100 ideas Eno, el libro que disemina las huellas del pensamiento de un artista mutante

El próximo sábado, la videoteca y librería Séptimo Arte será sede y testigo participante de un evento que tiene al pensamiento como punto de partida. Y no precisamente cualquier pensamiento, sino el de una figura muy particular en la historia de la música pop anglosajona: Brian Eno.

El músico y artista multifacético, que formó parte de Roxy Music y luego se destacó como creador fuera de la norma y productor de grandes tanques de la industria (David Bowie, Talking Heads, U2 o Coldplay, entre otros), es una figura muy particular. Tan especial por la música que alumbró (es uno de los nombres fundamentales del ambient, por ejemplo) como por las ideas a las que llegó durante ese proceso de casi cinco décadas y contando.

Ese es el punto de partida de 100 ideas Eno, libro editado en conjunto por dos agentes culturales centrales para la ciudad de Rosario: la editorial Mal de Archivo y el colectivo musical Planeta X.

Publicado en 2024, este volumen es el resultado del trabajo de Aníbal Pérez, Franco Ingrassia, Manuel Schillagi y Emiliano Boero, cuatro amigos entusiastas de la música y el debate cultural. Fans no solo de la materialidad sonora del creador británico, sino también de sus diferentes intervenciones discursivas.

“Eno no es, en sentido estricto, un intelectual. No busca interpelar desde la elocuencia ni proyectar su pensamiento hacia una audiencia masiva. No le interesa ocupar ese lugar. Más bien, opera como un artista mutante, transdisciplinar, cuya obra y pensamiento se retroalimentan en una relación recursiva”, explica Aníbal Pérez.

Junto a sus tres compañeros, recopilaron una centena de conceptos y exposiciones del inglés y las compilaron en un libro tan entrañable como disparador. “Su figura recuerda, en ese sentido, a aquellas que disolvieron las fronteras entre hacer y pensar: (Marcel) Duchamp, (John) Cage, (Kazimir) Malévich. Pero también a otras formas de intervención más radicales, como las de Perón o Lenin”, apunta el también diseñador del pequeño y vibrante tomo.

“Hay momentos en que la teoría ya no basta, o resulta un marco demasiado angosto. Cuando alguien produce más que ideas, el título de “intelectual” ya no alcanza. Eno renuncia a él sin hacerlo explícito. Su pensamiento es un flujo: no se detiene, no se cristaliza. Se manifiesta en el movimiento mismo”, destaca luego Pérez.

“Eso marca una diferencia sustancial con quienes piensan desde una plataforma estable. En Eno, toda idea es una figura en tránsito”, reconoce el compilador. Para él, de hecho, uno de los ingredientes centrales de la gestación de este proyecto fue la existencia de un vasto material de entrevistas y testimonios en diferentes situaciones.

“Eno hizo de la entrevista una forma de expresión artística. No la trata como un instrumento de difusión, sino como parte activa de su obra. Lo que en otros es promoción, en él es integración. Hay una expresión que utiliza —'arte de integración’— que nos resultó especialmente precisa: todo lo que emite un artista hacia lo público debe formar parte de una misma constelación. Una metaobra”, sentencia luego, en una definición en la que se dibuja de fondo la referencia local de Daniel Melero.

“Desde esa lógica, cada conversación, cada entrevista, es una intervención estética y conceptual —apunta Pérez—. Por eso, en sus palabras, siempre hay algo por descubrir. Nada está de más”, insiste el rosarino, quien junto con sus tres compañeros de acción se encargaron de seleccionar y ordenar 100 cápsulas textuales que sintetizan y representan el modo en el que el británico procesa su entorno.

“Nos une hacia Eno un respeto profundo”, explica Pérez, quien asegura que “no se trata solo de estudiar lo que dice, sino de resonar con la forma en que lo dice”. En ese sentido, destaca el trabajo de recorte realizado junto con sus compañeros: “Son centenas de entrevistas, dispersas en décadas, atravesadas por lenguajes, contextos y soportes distintos. Esa abundancia habilitó una curaduría fina, paciente”.

“Entre la idea inicial y la publicación del libro pasaron varios años. Leímos, literalmente, cientos de entrevistas, que datan de los años setenta hasta la actualidad”, apunta a su turno Franco Ingrassia, otro de los compiladores.

“El archivo digital moredarkthanshark.org fue fundamental para esto. Nos repartíamos las entrevistas entre los cuatro e íbamos subiendo las ideas que detectábamos a un Drive. Y, posteriormente, las íbamos clasificando y traduciendo”, añade sobre la labor de selección paciente y colectiva de los 100 testimonios elegidos.

Además, destaca el “elige tu propia aventura” que significa la experiencia de lectura que propone 100 ideas Eno: “En relación con el ordenamiento de los fragmentos, decidimos que el orden secuencial del libro fuera aleatorio. Y luego propusimos una serie de ‘itinerarios de lectura’ (sobre arte, complejidad, cultura, escucha, sintetizadores, etcétera) que hilvanan distintas ideas que aparecen en el libro, habilitando lecturas no lineales”.

En ese sentido, Ingrassia destaca la posibilidad de “abrir el libro aleatoriamente en cualquier página”. De hecho, aporta un dato: la idea 91 incluida en este volumen dialoga con el formato elegido y la búsqueda del propio Eno por “vencer a la linealidad”.

“Eno habla de una publicación que estaba proyectando a principios de los ochenta”, apunta uno de los curadores. Y cita: “Dice que ‘La idea del libro es que, en lugar de atravesarlo de principio a fin, vos puedas recorrer el camino que te interese. En una página podés encontrarte con el eco de acontecimientos pasados. Digamos que te interesa profundizar una idea diferente, entonces vas a otra parte del libro. Lo que me gusta es que continuamente se podrán volver a cruzar los mismos caminos después de haber pasado por otras ideas, así que, presumiblemente, esa nueva lectura producirá una inflexión diferente. Vas a poder leer el libro de principio a fin, pero no vas a estar obligado a hacerlo’”.

Retoma Ingrassia: “Nos pareció tan convergente con la forma que estaba tomando 100 ideas Eno que decidimos usar ese fragmento también para imprimir en los señaladores que acompañan a la edición".

“Nuestra mayor expectativa y entusiasmo siempre estuvo en poder concretar el libro y poner sus ideas en circulación. Nunca pensamos en vender muchos libros, nos manejamos con una mentalidad amateur, de amor a la diseminación de las ideas críticas que contiene”, asegura a su turno Manuel Schillagi, el tercero de los editores implicados en el proceso y dueño de Mal de Archivo, librería y sello editorial detrás de este pequeño tesoro.

“Nos sorprende la gran circulación que está teniendo —acota el editor—, aunque siendo poco modestos sabíamos que traíamos a la luz un material que iba a interesar y que podía resonar en personas de diferentes ámbitos, edades y no sólo en los que ya conocían a Eno”, señala inmediatamente sobre el contenido depurado que presenta este libro que hoy llega a Córdoba para seguir expandiendo sus alcances.

Sobre el evento con el que la publicación desembarcará en Córdoba, Schillagi anticipa: “Esperamos pasar un buen momento con el público asistente, presentar las ideas de Eno y por qué no, a la luz de ellas, pensar críticamente nuestro propio presente cultural”. Tanto él como Ingrassia y Pérez estarán presentes este sábado en la esquina de Campillo y Roque Sáenz Peña. Junto con ellos, compartirá la instancia el periodista Germán Arrascaeta, interlocutor que promete sacarle el jugo a estos tres fanáticos de un creador único en su especie.

Mientras tanto, para 100 ideas Eno efectivamente “todo sigue acorde al plan”. Ese objeto que resume la visión de Eno en un centenar de “huellas” de su pensamiento se abre paso en medio de la incertidumbre y la desidia. En un contexto para nada sencillo, este homenaje romántico logra lo que se propuso en una primera instancia: abrir la puerta para salir a jugar con el pensamiento.

100 ideas Eno se presenta en Córdoba este sábado 5 de julio, a las 20. En la videoteca y librería Séptimo Arte (Roque Sáenz Peña 1423), el periodista Germán Arrascaeta conversa con tres de los editores de la publicación: Aníbal Pérez, Manuel Schillagi y Franco Ingrassia. Entrada libre y gratuita. Habrá ejemplares disponibles.