Detenido un matrimonio por explotar a una mujer en «semiesclavitud»

Engañada ya desde su país de origen, Paraguay, desde donde se trasladó a España con la promesa de un contrato laboral con unos ingresos con los que poder vivir ella y su familia. Así fue captada una mujer a la que un matrimonio llegó a explotar laboralmente durante tres años en condiciones de «semiesclavitud». Y de vida mejor e ingresos con los que poder salir adelante, nada de nada. Todo lo contrario: varios años de explotación laboral y después también sexual.
Así hasta que agentes de la Unidad de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (Ucrif) de la Policía Nacional detectaban a una víctima trasladada hasta Valladolid con embustes para hacerle trabajar en dos establecimientos hosteleros en jornadas maratonianas y por un sueldo que en buena parte tenía que dar a sus 'empleadores' para saldar la supuesta deuda contraída.
Asentados ya en la capital del Pisuerga, una paraje lograba captar y persuadir en el propio Paraguay a una mujer con la promesa de un trabajo digno en la hostelería si se trasladaba a España. Lo hicieron aprovechándose de «su extrema necesidad económica» y «ocultándole la condiciones laborales reales», pues lo que la mujer encontró a su llegada fue un trabajo en condiciones de «semiesclavitud» y «forzada» a pagar una supuesta deuda de 3.000 euros por los billetes para cruzar el Atlántico, «a pesar de que le habían informado de que financiarían su viaje desde Paraguay», según han informado desde la Policía Nacional. Llegó a pagar hasta 12.000 euros, cuatro veces más de lo que en un inicio le reclamaron.
Primero trabajó en un bar gestionado por un compatriota del matrimonio y en el que también estaba la pareja, lo que les permitían una «situación privilegiada» para su control. Trabaja 50 horas a la semana por 300 euros al mes, de los que debía abonar a la pareja 250 por la habitación que le facilitaban para vivir. A ella le quedaban para subsistir tan sólo 50 euros al mes, de los que de esa idea inicial de mandar algo de dinero a su país, nada de nada.
Con el tiempo, los «tratantes» se hicieron con el local y animaron a la mujer a seguir trabajando para ellos con la promesa de mejorar su situación y aumentar su remuneración. Lo hicieron en parte, aunque el calvario de la víctima no cesó y fue en aumento. Pasó a trabajar hasta 73 horas a la semana por 1.000 euros al mes. Eso sí, en cuanto recibía el sobre con el dinero, debía entregar a la mujer 600 euros en concepto de «amortización» de la deuda. Y de los 400 restantes, 250 los debía dar para el pago de su habitación, por lo que le restaban 150 euros mensuales para ella y su familia.
El «control» fue a más, hasta el punto de que gracias al aislamiento y dependencia económica en la que había caído, el varón aprovechó la situación de «vulnerabilidad» de la víctima para someterla a explotación sexual también con la falsa promesa de realizarle un contrato de trabajo. Con ese compromiso que nunca cumplió, ella accedió a sus requerimientos y llegó a mantener relaciones sexuales regularmente con el hombre durante más de un año, «solo motivada» por ese contrato «que nunca llegaba» para poder regularizar su situación en España y buscar otro empleo.
Una situación que se llegó a prolongar hasta tres años. El matrimonio y una tercera persona ya han sido detenidos. La pareja, en libertad tras prestar declaración ante el juez, está acusada de los delitos de trata de seres humanos y contra los derechos de los trabajadores. También por este último fue arrestada otra persona, en libertad tras pasar por Comisaría.
ABC.es