las rutas de transporte.
 - Variedad de temporada durante todo el año : La congelación mantiene las frutas y verduras frescas y disponibles durante más tiempo, sin depender de productos importados.
 - Preparar comidas con antelación es muy fácil : Cocinar las comidas con antelación y congelarlas en porciones individuales ahorra tiempo y estrés en el día a día. Las sobras se pueden servir directamente en platos o cuencos y recalentar o cocinar fácilmente más tarde.
 - Ahorrar dinero como efecto secundario positivo : Quienes compran con un propósito, aprovechan las sobras y desperdician menos no solo protegen el medio ambiente, sino también sus bolsillos.
 
No todos los alimentos son igual de aptos para congelar. Aquí tienes una descripción general de los grupos de alimentos más comunes y algunos consejos prácticos:
Verduras: Escaldarlas brevemente antes de congelarlas desactiva las enzimas que pueden degradar el color, el sabor y las vitaminas. El brócoli, las zanahorias, las judías verdes y los guisantes son especialmente recomendables para este método. Las variedades delicadas, como la lechuga o los pepinos, suelen perder su textura tras la descongelación.
Fruta: La mayoría de las frutas, como las bayas, las manzanas o las uvas, se pueden congelar crudas. Para batidos o postres, lo mejor es dividirlas en porciones directamente en bolsas o recipientes aptos para congelar. Los plátanos o los melocotones se deben cortar en rodajas.

Carnes y aves: Congelar frescas: los filetes, las pechugas de pollo o la carne picada se conservan bien en recipientes o bolsas para congelar. No volver a congelar después de descongelar a menos que se cocinen completamente de inmediato.
Pescado: Congelar crudo o cocinado, idealmente en porciones y en envases herméticos. El pescado con alto contenido en grasa (por ejemplo, el salmón) debe consumirse en pocos meses.
Pan, pasteles, tartas, masa cruda: fáciles de porcionar, ideales para una conservación prolongada. Las tartas y pasteles también se pueden congelar: córtelos en porciones con antelación y envuélvalos herméticamente.
Huevos: Los huevos crudos se pueden batir o congelar por separado; separe las claras y las yemas en recipientes o bolsas para congelar. Los huevos duros pierden su sabor al congelarse.
Patatas: Las patatas crudas se pueden congelar después de escaldarlas, al igual que el puré de patatas o las patatas precocidas. Sin embargo, las patatas frescas no deben congelarse, ya que esto las vuelve blandas y les da un sabor dulce.
Comidas preparadas y sobras: sopas, guisos, cazuelas o comidas caseras se pueden envasar, racionar y congelar fácilmente. Ideales para preparar comidas con antelación o para comidas rápidas.
Yogur y otros productos lácteos: Delicados; pueden quedar grumosos o aguados tras la descongelación. Es mejor usarlos directamente en las recetas. Precaución: ¡Nunca congele leche ni otros líquidos en frascos dentro de sus envases originales!
Elegir los recipientes adecuados para la congelación es crucial para la calidad y la vida útil:
- Bolsas para congelar : Ideales para porciones individuales, permiten ahorrar espacio al almacenarlas.
 - Recipientes de plástico o vidrio : herméticos, reutilizables y fáciles de limpiar. En el caso de los recipientes de vidrio, asegúrese de que haya suficiente espacio para que el líquido se expanda.
 - Papel de aluminio o film transparente : Adecuado para alimentos delicados.
 
Consejo: Etiqueta siempre los alimentos congelados con el contenido y la fecha; así podrás controlarlos y ver de un vistazo cuánto tiempo llevan congelados.
La vida útil de los alimentos congelados depende de varios factores, principalmente la temperatura, el envase y el tipo de alimento. En general, cuanto más constante y fría sea la temperatura de almacenamiento (idealmente -18 grados Celsius o menos), mejor se conservarán el sabor, el color y los nutrientes.
La siguiente tabla ofrece una visión general de los alimentos más comunes y cuánto tiempo se pueden mantener congelados, si están envasados herméticamente:
Comestibles  | durabilidad  | 
|---|---|
carne de res  | 9–12 meses  | 
cerdo  | 4–7 meses  | 
aves de corral  | De 2 a 10 meses  | 
Pez  | 2–4 meses  | 
Huevos (crudos, sin cáscara)  | 8–10 meses  | 
Verduras  | 6–12 meses  | 
Hierbas  | 8–10 meses  | 
Fruta  | 8–12 meses  | 
Pan y bollos  | 1–3 meses  | 
Pasteles, tartas y bollería  | 2–5 meses  | 
Comidas preparadas  | 3–6 meses  | 
Consejo: Incluso los alimentos congelados no se conservan indefinidamente, así que revisa tu congelador con regularidad y usa primero los alimentos más antiguos (siguiendo el principio de "primero en entrar, primero en salir"). Una lista también te ayudará a saber qué tienes.
Los siguientes pasos te ayudarán a congelar los alimentos de forma óptima:
- Preparación : Lavar, cortar o picar los alimentos; blanquear las verduras si es necesario y dejarlas enfriar. Batir los huevos crudos antes de congelarlos.
 - Envasado : Verter en recipientes, bolsas o cuencos aptos para congelar, extraer el aire y cerrar la tapa.
 - Etiqueta : Marcar con contenido y fecha.
 - Congelación : Colocar inmediatamente en el compartimento del congelador o en el congelador a una temperatura estable de -18 °C o más fría.
 
Hay algunas cosas a tener en cuenta no solo al congelar, sino también al descongelar alimentos congelados.
- Refrigerador : Los alimentos delicados como la carne, el pescado o los huevos siempre deben descongelarse en el refrigerador para evitar el crecimiento bacteriano.
 - Temperatura ambiente : El pan, la fruta o las verduras se pueden descongelar de forma segura a temperatura ambiente.
 - Calentar directamente : Las comidas preparadas se pueden calentar completamente en el microondas o directamente sobre la estufa en una olla o en un plato.
 - Recoger los líquidos : Los alimentos descongelados pueden liberar jugo; esto ayuda a prevenir la contaminación cruzada.
 - No volver a congelar : Después de descongelar, solo vuelva a congelar si el alimento se va a cocinar completamente.
 
Finalmente, aquí tenéis algunos consejos para congelar los alimentos de forma más eficiente:
- Planifique las porciones con anticipación: congele las sobras en porciones individuales; esta es la mejor manera de almacenar sopas, salsas, pan o bayas para batidos.
 - Prioriza la frescura: Congela los productos frescos lo antes posible después de la compra para preservar su aroma, color y nutrientes.
 - Aprovecha bien el espacio: congela los alimentos planos (por ejemplo, en bolsas). Esto ahorra espacio y facilita el apilamiento posterior. Los recipientes de plástico o similares se pueden apilar fácilmente uno al lado del otro o uno encima del otro, lo que garantiza orden y claridad.
 - Ahorra energía : «Bien lleno, pero no sobrecargado»: esto permite que el aire circule en el congelador y mantiene una temperatura estable. Los pequeños espacios vacíos se pueden rellenar con pan o cubitos de hielo según sea necesario, sin obstruir la circulación del aire.
 - Ordene con regularidad: “Ojos que no ven, corazón que no siente” – incluso los alimentos congelados deben revisarse de vez en cuando para que no se olvide nada.
 
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