Los líderes del G7 se reúnen en un entorno pintoresco de las Montañas Rocosas canadienses.

A su llegada a Canadá para la cumbre del G7, el canciller alemán Friedrich Merz fue recibido por un hombre con un tocado de plumas. El motivo: la sede de la conferencia, Kananaskis, en las Montañas Rocosas, se encuentra en el asentamiento tradicional de los pueblos indígenas. Los anfitriones canadienses lo enfatizaron con insistencia, destacando que los pueblos indígenas han vivido en la región "desde tiempos inmemoriales". Por lo tanto, representantes de las Primeras Naciones —un término colectivo para varios pueblos indígenas— estuvieron presentes cuando los jefes de Estado y de Gobierno aterrizaron en el aeropuerto de Calgary.
Kananaskis se encuentra en la provincia de Alberta, a aproximadamente una hora en coche de Calgary, en una popular zona recreativa y vacacional con pintorescas montañas. Tiene muy pocos habitantes: el censo de 2021 registra una población de 156 habitantes. La zona es conocida por sus espectaculares paisajes naturales y su fauna, como osos y pumas. Incluso se pueden avistar suricatas y ciervos en los terrenos del centro de prensa del G7 en la ciudad turística de Banff, a unos 40 kilómetros al noroeste de la cumbre en línea recta.
Los jefes de Estado y de Gobierno del G7 se reúnen en el Pomeroy Kananaskis Mountain Lodge. El hotel albergó una cumbre del grupo de estados en 2002; por aquel entonces, todavía se llamaba G8, y el presidente ruso, Vladímir Putin, también estuvo presente. Su país obtuvo entonces la membresía de pleno derecho. «Lo que entonces vimos como una oportunidad para la paz, como todos sabemos, resultó ser una gran ilusión», declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordando el pasado.
El Hotel Summit se construyó originalmente para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. Los juegos se celebraron en Calgary, pero algunas competiciones también se celebraron en Canmore, al noroeste de Kananaskis.
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