'Clavells': flores (marchitas) de un abril en Lisboa

- Autora Emma Riverola
- Dirección Abel Folk
- Escenografía e iluminación Paco Azorín
- Vestuario Patricia Monné
- Espacio sonoro Olga Santos
- Intérpretes Silvia Marsó y Abel Folk
- Lugar Teatro Goya, Barcelona
Un hombre y una mujer se reencuentran cincuenta años después de la Revolución de los Claveles. Él porta un ramo de flores; ella acaba de incinerar a su marido. Los tres -ella, él y el difunto- vivieron la ilusión lírica de aquel 25 de abril de 1974. Por un momento parece que se va a imponer la nostalgia. Se pide al público que coree 'Grandola vila morena' de José Afonso, contraseña musical del Movimiento de las Fuerzas Armadas que derribó la dictadura salazarista.
Nunca como en este momento la nostalgia es un error. Una trampa para esquivar la segunda parte de aquella incierta gloria de abril. De las revoluciones se acostumbra a evocar las secuencias heroicas de la libertad guiando al pueblo o el asalto al Palacio de Invierno; no se recuerda tanto la guillotina ni el gulag. Y ella, Violeta, va a recordarle a él, Javier, cómo la izquierda que pretendían encarnar fue un «quítate tú para ponerme yo»; la fraternidad que preconizaban un hueco eufemismo para embellecer la lucha descarnada por el liderazgo en un Partido que demonizaba la disensión. En aquel 'centralismo democrático' no cabían las mujeres, aunque sus masculinos mentores blasonaran de feministas. Eso explica que a Violeta le interese más la segunda parte de las utopías que engendran monstruos que el estribillo de la «terra de fraternidade».
Emma Riverola trabaja esa masa madre de desilusiones en 'Claveles'. Abel Folk es el político trepador y posibilista que encubre los silencios, mentiras y rencores partitocráticos con la bonita lírica del abril portugués. Silvia Marsó es esa Violeta que se creyó lo que pudo haber sido y no fue, hasta que vio truncada su carrera política por las jerarquías patriarcales de un impostado progresismo. Ambos habrán de enfrentarse a un pasado que los unió y los decepcionó: el tránsito amargo del idealismo hasta el pragmatismo. Marsó y Folk, que llevan muy rodada la pieza desde su estreno toledano en 2024, crean una atmósfera de complicidad que aporta verosimilitud a sus confesiones.
Estos 'Claveles' de Riverola se pudrirían en el nihilismo si no vindicaran la esperanza, último refugio de la izquierda desnortada a medio siglo de aquel abril portugués.
ABC.es