Martha Graham Dance Company, la trascendencia del legado

- Coreografías 'Diversion of Angels' (Martha Graham / Norman Dello Joio), 'Immediate Tragedy (Martha Graham / Henry Cowell), 'We the People' (Jamar Roberts / Rhiannon Giddens), 'Cave' (Hofesh Shechter / Daniil Simkin)
- Intérpretes Martha Graham Dance Company
- Dirección artística Janet Eilber
- Lugar Centro de Danza Matadero, Madrid
Martha Graham es una figura capital en la historia de la danza; en su día se le comparó, para señalar su importancia, con Pablo Picasso e Igor Stravinski. Pero más allá de su talento, su visión o su innovación (muchísimo en los tres casos), hoy queda su legado. La RAE lo define como «aquello que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial». Y el programa presentado por la Martha Graham Dance Company en el Centro de Danza Matadero (enmarcado en las celebraciones de su centenario, que será en 2026) muestra bien a las claras la trascendencia del legado de la bailarina y coreógrafa estadounidense.
Con coreografías como 'Lamentation' (1930), 'Deep Song' (1937), 'Appalachian Spring' (1944), 'Night Journey' (1947) o 'Clytemnestra' (1958) -por citar solo una pequeñísima parte de su importante producción-, Martha Graham (1894-1991) abrió las puertas a la danza moderna y contemporánea que tendría otros grandes creadores en figuras como Isadora Duncan, Denis Shawn, José Limón, Ruth St. Denis o Doris Humphrey. Martha Graham creó un lenguaje propio, una manera de entender la danza que entroncaba con la cultura clásica y que buscaba la tierra tanto como el aire. El movimiento perseguía expresar sentimientos, contar historias en su singularidad y sus espectáculos buscaban además la complicidad de artistas plásticos para la escenografía y el vestuario.
Todo ello se puede ver en 'Diversion of Angels' (1948), una de sus más emblemáticas coreografías, y que abre el programa presentado en Madrid (al igual que lo hizo en su primera visita a la capital, en 1987). Es una pieza sobre el amor, visto desde tres puntos de vista y simbolizado por tres mujeres vestidas con tres colores: romántico y puro (blanco), pasional y erótico (rojo) y juvenil y juguetón (amarillo). Es una coreografía expresiva y vitalista que casi ochenta años después de su creación sigue destilando frescura.
'Immediate Tragedy', un intimista y conmovedor solo, muestra otro de los rostros de Martha Graham, su humanismo. Al otro lado del Atlántico, mostraba (lo hizo en más de una coreografía) su preocupación por la Guerra Civil española, y con esta dolorosa pieza (que bailó de forma emocionante y cautivadora Anne Soulder) rendía homenaje a las mujeres españolas (aunque algunas políticas actuales crean que lo han inventado ellas, el feminismo existía ya en 1937 y no hacían falta eslóganes de pancarta para procramarlo; el arte llega más lejos).
El legado de un creador (una creadora en este caso) no solo son las obras que deja; también, y es quizás más importante, su huella. La de Martha Graham quedó en figuras como Alvin Ailey, Paul Taylor o Merce Cunningham, y sigue marcando el camino a creadores actuales. El mejor ejemplo son las dos obras que cierran el programa: 'We the People', de Jamar Roberts; y 'Cave', de Hofesh Shechter. Dinámica, contagiosa, poderosa, sobre una música de raíces folk y country de Rhiannon Giddens, es un canto a la humanidad y un trabajo profundamente emocional. En 'Cave', Shechter busca los claroscuros para crear una pieza de una desbordante energía, donde el silencio tiene tanta importancia como la música, cercana al techno y básicamente percutiva.
Pero ver las creaciones de Martha Graham junto a las de Roberts y Shechter (las dos estrenadas en los últimos tres años) acentúa la admiración por una mujer que hace cien años supo crear con un talento colosal, una manera de entender el arte de la danza que hoy sigue siendo absolutamente contemporáneo.
ABC.es