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Nieve que mata y un enemigo invisible: la eterna lucha de ‘El Eternauta’ por la supervivencia

Nieve que mata y un enemigo invisible: la eterna lucha de ‘El Eternauta’ por la supervivencia

Es de noche. Una misteriosa nevada mortal sobre Buenos Aires acaba todos aquellos que estaban en la calle. El Eternauta es el impactante relato de un grupo de personas que lucha para sobrevivir a la nevada tóxica. Una situación límite que enfrentará a los personajes y les planteará importantes desafíos éticos. Esta es una de las claves del relato: su capacidad para ir más allá de la ciencia ficción al uso. Algo que resultó muy novedoso en 1957, cuando se publicaron las primeras entregas de este cómic en la revista Hora Cero de Argentina. Con guion de Héctor Germán Oesterheld y dibujos de Francisco Solano López, El Eternauta se convirtió en una historieta de culto que ahora extiende su público gracias a la miniserie de Netflix, protagonizada por Ricardo Darín.

'El Eternauta 1969', de Héctor Germán Oesterheld y Alberto Breccia

Página de 'El Eternauta 1969', de H. G. Oesterheld y Alberto Breccia

Reservoir Books

La leyenda de El Eternauta no acaba con ese cómic inicial. Doce años después, en 1969, la revista Gente presentó otra versión, con nuevo guion del mismo Oesterheld y, en este caso, con dibujos de Alberto Breccia. Ambos habían trabajado juntos en Sherlock Time y Ernie Pike (este último, con dibujos de Hugo Pratt al principio). En esta segunda entrega, Oesterheld no prolonga la historia original sino que la vuelve a contar y le añade un tono más político, incidiendo en el valor de la lucha colectiva en un contexto postapocalíptico. Y es esa segunda versión la que ahora llega a las librerías con el título de El Eternauta 1969 (Reservoir Books).

Es la primera vez que se publica en versión restaurada en español, haciendo por fin justicia a la belleza de los dibujos de Alberto Breccia, gigante indiscutible del cómic entendido como noveno arte. Fue una obra incomprendida en su momento por la originalidad de la historia y por la novedosa forma de contarla, lo que motivó a los responsables de la revista a forzar su final. El propio Breccia reconocería, en 1992, que “la trama no se ajustaba a la línea editorial” de la revista y que “el dibujo era muy diferente al que se hacía en aquel entonces”. Sin embargo, el tiempo ha jugado a favor de El Eternauta 1969.

'El Eternauta 1969', de Héctor Germán Oesterheld y Alberto Breccia

'El Eternauta 1969', de Héctor Germán Oesterheld y Alberto Breccia

Reservoir Books

En efecto, el trabajo de Breccia y Oesterheld va en la línea del cómic de autor que despegó en Francia casi al mismo tiempo, a partir de los movimientos de Mayo de 1968. Y en ese tipo de cómic, en obras como esas, está la semilla de esa historieta que hoy encontramos en las librerías bajo el epígrafe de novela gráfica. Lo que en 1969 fue tan pionero que desconcertó a los lectores argentinos, ahora ya es posible entenderlo y apreciarlo.

Alberto Breccia apostó por la experimentación formal. En El Eternauta 1969, el dibujo se convierte en un terreno de exploración y de experimentación gráfica, combinando momentos de base realista con otros en los que la viñeta tiende a la abstracción (una lección que veremos también en el citado Hugo Pratt). Breccia fuerza el contraste de zonas iluminadas y oscuras en las viñetas, dándoles profundidad y textura gracias al uso de distintas técnicas y materiales: collages, tintas diluidas, rasgados... Esa combinación crea un clima especial, un terreno entre la realidad y el sueño muy adecuado para esta historieta. Un universo plástico denso y rico que luego sería muy útil a Breccia para sus adaptaciones literarias de Borges, Sábato, Onetti o Rulfo.

Breccia fuerza el contraste de luz y sombra en las viñetas, les da profundidad y textura
'El Eternauta 1969', de Héctor Germán Oesterheld y Alberto Breccia

Portada de la nueva edición restaurada de 'El Eternauta 1969', de Oesterheld y Breccia

Reservoir Books

Alberto Breccia empezó a dibujar historietas para no tener que trabajar como obrero en la fábrica. Él ni siquiera era un lector habitual de cómics. Y seguramente por eso pudo trabajar con tanta libertad. Como un verdadero artista. Oesterheld, por su parte, pagó con su vida su compromiso con la denuncia social y política. Las autoridades argentinas no le perdonaron los mensajes críticos que deslizaba en sus historietas y se convirtió, tristemente, en uno de los “desaparecidos” (o sea, asesinados) durante la dictadura de Videla en 1977.

Lee también Versión original El primer Eternauta

Quien quiera leer también la primera versión de El Eternauta, la publicada Oesterheld y Solano López entre 1957 y 1959, está de enhorabuena porque dispone de una reciente edición de Planeta Cómic, titulada simplemente El Eternauta y que recopila en un tomo de 370 páginas las tiras originales en una edición restaurada.

lavanguardia

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