Una propuesta costosa: ¿recompensa para los pasajeros premium?

Clase ejecutiva suiza Foto: Swiss/Claudia Link
Ocho países, entre ellos Francia, España y Kenia, han formado una coalición solidaria para introducir un impuesto a los pasajeros aéreos de clase superior. La IATA ve amenazada a toda una industria. ¿Qué opina?
Puede que la importancia de las Naciones Unidas esté disminuyendo en momentos como estos, pero eso no significa que deje de reunirse en lugares hermosos. La Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre la Financiación para el Desarrollo se celebró en Sevilla a finales de junio, lo que impulsó a Barbados, Benín, Sierra Leona, Somalia y Antigua y Barbuda, junto con Francia, España y Kenia, a formar una "Coalición de Solidaridad de la Aviación para Aerolíneas Premium".
Gravar a los ricosCon el apoyo de la Comisión Europea y el Grupo de Trabajo Global Solidarity Taxes (GSLTF), la coalición busca recaudar fondos para la protección del clima y el desarrollo sostenible mediante la introducción de un impuesto a las aerolíneas premium, es decir, a los pasajeros de primera clase y clase ejecutiva, así como a los aviones privados. Esta idea, basada en el controvertido lema "Impuestos a los ricos", surgió del GSLTF, un grupo independiente de expertos que formula recomendaciones para la aplicación de impuestos solidarios a los sectores que contribuyen significativamente a las emisiones de CO2. Por ello, el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento a todos los participantes de la conferencia: "Necesitamos que quienes se han beneficiado de la globalización contribuyan más a la financiación. Insto a todos los países posibles a unirse a este marco internacional".
Quienes consideren radical la idea de exprimir un poco más de dinero a los viajeros de alto nivel deberían considerar que tan solo el uno por ciento de la población mundial es responsable de más de la mitad de las emisiones de CO₂ de la aviación comercial. Al mismo tiempo, los viajes premium han crecido significativamente en los últimos años, con un aumento del 46 por ciento en las emisiones de la aviación privada entre 2019 y 2023. El sector de la aviación es responsable de más del 2,5 por ciento de las emisiones de CO₂ generadas por el hombre y sigue siendo uno de los sectores emisores de gases de efecto invernadero de más rápido crecimiento. Sin embargo, el combustible para aviones, especialmente para vuelos internacionales, está mayoritariamente exento de aranceles e impuestos. En los países del G20, el precio medio del combustible para aviones en 2021 fue de 9 € por tonelada de CO₂, en comparación con los 79 € del diésel y los 68 € de la gasolina.
La IATA advierteActualmente es difícil predecir la cuantía de dicho impuesto para las aerolíneas premium, ya que todos los países que aún no gravan el combustible de aviación (por ejemplo, Alemania) tendrían que considerarlo primero. Además, habría que tomar decisiones sobre los impuestos escalonados para los billetes, las tarifas para viajeros frecuentes y el nivel del impuesto sobre el combustible para aviones privados. Todos estos procesos requieren tiempo. Los expertos del GSLTF estiman que un impuesto global para las aerolíneas premium podría generar 78 000 millones de euros anuales. Miles de millones que podrían destinarse a proteger el clima y, sobre todo, a compensar a quienes más sufren las consecuencias del cambio climático.

La respuesta de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) no se hizo esperar. El director general de la IATA, Willie Walsh, lo calificó como un duro golpe para los esfuerzos de descarbonización de la industria. "La industria de la aviación es un catalizador económico, no una mina de oro". Walsh también cuestionó la validez del estudio del GSLTF, afirmando que "una industria de la aviación competitiva no genera ganancias excesivas" y que el valor estimado de un impuesto a los vuelos premium es "aproximadamente tres veces el beneficio estimado de la industria de la aviación mundial de 32.400 millones de dólares en 2024".
(tu)
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