Kicillof y el frustrado deseo de ser arte y parte
El conflicto desatado por el cierre de listas en las tres grandes coaliciones que competirán en la elección del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires proyecta sus efectos sobre la oficialización, el 17 de agosto, de los candidatos a diputados nacionales para los comicios del 26 de octubre. Una de las consecuencias del desdoblamiento dispuesto por Axel Kicillof. Si las previó, probablemente no haya especulado con lo adversas que podían resultarle. Sobre todo por algunos detalles de su aparente plan original, puesto al descubierto por la inscripción de las listas de Fuerza Patria para el 7 de septiembre.
Ese trámite confirmó que Kicillof había anotado candidatos propios con otro partido mientras negociaba la inclusión de varios de ellos en Fuerza Patria. No deja de ser curioso que reclame tener allí arte y, particularmente, parte. Esa es la sigla que identifica al Partido del Trabajo y la Equidad (PARTE), de Alberto Fernández, el vehículo al que apeló para dar ese paso que hizo temer con una ruptura el 19 de julio, el último plazo de inscripción de los candidatos.
No está del todo claro si Kicillof notificó previamente a Cristina, Máximo y Sergio Massa de sus intenciones. Lo que sí parece seguro es que al gobernador le costará evitar que se lo compare con el expresidente. El argumento menos reivindicado entre los que lo impulsaron a desdoblar para emanciparse de Cristina. Fue necesario que Manuel Luaces desistiera legalmente del derecho a competir el 7 de septiembre para salvar la doble inscripción de varios postulantes.
Luaces es titular y apoderado de PARTE. El partido gracias al que Juan José Mussi se ufanó de ser previsor e inscribir antes que el resto una boleta de candidatos locales encabezada por él. El de Berazategui fue uno de los ochenta casos de intendentes que iban a presentarse como candidatos testimoniales sin asirse a las listas seccionales de Fuerza Patria. Los de Avellaneda, Jorge Ferraresi; Ensenada, Mario Secco; y Morón, Lucas Ghi, serían algunos de los casos más notables de una estrategia que difícilmente desconocieran la vicegobernadora Verónica Magario y Gabriel Katopodis.
El ministro de Infraestructura figuraba como candidato en las dos listas. La sospecha generalizada del kirchnerismo es que los intendentes ligados a Kicillof preveían distribuir con sus boletas locales las de los candidatos de “Somos Buenos Aires” en las ocho secciones electorales. Ese cuestionamiento se superpuso con la condición de candidatos testimoniales de Magario y Katopodis que puso en peligro que lideren las listas en la Tercera y Primera Sección.
Fueron las horas en las que Mariano Cascallares y Federico Achával pudieron sustituirlos. El intendente de Almirante Brown ocupa el cuarto lugar detrás de Magario para renovar la banca de diputado que no ocupó en los últimos tres años y medio. Al de Pilar le urge dejar atrás los vínculos con Jorge D’Onofrio, cuya investigación tienen pendiente de resolver tres cámaras federales. D´Onofrio está acusado de enriquecimiento ilícito y lavado de activos por su gestión como ministro de Transporte de Kicillof.
Claudia Pombo presidió el Concejo Deliberante de Pilar gracias a Achával, hasta que Kicillof le pidió la renuncia a D’Onofrio. Pombo está sospechada de ser cómplice en las supuestas maniobras delictivas del exministro, perpetradas con presuntos sobornos vinculados a fotomultas. D´Onofrio logró además que la Legislatura expropie en 2020 un predio de 12 hectáreas vinculado a un emprendimiento privado. La Justicia Federal suspendió la expropiación y rechazó el pedido de Achával para ser querellante en esa causa.
El municipio de Pilar ocupó tierras de ese predio. La expropiación se aprobó en 2020, cuando D´Onofrio era diputado. Achával fue excluido de la lista de candidatos a senadores en la Primera Sección. Julio Alak se anticipó a este estrépito antes del apagón que echó luz al cierre de listas. Un siniestro atribuido a Sergio Massa por su vínculo con Edelap, la distribuidora de energía del grupo Vila-Manzano al frente de la que ubicó a Jorge “El corcho” Rodríguez.
Pese a ser el intendente más cercano a Kicillof, el de La Plata vetó a Carlos Bianco para ser candidato a diputado por la Octava Sección. El ministro de Gobierno y el de Desarrollo, Andrés “El cuervo” Larroque, son sindicados por La Cámpora como los cabecillas de la torpe rebelión de Kicillof. Alak aspira a ser gobernador en 2027. Juan Archanco, de La Cámpora, encabeza la lista de diputados por la Octava Sección. Le siguen Lucía Iáñez y Juan Manuel Malpensi. Iáñez es la sobrina de Alak e intentará renovar su mandato. Malpensi está apadrinado por Rául Pérez, el influyente asesor de Massa en la Justicia bonaerense que habría logrado liberar a Julio “Chocolate” Rigau luego de ser detenido con 48 tarjetas de débito en su poder. Alberto Benavídez y Juan Villordo son los jueces de la Cámara de Apelación de La Plata con pedido de juicio político por ese fallo.
La Cámpora no solo se quedó con las 15 candidaturas de los cargos legislativos que precisa renovar. Aspira a resolver la mayoría de los 12 lugares en la lista de diputados nacionales que se inscribirá el 17 de agosto para competir el 26 de octubre. Una instancia a la que el gobernador llegará debilitado por su traspié. Nadie sabe si fue antes o después de ese oscuro desconcierto que Massa aprovechó para ofrecerle el partido Nuevos Aires a los excluidos de Somos Buenos Aires.
Nuevos aires estaría en poder de Gastón Duek, el aparente precursor de las fake news difundidas en campañas políticas a través de ejércitos de trolls. Nuevos Aires es la fuerza con la que volverá a competir en Tigre Nicolás Massot. Igual que su jefe, Emilio Monzó, vetado en Somos Buenos Aires por Juan Schiaretti, en una aparente continuidad del conflicto entre el exgobernador de Córdoba con Massa, cuando éste abandonó el peronismo federal en 2019 para aliarse con Cristina.
Schiaretti es el principal respaldo de Julio Zamora para que la Legislatura sea donde se dirima la puja de poder abierta en Tigre. El intendente es el primer candidato de Somos Buenos Aires. en la Primera Sección y Malena Galmarini la segunda de Fuerza Patria. Zamora ya batió a Galmarini con una boleta local en las PASO del 2023. La Junta Electoral de Unión por la Patria le impidió llevar de candidato a presidente a Massa.
Pero Nuevos Aires también prestará servicios a Maximiliano Abad para resolver la crisis con Evolución por el control de la UCR bonaerense. El senador nacional está enfrentado a la corriente que lideran Emiliano Giacobitti y Martin Lousteau. Evolución está enrolada en “Somos Buenos Aires.” Abad rechaza mantener la alianza con Guillermo Montenegro en General Pueyrredón. El intendente será candidato en la Quinta Sección por la alianza que integra el PRO pero monopoliza La libertad Avanza.
Igual que el de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, Montenegro desmiente ser candidato testimonial. Ambos insisten en que asumirán sus bancas. Nadie quiere confirmar que sea para acatar una orden de Karina Milei. A esa supuesta metamorfosis se le adjudica que Cristian Ritondo haya dejado de fumar. O al menos delante de Javier Milei. El Presidente no tolera el humo del tabaco. Tampoco la insubordinación al clan familiar como ya sabe Santiago Caputo.
En el zoom que Ritondo compartió anteayer con Macri no reveló el secreto para superar ese hábito. Menos todavía el de haber comenzado su relación con el presidente mediante el asesor presidencial y consolidarla gracias a Karina: la gran antagonista de Caputo. De lo que sí hablo es de su preocupación por la fiscalización del 7 de septiembre. Al parecer, quienes quedaron fuera de los acuerdos que celebró con Sebastián Pareja no tendrían incentivos para hacerlo. Serían demasiados.
¿Se compensará con un lugar el 26 de octubre a los excluidos para el 7 de septiembre? Pareja tiene antes por delante el asunto de Maximiliano Bondarenko. El ministro de Seguridad de Kicillof, Javier Alonso, lo denunció como parte del presunto complot de 24 altos mandos de la policía bonaerense para alterar el orden institucional dentro de esa fuerza. Bondarenko es un excomisario que participó de las custodias oficiales de Néstor Kirchner y Felipe Solá. Tal vez ese antecedente habilite la especulación de sus vínculos con el peronismo de Florencio Varela, donde fue concejal. Un eco de los que Pareja mantendría con dirigentes de ese sector. Particularmente con Massa. Pareja fue subordinado de Monzó. Andrés Watson es el intendente de Florencio Varela y aliado de Kicillof ¿Una maniobra distractiva para disimular el supuesto alzamiento político del gobernador?
Igual que las dudas con las custodias, no es solo Kicillof el que refresca el recuerdo de Cristina y Alberto Fernández. La jueza federal María Eugenia Capuchetti ordenó la semana pasada abrir el teléfono de Gerardo Milman, una de las medidas de prueba dentro de la causa donde se investiga a los miembros de la policía federal que custodiaban el domicilio de la expresidenta la noche del atentado en su contra. Fuentes de la investigación aseguran que esa tarea fue confiada a personal vinculado al área de Inteligencia y no a personal especializado en ese servicio. Pese a que prestaron declaración testimonial ante el TOF N° 6 por el atentado, Capuchetti no descarta citarlos para que lo hagan en calidad de imputados. La jueza también aguardaría que Ariel Lijo resuelva la causa en la que denunció por encubrimiento a Martin Mena que investiga el fiscal Franco Piccardi.
Mena es el ministro de Seguridad de Kicillof. Igual que Piccardi, fue funcionario del ministerio de Justicia de la Nación durante la gestión de Alak. Fiel a su peculiar doctrina, Lijo tiene paralizada la causa desde hace nueve meses.

lanacion