Cumbre de la OTAN | Una cumbre para Trump

Trump da la orden, la OTAN la sigue. Como era de esperar, la alianza militar occidental decidió en su cumbre de La Haya aumentar drásticamente el gasto militar de los estados miembros hasta el 5% de su producto interior bruto. El presidente estadounidense, Trump, había amenazado con retirar a su país de la OTAN si no se cumplía el acuerdo. Un escenario que alarmó a los europeos dependientes y los hizo ceder.

El nuevo refuerzo militar fue especialmente bien recibido en Europa del Este. «Debemos devolver a la OTAN su antigua grandeza», comentó el presidente lituano Gitanas Nausėda. Junto con los demás países del llamado Flanco Oriental, Lituania pretende erigir un nuevo Telón de Acero a lo largo de la frontera rusa, con una franja letal de minas terrestres prohibidas internacionalmente. El canciller alemán, Friedrich Merz, citó la amenaza rusa como motivo del abismo militarista. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, considera que la inyección de fondos es solo el comienzo. Ahora, afirmó Rutte, la economía de guerra debe expandirse rápidamente.

Sin embargo, no todos los países de la OTAN quieren participar en la nueva carrera armamentística. Junto con Eslovaquia, España es uno de los principales opositores a la medida del 5% de gasto.

Incluso antes de la cumbre, era evidente que Ucrania desempeñaría un papel secundario, a pesar de la presencia de Volodímir Zelenski. El país solo se mencionó una vez en la declaración final, en relación con un mayor apoyo. El presidente de la OTAN, Rutte, afirmó que esperaba recibir 50 000 millones de euros en armas para Ucrania este año. Sin embargo, parece que ya no se confía en una victoria contra Rusia. Tanto Merz como el presidente francés, Emmanuel Macron, insinuaron que la guerra no se decidirá en el campo de batalla. Con ello, los europeos volverían a complacer a Trump, quien describió la situación en Ucrania como "completamente fuera de control" y pidió una mayor implicación.