Sania Nishtar, directora ejecutiva de Gavi: “Si no fuera por las vacunas, los cementerios estarían llenos de niños”

“Tengo muchas esperanzas en que la reposición [de fondos] sea un éxito”, afirma Sania Nishtar (Pakistán, 62 años), directora ejecutiva de Gavi, la Alianza para las Vacunas, en una entrevista con este diario en Hamburgo, durante la Conferencia de Sostenibilidad, celebrada a principios de este mes. La responsable se refiere a que este miércoles 25 de junio se celebra en Bruselas la Cumbre Mundial Salud y Prosperidad a través de la Inmunización, organizada conjuntamente por la Unión Europea y la Fundación Gates, que busca recaudar al menos 9.000 millones de dólares (7.766 millones de euros) con los que financiar la estrategia de Gavi en el período 2026-2030.
“Creo que es un momento muy importante para el liderazgo en salud mundial y es importante que instituciones como Gavi se repongan y financien plenamente”, añade su directora ejecutiva.
La Alianza ya ha asegurado fondos de diferentes donantes, entre otros Portugal, que anunció una contribución de 2,5 millones de euros, Croacia, con un millón de euros, o la Fundación Gates, que reveló este martes que participará con 1.600 millones de dólares durante los próximos cinco años. “Esperamos contar con el apoyo de España. Se ha convertido recientemente en un país muy importante para la salud mundial”, dice Nishtar.
Pregunta. Estados Unidos aporta alrededor del 13% de su presupuesto. En marzo, The New York Times reveló que la organización que usted dirige figuraba en una lista de recortes de financiación. ¿Ha habido algún avance o aclaración desde entonces?
Respuesta. No hemos tenido noticias de la administración estadounidense y esperamos poder entablar diálogo con ellos. Estados Unidos es un país muy importante, hemos tenido una muy buena relación en el pasado. Hemos trabajado muy estrechamente, incluso con la anterior administración Trump, que apoyó a Gavi y aumentó los recursos destinados. Así que esperamos y deseamos volver a trabajar con ellos.
P. En abril, Gavi, Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advertían de las posibles consecuencias de los recortes de fondos en programas de inmunización. ¿Cuál será el impacto?
R. En respuesta a estos recortes de financiación, los países africanos, especialmente, están aumentando su compromiso con la movilización de recursos nacionales. La semana de la Asamblea Mundial de la Salud [celebrada a finales de mayo en Suiza] comenzó con una sesión del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de África sobre la financiación sostenible de la atención sanitaria en África. Ghana, por ejemplo, tenía un déficit de financiación debido a la retirada de los donantes, pero se comprometió a subsanarlo, y Malaui ha duplicado su gasto en salud. Así que los países están dando un paso al frente y asumiendo su responsabilidad, lo cual es muy positivo.
P. En Hamburgo se ha hablado sobre el modelo de ayuda al desarrollo actual, ¿necesitamos uno nuevo para garantizar que nadie se quede atrás?
R. Estamos realizando cambios profundos en la forma en que colaboramos con los países, dándoles más capacidad de acción, más control sobre la toma de decisiones y sobre dónde quieren gastar el dinero. Hemos publicado un documento en el que detallamos esta reforma, presentamos los principios sobre los que debe estructurarse la ayuda internacional. A las ideas que acabo mencionar se suma también la necesidad de mandatos específicos y duración limitada de las organizaciones internacionales.
P. ¿Qué ejemplos conoce de países del Sur Global que estén trabajando en impulsar la vacunación?
R. Recientemente estuve en Ghana, en Senegal y en Sierra Leona. Y el año pasado fui a la República Centroafricana, a Nigeria, a Costa de Marfil y a Uganda. Todos estos países son líderes. Lo he visto con mis propios ojos y solo estoy nombrando aquellos en los que he estado. Se toman muy en serio la vacunación, destinan recursos propios y copagan las vacunas.
Si África tienen su propia capacidad de fabricación de vacunas, no dependerán de dosis de otras partes del mundo
P. África alberga el 20% de la población mundial, pero solo produce el 0,1% del suministro de vacunas. ¿Qué medidas deben tomarse para aumentar su capacidad de producción y garantizar que no dependa exclusivamente de suministros externos?
R. Durante la covid-19, África se quedó atrás, no recibió la parte que le correspondía de las dosis, fueron los últimos de la fila. Aprendiendo de eso, pusimos en marcha el Acelerador de la Fabricación de Vacunas en África (AVMA, por sus siglas en inglés). Se trata de una respuesta a la petición de los gobiernos africanos, los jefes de Estado y los ministros de Sanidad. Quieren ser autosuficientes en la producción de vacunas. Asegurarse de tener soberanía vacunal y que el 60% de las necesidades de vacunas del continente puedan ser satisfechas por la propia África en 2040.
P. ¿En qué consiste?
R. Es un instrumento financiero innovador, un mecanismo de subvenciones a los fabricantes africanos para hacerlos más competitivos, reforzar la fabricación de vacunas en el continente y ofrecer un incentivo a los inversores para que inviertan en África en la producción local. Actualmente, contamos con 1.200 millones de dólares destinados a este fin. En primer lugar, si un fabricante de vacunas en África obtiene la precalificación de la OMS para uno de los antígenos prioritarios de la AVMA, tiene derecho a una subvención. Posteriormente, cuando participa en nuestras licitaciones y gana, vuelve a tener derecho a una subvención por dosis. Esa es nuestra contribución al sueño africano de soberanía en materia de vacunas. Por supuesto, hay muchos otros actores que deben desempeñar su papel. Los gobiernos deben crear un entorno propicio, facilitar la inversión, conceder exenciones fiscales, facilitar la actividad empresarial, invertir en recursos humanos… África, como continente, también debe comprometerse a comprar a fabricantes locales.
P. Ha mencionado la pandemia y la distribución de vacunas. ¿Cómo se puede mejorar la cooperación internacional para evitar que esto vuelva a suceder?
R. El tratado de pandemias establece las normas de actuación, ha sido negociado por los países miembros de la OMS y se ha alcanzado cierto nivel de consenso. Se aprobó el mes pasado y todavía hay algunos asuntos que deben resolverse dentro del anexo. Así que estas son las reglas del juego que determinarán cómo se van a distribuir las dosis durante una emergencia. Dicho esto, Gavi ha jugado un papel importante creando los instrumentos financieros adecuados. Hemos hablado de AVMA. Si África tiene su propia capacidad de fabricación de vacunas, no dependerá de dosis de otras partes del mundo. También hemos desarrollado un Fondo de primera respuesta. Cuando se produce una emergencia activamos ese fondo, compramos dosis lo antes posible y las ponemos a disposición de los países. Con la mpox pudimos asegurar dosis tres días después de que la vacuna recibiera la precalificación y estas fueron enviadas a nueve países africanos.
La gente tiene preguntas, preocupaciones, y es importante que les expliquemos que las vacunas son seguras, están muy reguladas, se someten a rigurosas pruebas y que salvan vidas
P. En estos últimos años ha crecido el movimiento antivacunas ¿Le preocupa?
R. En la era actual de las redes sociales, las teorías de la conspiración se amplifican, por desgracia. La gente tiene preguntas, preocupaciones, y es importante que les expliquemos que las vacunas son seguras, están muy reguladas, se someten a rigurosas pruebas y salvan vidas. Son la herramienta de salud pública más importante y rentable. Si no fuera por las vacunas, los cementerios estarían llenos de niños. Por eso creo que hay que explicar la verdad a la gente para disipar las ideas erróneas.
P. Gavi cumple 25 años. ¿Cuáles son sus principales retos?
R. No existe un solo programa en el que, al operar a una escala tan grande —nosotros vacunamos a más de la mitad de los niños del mundo—, no surjan retos. Pero, más que desafíos, yo veo la magnitud de la oportunidad. Así que sí, los hay, pero el modelo de Gavi es el adecuado para afrontar los retos de este difícil entorno.
P. ¿Por qué?
R. En primer lugar, tenemos unos costes operativos muy bajos. No tenemos 200 oficinas en distintos países, ni oficinas regionales. Estamos adaptados a un entorno con recursos limitados. En segundo lugar, tenemos un modelo de copago. No operamos como una organización benéfica. Los países copagan el coste de las vacunas. Comienzan pagando 20 centavos por dosis, y cuando la situación económica mejora, su parte del copago incrementa, hasta que finalmente dejan de recibir apoyo y financian completamente sus vacunas. Ghana, por ejemplo, ahora paga el 50% del coste de las vacunas. Para 2030, pagará el 100% y saldrá de nuestro programa de apoyo. Ya han salido 19 países. Es exactamente el tipo de modelo que se necesita en el entorno actual, con recursos limitados.
P. Uno de los mayores retos actuales es el aumento del número de niños que no han recibido ninguna dosis, los llamados “cero dosis”. ¿Qué medidas están tomando para invertir esta tendencia?
R. Estimamos que hay 14,5 millones de niños sin ninguna dosis en diferentes partes del mundo donde el acceso a las vacunas es difícil. Y, lamentablemente, a medida que se incrementan la fragilidad y los conflictos, así como los desastres climáticos, este número va en aumento. Por eso, Gavi tiene un programa específico para niños sin ninguna dosis. Se llama Programa de Inmunización de Dosis Cero (ZIP, por sus siglas en inglés) y está adaptado a estos entornos.
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