Candela Antón, antropóloga: "Lo que una generación vive culturalmente puede alterar los genes que se transmiten a la siguiente"
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Candela Antón es una actriz que dio vida a Berta Prats García en la serie ‘Merlí’, y ahora se dedica a estudiar antropología y hacer divulgación de ella en sus redes sociales. Uno de sus vídeos de TikTok con la siguiente pregunta: “¿Puede moldear la cultura tu cerebro y tus genes?”.
A esta pregunta, Antón empieza contando: “Imagina dos bebés recién nacidos: uno en Tokio y otro en un pequeño pueblo de la Amazonia. Sus cerebros a nivel estructural son prácticamente idénticos pero si los sigues durante unos años verás que no solo hablan idiomas distintos. También piensan distinto, perciben el mundo de forma diferente y sienten de manera diferente”.
La antropóloga lanza otra pregunta, que ella misma responde: “¿Y si te dijera que sus cerebros se desarrollaron con arquitecturas diferentes? La cultura en la que nacemos no solo nos enseña qué hacer sino que reconfigura cómo pensamos, literalmente. Esto es neurobiología”.
@candeliousfang Sigamos con esta serie tan intensa, a ver si le sacamos todo el jugo… 👀🔥 #sabiasque #parati #culture #biology #brain ♬ sonido original - candeliousfang
Candela cuenta cómo afecta la cultura a nuestro cuerpo: “Los estudios sobre neuroplasticidad demuestran que ciertas prácticas culturales como el tipo de crianza, la forma en la que resolvemos los conflictos o incluso cómo expresamos emociones cambian la forma estructural del cerebro. Las áreas prefrontales asociadas con la empatía, la cooperación o la regulación emocional se desarrollan de forma distinta según el entorno cultural”, desarrolla.
“No se trata solo del cerebro, hay genes que se activan o desactivan dependiendo del entorno. Y la cultura es uno de nuestros entornos más potentes. El gen SRGAP 2, relacionado con la expansión del neocórtex, sufrió duplicaciones clave justo cuando nuestros ancestros empezaban a mostrar comportamientos culturales”.
La experta desarrolla cómo afecta la cultura a los genes: “El fenómeno de la epigenética demuestra que ciertos hábitos culturales como el estrés social crónico, la alimentación o la violencia pueden dejar marcas químicas en nuestros genes que se transmiten a la siguiente generación. Lo que una generación vive culturalmente puede alterar la forma en que se expresan los genes de la siguiente, como si la experiencia se grabase a fuego pero en las moléculas.
“Esto redefine completamente lo que hemos entendido por herencia, porque ya no solo heredamos el ADN, heredamos estructuras e ideas, heredemos cultura y esa cultura a su vez, cambia lo que somos”, concluye Antón.
El Confidencial