Programa nuclear iraní | Irán: ¿Es posible lograr lo aparentemente imposible?

El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Aragchi, confirmó el martes que había recibido de su homólogo omaní los elementos esenciales de un acuerdo con Estados Unidos, información que hasta el momento se ha mantenido en secreto. Aragchi afirmó que se daría una respuesta proporcionada, acorde con los intereses nacionales de Irán. La portavoz del presidente estadounidense Trump declaró a los medios estadounidenses que la propuesta era detallada y aceptable. A Irán le interesaba aceptar la propuesta estadounidense .

Pero un acuerdo seguiría siendo un pequeño milagro. Teherán insiste en usar energía nuclear para generar electricidad. El mediador estadounidense Steven Witkoff y el presidente Trump, junto con numerosos senadores republicanos y el gobierno israelí, han dejado claro que cualquier forma de enriquecimiento de uranio iraní es inaceptable y se detendrá por medios militares si es necesario.

De hecho, como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), Irán tiene prohibido poseer o producir armas nucleares. Bajo el entonces shah Mohammad Reza Pahlavi, Irán se convirtió en uno de los primeros signatarios en 1968. El país estableció su propio programa nuclear en la década de 1960. Sin embargo, en las últimas décadas, han aumentado las dudas sobre su uso civil. Esto sigue dificultando las negociaciones en la actualidad.

Jamenei rechaza los ataques estadounidenses

El Líder Supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, rechaza todas las afirmaciones del gobierno estadounidense. "¿Por qué interfieren en la cuestión de si Irán debe enriquecer uranio o no?", preguntó a Estados Unidos en un discurso transmitido por la televisión estatal el miércoles. La independencia de Irán significa que el país "no espera la luz verde de Estados Unidos". La clave de la tecnología nuclear es el enriquecimiento de uranio, continuó Jamenei, "y nuestros enemigos quieren impedirlo precisamente para socavar nuestra independencia y nuestro potencial científico".

La administración Trump ahora pretende resolver este conflicto irreconciliable mediante el establecimiento de un consorcio regional de enriquecimiento de uranio. Varias fuentes de la Casa Blanca confirmaron a la plataforma de noticias Axios que Arabia Saudita y otros países también podrían participar en dicho proyecto, que sería supervisado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Según el plan estadounidense, Irán seguiría sin poder enriquecer su propio uranio, y sus reservas de uranio existentes se limitarían a un nivel máximo de enriquecimiento del tres por ciento. Según Axios, también se cerrarían los búnkeres donde se reubicó el programa nuclear iraní para protegerse de los ataques aéreos israelíes.

Si Irán cumple con las obligaciones del acuerdo a satisfacción del gobierno estadounidense y del OIEA, el mediador estadounidense Witkoff propondría el levantamiento de las sanciones occidentales contra Irán. La propuesta es en gran medida similar al acuerdo firmado por el presidente Obama en 2015, del que Donald Trump se retiró tres años después .

Teherán muestra sus músculos

Witkoff describe el plan como un conjunto de ideas preliminares que se debatirán en la sexta ronda de negociaciones. Sin embargo, círculos gubernamentales de Teherán ya expresaron críticas discretas el martes sobre el mecanismo poco claro para la flexibilización de las sanciones.

Desde el fin de semana, Teherán sigue bajo presión: el Organismo Internacional de Energía Atómica, con sede en Viena, advirtió que la cantidad de material apto para armas en manos iraníes había aumentado en un 50 por ciento en un corto período de tiempo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní rechazó con indignación el informe del OIEA , alegando que se basaba en documentos falsificados del gobierno israelí. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, instó el lunes a la comunidad internacional a actuar con rapidez. El primer ministro israelí y sus socios de coalición de extrema derecha llevan años exigiendo la destrucción de los búnkeres subterráneos donde se lleva a cabo gran parte de la investigación nuclear y el procesamiento de uranio de Irán.

Teherán parece confiar en la victoria en caso de guerra. Durante el fin de semana, se desplegaron decenas de misiles de largo alcance ante las cámaras de la televisión estatal. La exhibición formaba parte de un ejercicio militar que supuestamente ensayaba un ataque contra el cuartel Nevatim del ejército israelí. Esta importante base en el desierto del Néguev ya había sido alcanzada por misiles iraníes el año pasado.

Muchos en Oriente Medio ven ahora las conversaciones nucleares mediadas por Omán e Italia como una oportunidad para evitar una guerra regional. En la última reunión de delegaciones en Roma, aún existía optimismo respecto a que un acuerdo con Irán también pondría fin al sufrimiento en Gaza.

El experto alemán en Oriente Medio Carsten Wieland, quien fue asesor de la ONU sobre Siria y analiza frecuentemente el papel de Irán en la región, critica la amenaza de guerra contra Irán. "Estratégicamente, podría ser más efectivo para Irán en este momento tener 'casi' la bomba nuclear. Un avance técnico en el enriquecimiento resultaría automáticamente en un ataque israelí y sanciones más severas. Actualmente, Teherán busca un acuerdo con Riad y otros países de la región", afirma Wieland. Teme que "las constantes amenazas de ataque puedan impulsar a Irán a construir una bomba nuclear que el régimen en realidad no desea".

Sin embargo, el político libanés Marwan Abdallah advierte que un acuerdo deficiente con Teherán y el levantamiento de las sanciones podrían provocar el regreso de Hezbolá. Aboga por integrar primero a los aliados de Irán en el Líbano en el ejército y la policía. «Un acuerdo con el régimen de Teherán demasiado rápido reactivaría el flujo interrumpido de dinero desde Teherán», afirma Abdallah. «Hezbolá aprovecharía la continua ocupación israelí de varias localidades del Líbano y Siria para restablecerse como un movimiento de resistencia legítimo».