Piel escamosa y ojos resecos: la falta de esta vitamina puede arruinar su cuerpo

En un contexto en el que la alimentación saludable cobra cada vez mayor relevancia para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida, prestar atención a los micronutrientes esenciales se vuelve fundamental. Y entre ellos, las vitaminas ocupan un lugar clave. Si siente que su piel se ve demacrada y sus ojos están resecos, puede que le esté faltando este nutriente.

Aunque muchas veces pasa desapercibida, el papel de la vitamina A es fundamental en nuestro cuerpo. Esto se debe a que interviene en la salud de la piel, el sistema inmunológico y múltiples funciones vitales del organismo. Por tal motivo, conocer los riesgos de su deficiencia y cómo prevenirla se torna más importante que nunca.

Especialistas en nutrición coinciden en que la vitamina A, presente en alimentos tan comunes como el hígado, los huevos, los lácteos enriquecidos o las verduras de colores intensos (como la zanahoria, el zapallo o la espinaca), es crucial para mantener la salud de la piel, la vista y el sistema inmunológico.

Sin embargo, su deficiencia continúa siendo un problema de salud pública en muchas partes del mundo, especialmente en comunidades con acceso limitado a una dieta variada y nutritiva.​

Tal como afirma un artículo publicado por la Universidad de Arkansas para Ciencias Médicas, uno de los primeros signos de alerta de la deficiencia de la vitamina A es la ceguera nocturna, una dificultad progresiva para ver en condiciones de poca luz.

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Si no se corrige a tiempo, esta carencia puede evolucionar hasta generar xeroftalmía —resequedad severa en los ojos—, daño irreversible en la córnea e incluso ceguera total, especialmente en niños.

Además, la piel tiende a perder su hidratación natural, se vuelve quebradiza, y los tejidos del aparato respiratorio, digestivo y urinario se debilitan, lo que abre la puerta a infecciones recurrentes.

La deficiencia de vitamina A no siempre se debe a una dieta pobre. También puede aparecer en personas con trastornos intestinales o hepáticos que impiden absorber o almacenar correctamente esta vitamina liposoluble. Enfermedades como la celiaquía, la fibrosis quística o cirugías del tracto digestivo pueden comprometer su absorción.

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¿Cómo solucionar la falta de Vitamina A?

El diagnóstico suele confirmarse con análisis de sangre, aunque muchas veces se sospecha por los síntomas clínicos.

De todas maneras, el tratamiento es simple y efectivo: dosis altas de suplementos de vitamina A, indicadas por un profesional, que permiten recuperar la función visual y mejorar la salud general en pocos días.

Los expertos en salud y nutrición señalan que mantener una alimentación balanceada que incluya frutas y verduras de colores vivos, productos animales ricos en vitamina A y grasas saludables para favorecer la absorción es fundamental para evitar su deficiencia.

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