La junta de Apple respalda por amplia mayoría sus políticas de diversidad e inclusión
Los accionistas de Apple apoyan las políticas de diversidad, igualdad e inclusión de la empresa, conocidas como DEI, por sus siglas en inglés. La junta de la mayor empresa del mundo por valor en Bolsa, celebrada de manera telemática este martes, ha rechazado por amplia mayoría una propuesta en la que se cuestionaban esas políticas. Los partidarios de las políticas de diversidad ya se apuntaron otro triunfo en la junta de Costco, donde un 98% de los accionistas apoyaron mantener esas prácticas tras una encendida defensa por parte de la dirección de la empresa.
En el caso de Apple, la propuesta incluida en el orden del día de su junta había sido presentada por el National Center for Public Policy Research, un grupo activista conservador. “Los accionistas solicitan que la empresa considere la abolición de su programa, políticas, departamento y objetivos de inclusión y diversidad”, decía la propuesta derrotada, que alegaba el riesgo de demandas por discriminación de empleados y proveedores en virtud de esos programas. “Está claro que la DEI plantea riesgos de litigio, de reputación y financieros para las empresas, y, por tanto, riesgos financieros para sus accionistas, y, por tanto, más riesgos para las empresas por no acatar sus deberes fiduciarios”, argumentaba el National Center for Public Policy Research.
El consejo de Apple recomendó votar en contra. “La propuesta es innecesaria, ya que Apple ya cuenta con un programa de cumplimiento bien establecido y la propuesta intenta restringir de forma inapropiada la capacidad de Apple para gestionar sus propias operaciones comerciales ordinarias, personas y equipos, y estrategias comerciales; y nuestro consejo de administración y la dirección mantienen una supervisión activa de los riesgos legales y reglamentarios y del cumplimiento de nuestro negocio global”, argumentaba.
“El enfoque de Apple refleja cuidadosas determinaciones relativas a nuestro cumplimiento legal y prácticas empresariales que requieren un análisis complejo, un amplio conocimiento y comprensión de las leyes y reglamentos laborales y de otro tipo en múltiples jurisdicciones, y juicios sobre las políticas, programas y medios de aplicación más adecuados para promover el cumplimiento y apoyar a los miembros de nuestro equipo en todo el mundo”, argumentaba la compañía. “La determinación por parte de Apple de los medios adecuados para cumplir con la legislación aplicable, incluidos los cambios asociados a nuestros programas, políticas, departamentos u objetivos, es un aspecto fundamental de las operaciones empresariales de Apple”, añadía.
En su último informe sobre diversidad e inclusión, publicado en 2022, Apple reveló que casi tres cuartas partes de su plantilla mundial estaba formada por empleados blancos (42,9%) y asiáticos (29,8%). Casi dos tercios, el 64,6%, de sus empleados eran hombres.
Apple anunció este lunes que planea gastar unos 500.000 millones de dólares en Estados Unidos durante los próximos cuatro años. Solo una pequeña parte de esa cifra serán inversiones, mientras que la mayor parte será gasto corriente o de explotación con proveedores, empleados y otros, pero el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo presentó como un compromiso de inversión, cosa que dista mucho de ser. A Apple, sin embargo, parece funcionarle la estrategia de entregar como un triunfo a los diferentes presidentes lo que son sus planes ordinarios de gastos e inversiones.
Ofensiva contra la diversidadLa ofensiva contra las prácticas de diversidad e inclusión arreció tras la sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que declaró inconstitucional la discriminación positiva por motivos de raza en el acceso a la universidad. Además, la cruzada lanzada por el Partido Republicano ha llevado a más empresas a dar la espalda a esas políticas. El presidente, Donald Trump, aprobó dos decretos (algunas de cuyas disposiciones han sido suspendidas cautelarmente por un juez) que amenazaban con rescindir contratos públicos y presentar demandas contra compañías privadas que aplicasen políticas de diversidad “ilegales”, provocando inseguridad jurídica al respecto.
Alphabet, el grupo de Google, cedió este mes ante la presión de los republicanos y a la amenaza de la pérdida de contratos. Antes, el líder de la distribución Walmart, su competidor Target, la tecnológica Meta, la cadena de comida rápida McDonald’s y muchas otras compañías como Tractor Supply, John Deere, Ford, Harley-Davidson, Lowe’s, Caterpillar y Molson Coors han renunciado en todo o en parte a esas políticas. Amazon, fundada por Jeff Bezos, también ha dado un paso atrás en la materia. Coca-Cola y Pepsico han puesto también en revisión sus prácticas.
En su informe anual, publicado a principios de mes, Alphabet suprimió una frase en la que decía: “En Alphabet, nos comprometemos a que la diversidad, la equidad y la inclusión formen parte de todo lo que hacemos y a hacer crecer una plantilla que sea representativa de los usuarios a los que servimos”. La frase se venía repitiendo cada año desde el informe anual de 2020. En la memoria de hace un año, la palabra diversidad aparecía ocho veces. En la publicada este mes, había desaparecido.
EL PAÍS