Elecciones y desinformación: necesitamos más que alianzas / Análisis del Editor Multimedia

Es de celebrar la alianza que han celebrado la Registraduría Nacional, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), la Misión de Observación Electoral (MOE) y el portal Colombiacheck de cara a una coalición que buscará luchar contra la desinformación en procesos electorales en el país.
Muy importante y relevante que el órgano rector de lo electoral, en su independencia y misionalidad, se ponga la camiseta para encontrar caminos que reduzcan el impacto de las fake news en las próximas elecciones legislativas y presidenciales.
En la fórmula, cada entidad aportará un gran valor: en el análisis del fenómeno, en la regulación del mismo, en la identificación y desmentido de las noticias falsas, en el llamado a los partidos para que se comprometan con este tema, entre otros.
Para mi gusto, y ante la gravedad del fenómeno, me falta el componente penal, policivo, sancionatorio.
Mientras no exista un marco jurídico sólido, eficiente y veloz que permita al país responsabilizar a las plataformas digitales, perseguir las bodegas y judicializar a creadores de la desinformación y a las plataformas digitales que lo habilitan, no tendremos un cambio decidido y palpable en el cáncer de la desinformación en Colombia.
La desinformación en procesos electorales es un negocio: así, tal cual. Hay ‘expertos’ y ‘empresas’ dedicadas a crear estrategias negras de noticias falsas, bulos, engaños, con una infraestructura, que saben cómo usar esas plataformas para sus engaños.
Incluso, algunas redes permiten que se paute, como publicidad, esas noticias falsas, o que se compren audiencias para impactar más efectivamente con los engaños y echarlos a andar.

Foto:iStock
Esta alianza que se ha acordado es un gran primer paso. Son entidades serias, de tradición, con conocimiento en democracia, regulación, desinformación que seguro crearán metodologías y procesos que serán valiosos.
Pero ante una industria criminal, poderosa, amplia y vigorosa, se requiere de un componente jurídico y judicial a la altura del problema.
Hay gigantes digitales, con sus redes sociales, que hacen lo que se les da la gana en Colombia con manipulación de información, opinión y libertad de prensa. Y mientras en Europa y Estados Unidos están desde lo legislativo trabajando por contenerlo, en Colombia estamos a años luz. Triste.
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