Oklahoma City gana su primera NBA en un partido dramático ante Indiana

Oklahoma City Thunder conquistó este domingo su primer título de la NBA al vencer 103-91 a Indiana Pacers en un séptimo y definitivo partido de las Finales lleno de dramatismo.
Los Pacers dieron batalla pese a la devastadora pérdida de Tyrese Haliburton, lesionado a los siete minutos de iniciado el partido, pero los favoritos Thunder remataron el trabajo frente a su público de la mano de su estrella Shai Gilgeous-Alexander, que anotó 29 puntos.
«No parece real, tantas horas, tantos momentos, tantas emociones, tantas noches de incredulidad. Es una locura», declaró Gilgeous-Alexander, el Jugador Más Valioso (MVP) de la temporada.
La lesión de Haliburton, potencialmente grave, disparó las emociones en el cierre de las Finales más impredecibles de este siglo.
Los Pacers, el equipo revelación de los playoffs, habían alargado la eliminatoria hasta el límite con un heroico triunfo el pasado jueves, cuando Haliburton fue duda hasta último momento por la lesión que arrastraba en el gemelo de la pierna derecha.
El juego final estaba empatado (16-16) cuando el base se desplomó sobre la pista del Paycom Center durante una acción ofensiva sin contacto.
Pese a la traumática pérdida de su jugador talismán, que se retiró al vestuario entre lágrimas, los Pacers resistieron mentalmente y llegaron a irse al descanso en ventaja 48-47.
Pero la ausencia de Haliburton, su director de orquesta, acabó pesando demasiado ante la asfixiante defensa de los Thunder, que forzaron hasta 21 pérdidas de balón (por 7 de Oklahoma).
El pívot Chet Holmgren fue el baluarte defensivo con 5 tapones, récord en un séptimo partido, además de 18 puntos.
Los milagros se les agotaron a Indiana en el último cuarto hasta hincar la rodilla ante unos Thunder que le entregaron su primera corona a Oklahoma City.
La franquicia, que se mudó a esa ciudad en 2008, es sucesora de los recordados Seattle Supersonics, que conquistaron un campeonato en 1979.
Los Thunder suceden en el palmarés a los Boston Celtics y miran al futuro con ambición gracias al núcleo de jóvenes figuras que conforman Gilgeous Alexander, Holmgren y Jalen Williams (20 puntos).
Este 'Game 7', el primero en unas Finales de NBA desde 2016, fue un desenlace a la altura de una eliminatoria trepidante, plagada de brillante básquetbol y remontadas imposibles.
Los Thunder, el gran dominador de la fase regular (68 victorias y 14 derrotas), partían como los claros favoritos ante unos Pacers que arrancaron los playoffs como el cuarto sembrado de la Conferencia Este.
Pero a base de fe, piernas y un ritmo infatigable de juego, Indiana dejó en el camino a candidatos como los Knicks y los Cavaliers y se ganó una segunda oportunidad en las Finales tras su derrota en 2000.
Este domingo tampoco se intimidaron bajo los decibelios de los 18.200 aficionados de Oklahoma City y se abocaron a un intercambio inicial de canastas frente a los locales.
Haliburton, con una aparente mejoría de su problema muscular, clavó tres triples casi consecutivos con los que Indiana contenía los primeros intentos de Oklahoma de escaparse en el marcador.
A los siete minutos de juego, las Finales y toda la temporada de la NBA dieron un vuelco cuando Haliburton se desplomó boca arriba sobre el parqué cuando intentaba driblar a Gilgeous-Alexander.
Sus compañeros rodearon rápidamente a su líder cuando rompió a llorar entre el shock y el dolor.
Con el rostro tapado con una toalla, Haliburton se desplazó al vestuario sin poder apoyar la pierna derecha y los Pacers confirmaron poco después que no regresaría al juego por una «lesión en la parte inferior derecha de la pierna».
Conjurándose para resistir, los Pacers recurrieron a T.J. McConnell como revulsivo desde el banco y el energético base volvió a responder a la perfección reactivando al equipo en ambos lados de la cancha.
Para asombro de las gradas, Indiana se fue al descanso por delante después de un triple del escolta Andrew Nembhard con sólo tres segundos en el reloj.
McConnell siguió imparable en ataque, con 13 de sus 16 puntos en el tercer cuarto, pero fue la única concesión que dieron los Thunder, que activaron su temible defensa para aplacar de una vez a sus indomables rivales.
Sin Haliburton, los Pacers cometieron una sangría de pérdidas de balón que facilitaron el acelerón de los Thunder de la mano de Gilgeous-Alexander.
El canadiense ejerció de MVP y castigó la defensa de Indiana desde todas las posiciones cometiendo sólo una pérdida.
Los locales se lanzaron a una racha de 19-2 con la que superaron la veintena de puntos de ventaja y les permitió resistir el último amago de remontada de Indiana.
ABC.es