‘Cuando me veo, no me gusto’: las confidencias de Kepa Amuchastegui, actor y director que murió a los 83 años

Si hay una palabra que definía a Kepa Amuchastegui y su legado es ‘inquietud’. Tenía 83 años y un alma incansable, juguetona, propositiva e inquieta. Fue actor, escritor, libretista, productor, director, gran padre y esposo, buen amigo y compañero de sus colegas. Su presencia escénica deslumbraba, su voz enamoraba, y su creatividad siempre fue la chispa que lo llevó a estar por seis décadas en las pantallas y los escenarios. Su amor por lo que hacía, su “feroz autocrítica” y la necesidad de superarse lo mantuvieron vigente hasta que su enfermedad, un agresivo cáncer de vejiga, se lo permitió.
Hace apenas un mes que publicó un último video en sus redes, en un formato que él había bautizado como ‘Kepa Amuchastegui presenta: Kepa les cuenta’, en el que compartía con sus seguidores cuentos, interpretaciones de fragmentos teatrales famosos e historias de su propia vida: “No voy a poder seguir publicando videos a diario como lo hice durante tres años”, decía en ese video presagiando lo que vendría: Kepa se despidió de este mundo en la noche del miércoles 27 de mayo. “Se nos fue, con un respiro lento y sereno, esta bellísima persona. Lo recordaremos siempre con mucho amor”, dice el conmovedor mensaje que compartieron ayer sus familiares, que adelantaron que su velación será en La Candelaria, en Bogotá.

Kepa Amuchastegui como el papa Francisco. Foto:YouTube: @NationalGeographicEspanol
Kepa hizo de todo en el mundo artístico: fue uno de los fundadores del Teatro La Mama, en 1968, y actor de base de cientos de montajes del Teatro Nacional. Como director, productor y libretista hizo parte de La casa de dos palmas, El fiscal, A mano limpia y La dama de Troya. Apareció en La pezuña del diablo –que fue su primer papel en la pequeña pantalla colombiana, en 1983–; Camelias al desayuno, Los pecados de Inés de Hinojosa; Un ángel llamado Azul, Todos odian a Bermúdez, La Pola, La selección, La ley del corazón, Garzón, María Magdalena, Bolívar y Rojo carmesí, e incluso interpretó al papa Francisco en el documental Francisco, el papa rebelde, de Fox Telecolombia; sin embargo, su papel de mayor impacto y recordación fue el de Roberto Mendoza, el fundador de EcoModa, en la inolvidable y muy famosa Betty la fea.
La noticia de su muerte hizo eco en todos los medios de habla hispana donde Betty la fea fue un referente de la televisión. Las redes se llenaron de mensajes lamentando su fallecimiento y exaltando su paso por la pantalla y las tablas.
“El Canal RCN lamenta el fallecimiento del actor, director y escritor Kepa Amuchastegui a sus 83 años. Con más de 40 años de trayectoria, su paso por la televisión, el cine y el teatro dejó una huella imborrable en el corazón de los colombianos que lo vieron brillar en sus pantallas (...) siendo una de las personalidades más entrañables y memorables de la historia del arte dramático en el país”, expresó a través de un comunicado el canal que fue su casa televisiva.

Kepa Amuchastegui era muy activo en sus redes sociales. Foto:Redes sociales
El actor Jorge Enrique Abello, que compartió créditos con él en Betty la fea, escribió: “Querido Kepa... un adiós hasta la eternidad. Todo lo que aprendí de ti me lo quedo en el corazón”.
‘Me vi y me detesté’: sus inicios en la televisiónLa carrera de Kepa Amuchastegui Eloizaga fue larga y prolífica. Sus padres, de origen vasco, llegaron a Colombia huyendo del recién instalado franquismo en España de una forma inusual.
“Mi papá salió huyendo en tiempos de la guerra civil española (...). Mi papá trabajaba para el gobierno nacionalista vasco como tesorero, y si lo hubieran atrapado allá, lo hubieran ejecutado ahí mismo (...), en Bélgica conoció a unos colombianos que estaban en el proceso de comprar unos marranos de pura raza para importarlos a un país llamado Colombia, y le propusieron a mi papá: “¿Usted por qué no se va con los marranos y a una finca que tenemos en Sibaté?”. Y papá dijo: ‘Entre irme a Rusia, quedarme aquí, que ya viene la Segunda Guerra Mundial con el señor Hitler, no puedo regresar a España. ¿Colombia? ¿Dónde queda eso?’ preguntó. Le explicaron, y se vino en un barco con los marranos”, explicó el actor en una entrevista en el programa Bravíssimo, de Citytv.

Kepa Amuchastegui en ‘¿Quién le teme a Virginia Woolf?, en 1982, con Fanny Mikey. Foto:Archivo EL TIEMPO
Kepa nació en Bogotá, el 9 de diciembre de 1941. Era el hijo menor de la casa y al terminar el colegio quiso estudiar arquitectura, pero el teatro se le metió en la piel cuando cursaba el tercer semestre en la Universidad de los Andes, donde acabó dirigiendo el grupo de actuación. Así viajó a París, para estudiar teatro, becado, y luego formó parte de la prestigiosa Royal Shakespeare Company de Londres.
La década de 1970, ya de regreso en Colombia, fue la de su esplendor en las tablas, donde participó en obras como El sueño de una noche de verano, Cementerio de automóviles, El escolta, Mi otra vida, El infierno, Juegos siniestros y Quién le teme a Viriginia Woolf. En los 80 dio su salto a la pequeña pantalla.
“Me llegó una fama súbita, inmediata y enorme que nos cogió desprevenidos a mí y a mi familia. Porque, además, en mi casa no había televisión, entonces, no veíamos nada –contó en una charla con EL TIEMPO–. Este aparato llegó a los dos o tres años porque había Mundial de fútbol, y entonces repitieron la novela. Ahí me vi y me detesté, era muy sobreactuado. Venía del teatro, donde la actuación es distinta. David Stivel solo me decía ‘hacé lo que querás’, y me pareció horrible ese trabajo”.

Kepa Amuchastegui, hijo de inmigrantes vascos, afirma ser colombiano “de nacimiento y sentimiento”. Foto:Foto: Néstor Gómez. EL TIEMPO
En el 2021, Kepa Amuchastegui fue homenajeado con el premio Víctor Nieto a Toda Una Vida, que se concede en los India Catalina, por su aporte a la televisión colombiana.
“Ha pasado mucha agua debajo de este puente, pero lo cierto es que no hubiera logrado ser lo que soy sin el apoyo de directores, tantos compañeros actores, tantos camarógrafos y técnicos que hacen todo real. Por eso siento que este premio es para todos ellos también”, dijo, entonces, al recibir el galardón.
Ese mismo año, participó en uno de sus últimos proyectos: Bicentenario: anécdotas de voz a vos, del Canal Institucional, un espacio sobre historias desconocidas de la Independencia de Colombia y en el que interpretó a un abuelo youtuber que, junto con su nieta, buscaban hechos importantes, que fueron olvidados.
“No soy buen televidente y, por lo general, cuando me veo no me gusto, me critico ferozmente, entonces sufro mucho viéndome, entonces prefiero no verme”, comentó en la misma charla.

Kepa Amuchastegui dirigiendo, en 2003. Foto:ARCHIVO EL TIEMPO
Hacia el 2004, el actor, libretista y director se instaló en las afueras de Tabio (Cundinamarca). Estaba casado, desde hace más de cuatro décadas, con la holandesa Bellien Maarschalk, con quien tuvo dos hijos: Unai, director de ópera y productor audiovisual, e Iona, que también estaría dedicada a las artes.
El pasado diciembre, Kepa se sometió a dos cirugías de las que salió con noticias amargas: además de confirmar que el tumor de su vejiga era maligno, había afectado otros órganos, le quedaba un riñón a medio funcionar y los tratamientos médicos que le ofrecieron no eran viables por su edad y sus condiciones. En ese instante estaba a punto de embarcarse en el que sería su próximo proyecto teatral, pues le habían confirmado que sería el protagonista de 'El padre', la obra que ahora está en temporada en el Teatro Nacional.
“Pensé, y así se lo dije a todo el mundo, que prefería morir sobre un escenario que ha sido lo mío toda la vida que en una cama cualquiera, pero tras las dos operaciones que me habían hecho quedé en un estado de debilidad total y la recuperación era muy lenta... Lo intentamos por todos los medios. De común acuerdo renunciamos a la idea”.
Previamente, el actor bogotano compartió con sus seguidores las dificultades económicas que enfrentaba por la falta de trabajo. Tenía la certeza de que no lo habían vuelto a llamar para actuar, primero, por su edad, ni tampoco a dirigir o escribir porque en un momento se negó a trabajar sobre temas del narcotráfico.
“Aquí hemos hecho una televisión positiva, bonita, de identidad, que habla de lo que nosotros somos. Universalizar las cosas nos hace perder lo ganado”, le contó a este diario.

Kepa Amuchastegui fue homenajeado en los India Catalina de 2021. Foto:NESTOR GÓMEZ / EL TIEMPO
Kepa Amuchastegui nunca se graduó como arquitecto. Fueron las artes escénicas las que le dieron sus más grandes satisfacciones y tristezas. Pero él fue un hombre decidido e inquieto, que resistió las ingratitudes del medio, apegado a sus ideales, casi como en una proyección del significado de su nombre, que viene de una raíz griega que significa piedra.
“Uno como actor, director o escritor de cine, teatro y televisión se debe a su público, sin el público uno no sería absolutamente nada. No puedo querer no ser famoso, lo que sí es cierto es que no soy lo suficientemente sociable, no me gustan los cocteles, trato de no ir con mi mujer a los centros comerciales y prefiero no visitar muchos sitios públicos porque, además, me da “oso” con la misma gente que me pide un autógrafo porque yo, sí, actúo, pero soy lo mismo que esa persona, otro ser humano, otro tipo que también está deambulando por esta vida”, comentó en la entrevista.
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