Detenido Vance Hoelter, el sospechoso de los atentados de Minnesota contra congresistas

La policía ha detenido en la noche de este domingo a Vance Hoelter, el hombre de 57 años sospechoso de los atentados contra dos congresistas estatales de Minnesota y sus cónyuges cometidos durante la madrugada de este sábado en las afueras de Minneapolis (Minnesota). Desde el momento de los atentados, las autoridades desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad para tratar de detener al sospechoso, que logró escapar tras un primer intercambio de disparos con la policía justo después de sus ataques.
El domingo por la tarde, Drew Evans, superintendente de la Oficina de Detención Criminal, dijo en una rueda de prensa que las autoridades encontraron muy temprano el domingo un coche que creían que estaba utilizando Boelter, a pocos kilómetros de su casa en Green Isle, en una zona rural a una hora al oeste de Minneapolis. También dijo que encontraron pruebas en el coche que eran relevantes para la investigación, pero sin dar más detalles. Añadió que habían recibido unas 400 posibles pistas de ciudadanos. El FBI había ofrecido una recompensa de 50.000 dólares a quien facilitase información que permitiese su detención.
Hoelter trabajaba en una empresa de seguridad fundada junto a su mujer llamada Praetorian Guard Security Services. La compañía transmite una imagen paramilitar. En el sitio web de la empresa, la esposa de Boelter figura como presidenta y consejera delegada, mientras que él figura como director de patrullas de seguridad.
“Vance Boelter ha participado en situaciones de seguridad en Europa del Este, África, Norteamérica y Oriente Próximo, incluyendo Cisjordania, el sur del Líbano y la Franja de Gaza”, dice su descripción en dicha página web. “Aporta una gran experiencia en materia de seguridad, forjada tanto por sus numerosas experiencias sobre el terreno como por su formación en empresas de seguridad privada y en el ejército estadounidense
En los atentados, la expresidenta demócrata de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido, Mark, fueron asesinados en su casa de Brooklyn Park. El senador estatal John Hoffman, también demócrata, y su esposa, Yvette, resultaron heridos en su domicilio de Champlin, a unos 15 kilómetros de distancia, en lo que el gobernador de Minnesota, Tim Walz, calificó como actos de violencia política.
Este domingo, la senadora por Minnesota Amy Klobuchar compartió un mensaje de Yvette Hoffman en la que expresaba su agradecimiento por el gran apoyo recibido. “John está pasando por muchas operaciones en este momento y cada hora que pasa está más cerca de salir del peligro”, dijo Yvette Hoffman en un texto que Klobuchar publicó en la red social X. “Recibió nueve disparos. Yo recibí ocho y ambos tenemos una suerte increíble de estar vivos. Estamos destrozados y devastados por la pérdida de Melissa y Mark. No tenemos palabras. No hay lugar para este tipo de odio político”.
La policía respondió el sábado a avisos de disparos en la casa de los Hoffman poco después de las 2.00 de la madrugada y encontró a la pareja con múltiples heridas de bala. Después de ver quiénes eran las víctimas, la policía envió agentes a la casa de Hortman. Allí se encontraron con lo que parecía ser un vehículo policial y un hombre vestido de policía en la puerta, que salía de la casa. “Cuando los agentes se enfrentaron a él, el individuo disparó inmediatamente contra los agentes, que respondieron al fuego, y el sospechoso se retiró al interior de la vivienda” y después escapó, según informó el sábado el jefe de policía de Brooklyn Park, Mark Bruley.
Las fuerzas del orden recuperaron varios rifles semiautomáticos dentro del vehículo del sospechoso. Medios estadounidenses señalaron que en el vehículo se encontró una lista de unos 70 potenciales objetivos entre los que estaban los dos legisladores atacados junto con otros congresistas demócratas, médicos y activistas en favor del aborto. Las autoridades fueron contactando con las personas que aparecían en el listado para ponerles sobre aviso. En esos papeles había algunas anotaciones, pero la policía aclaró este domingo que no se trataba de un manifiesto como tal.
En un clima de gran polarización y enfrentamiento, la violencia política se ha convertido en frecuente en Estados Unidos. El entonces candidato presidencial Donald Trump salió levemente herido de un atentado en Butler (Pensilvania) en julio del año pasado que estuvo a punto de costarle la vida. Las autoridades desmontaron un segundo intento de asesinato contra él en Florida semanas después.
En abril pasado, el gobernador de Pensilvania y estrella ascendente del Partido Demócrata, Josh Shapiro, sufrió un incendio intencionado en su residencia en Harrisburg.
Antes, en 2022, Paul Pelosi, marido de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, tuvo que ser hospitalizado tras ser agredido con un martillo en su casa de San Francisco por un hombre que quería atacar a la política demócrata.
Otros sucesos de violencia política tuvieron como víctimas a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, que fue secuestrada en 2020; el representante republicano Steve Scalise, tiroteado en un partido de béisbol en 2017, y la entonces congresista demócrata Gabby Giffords, que recibió un disparo en la cabeza en 2011.
Estados Unidos tiene una negra tradición de magnicidios y asesinatos políticos. Cuatro presidentes han sido asesinados en el ejercicio del cargo: Abraham Lincoln (1865), James A. Garfield (1881), William McKinley (1901), y John F. Kennedy (1963). Ronald Reagan sobrevivió a un intento de asesinato en 1981 y Theodore Roosevelt (1912), entonces expresidente, resultó herido mientras hacía campaña para regresar al cargo. Las autoridades han desbaratado muchos otros complots y planes de asesinato contra presidentes, incluidos George H. W. Bush, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, algunos de ellos en estado incipiente.
Congresistas federales y estatales, jueces, fiscales, gobernadores, alcaldes y líderes sociales engrosan la lista de víctimas de la violencia política, en la que están el senador Bob Kennedy y el líder de los derechos civiles Martin Luther King, ambos en 1968.
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