A la distancia, la ganadora del Premio Nobel de Literatura Han Kang participó de la Feria

En una sala colmada de la Feria del Libro de Buenos Aires, la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2024, Han Kang, envió un saludo grabado al público argentino: “Aunque no puedo estar ahí con ustedes, quería poder saludarlos de esta manera. Mi deseo es seguir unida a ustedes a través de la literatura”, dijo en una voz suave como un suspiro, proyectada en la sala Gorostiza. Sin solemnidad forzada ni espectáculo, ofreció su presencia serena y celebró la potencia del libro como un puente capaz de unir territorios tan distantes como Corea y Argentina.
La escritora surcoreana, ganadora del prestigioso Booker Prize en 2016 por La vegetariana, no dio entrevistas a su país cuando el año pasado ganó el Premio Nobel de Literatura. No lo hizo por desdén ni por pose: se lo han preguntado tantas veces que ya ni responde.
“El mundo está demasiado convulsionado como para estar festejando”, dijo, según contó su traductora Sunme Yoon. La aparición de la consagrada escritora fue efímera pero exclusiva: un saludo proyectado en una sala donde el público –anotando, grabando, riendo, escuchando– parecía más atento que en cualquier otra charla.
El protagonismo entonces pasó a su traductora al español, Sunme Yoon, quien ofició de mediadora con la obra en el lenguaje original. Llegó a la Argentina a los doce años, egresada del Colegio Nacional de Buenos Aires, formada en filología por la Universidad Complutense de Madrid.
A la distancia, la ganadora del Premo Nobel de Literatura Han Kang participó de la Feria durante una charla de su traductora Sunme Yoon. Foto: @verobellomo, gentileza Fundación El Libro @ferialibroba
Su biografía es un ir y venir entre dos lenguas que representan mundos –que según dijo– no son tan distintos. Desde 2010, bajo el auspicio del Literature Translation Institute (LTI), dependiente del Ministerio de Cultura de Corea, ha sido una de las principales responsables de llevar la literatura coreana al castellano.
Ella no se llama a sí misma traductora con ligereza. “Un traductor es un lector ideal, al que no se le escapa nada, al que entiende todo”, dijo. La suya no es una tarea técnica ni mecánica: es una forma de lectura tan profunda que se vuelve creación. Sunme contó cómo, en 2012, tradujo por primera vez La vegetariana para Ediciones Bajo la Luna.
Sin embargo, la obra se publicó en su idioma original en el 2007 pero no se lanzó al estrellato internacional hasta el 2019, cuando recibió el Premio San Clemente.
En el 2013, Han Kang vino a Buenos Aires por primera vez. Era, en ese momento, una autora desconocida pero sin embargo, dio una charla a sala llena y, desde entonces, algo cambió. “Creo que ella se asombró realmente”, recordó Sunme. Cuando la escritora regresó a Corea, confesó: “El público del otro lado del mundo entendió mejor mi novela que el público coreano”.
Esa frase sobrevoló la charla como una revelación. ¿Qué tiene la Argentina que se ve tan atravesada por la obra de Kang? ¿Qué hilos secretos unen a una autora coreana con lectoras latinoamericanas? Quizás tenga que ver con lo que Sunmen ombró durante la exposición como “la red de indra”, esa antigua noción budista casi intraducible que sugiere que todos estamos conectados por hilos invisibles, como gotas de rocío en una telaraña inmensa. Si una se mueve, todas vibran.
En esa red, la literatura de Han Kang ha tocado fibras que otras no alcanzaban. “Es una novela que llega a las mujeres, que entendemos esa sutileza –dijo Sunmes obre La vegetariana–. Nos educan para cumplir un cierto rol. La incomprensión que sentimos las mujeres, esas injusticias sutiles… no las había entendido como formas de violencia hasta que leí esa novela”.
A la distancia, la ganadora del Premo Nobel de Literatura Han Kang participó de la Feria durante una charla de su traductora Sunme Yoon. Foto: @verobellomo, gentileza Fundación El Libro @ferialibroba
Y hay más: la conexión con Borges. Sunmep ropone que hay algo borgiano en Han Kang. No solo por su lectura al autor y esa posible referencia a María Kodama en la novela La clase de griego, sino porque Han Kang viajó a Buenos Aires, en parte, para conocer “la tierra de Borges”.
Y lo dejó escrito: en uno de sus poemarios, traducido también por Yoon, se puede leer: “Sigilosa esa ciudad va detrás de mi ciudad”. Una línea que parece surgida de los márgenes de Fervor de Buenos Aires, y que sin embargo es el eco de Seúl.
La charla cerró con una suerte de promesa: hay seis nuevas traducciones en camino. Libros que vendrán a sumar nuevos hilos a este entramado que se extiende entre continentes. Alguien dentro del público se animó a preguntar: “¿Cómo vivís vos dentro de esa red, que podría ser la obra de Han Kang y que todos formamos parte?” Sunme sonrió antes de responder: “Cada novela que traduzco es recrear un mundo para otra cultura”.
A la distancia, la ganadora del Premo Nobel de Literatura Han Kang participó de la Feria durante una charla de su traductora Sunme Yoon. Foto: @verobellomo, gentileza Fundación El Libro @ferialibroba
El público lector argentino queda entonces a la espera de una nueva obra de Han Kang, para volver a conectar con ese universo tan desgarrador como poético que la caracteriza. Un mundo donde los muertos conviven con los vivos, gracias a un trabajo de traducción que revela a la literatura como la prueba palpable de que seguimos conectados.
Clarin