Primer encierro de San Fermín 2025 | Una multitud de corredores, caídas, cinco contusionados y un herido en el primer encierro con los veloces toros de Fuente Ymbro

Trepidante, veloz (dos minutos y 37 segundos) y muy emocionante ha sido el primer encierro de San Fermín 2025, protagonizado por los toros gaditanos de Fuente Ymbro que acuden por 18ª vez a las calles de Pamplona y que por noveno año consecutivo no han corneado a ninguno de los muchos mozos que se han cruzado en su camino. Según el primer parte médico, cinco personas han resultado contusionadas y una por herida en una pierna, aunque no se ha especificado que sea resultado de una cornada.
Una multitud de corredores poblaba esta mañana el recorrido del encierro; como es tradicional, a las ocho en punto de la mañana, un cohete ha anunciado la apertura de las puertas de los Corrales de Santo Domingo, donde los toros cabestros han pasado plácidamente la noche.
El tremendo ruido los despertó, y más de uno dio un respingo por la sorpresa inesperada instantes antes de seguir el liderazgo de los bueyes, que enfilaron la Cuesta de Santo Domingo.
Pero muy pronto, a escasos segundos de la salida, se produjo el primer contratiempo: uno de los cabestros perdió pie, se tambaleó, y zancadilleó a tres toros de capa negra que le seguían y que acabaron con sus carnes en la calzada; el castaño que cerraba la manada tuvo que saltar como pudo, pero la carrera quedó rota en ese momento.
Por delante, tres bueyes arropaban a los tres toros primeros, y así llegaron a toda velocidad a la plaza del Ayuntamiento, bajaron sin resbalones por Mercaderes (esa zona cuenta con la ventaja del líquido antideslizante), y llegaron al inicio de Estafeta sin tocar los tablones de la esquina.

Como suele ser habitual, la recta de esta calle estaba atestada de mozos y pocas mozas, muchos de los cuales sufrieron atropellos, caídas y pisotones de toros y cabestros, lo que no impidió que se produjeran carreras junto a los mismos pitones, pero poco vistosas por la cantidad de gente que abarrotaba la calle.
Del mismo color se presentó el tramo de Telefónica, con la manada desperdigada, mozos que trataban de quitarse de encima los afilados cuernos que les amenazaban sin pretenderlo, y el capotillo de San Fermín tuvo que hacer un trabajo extra para evitar males mayores en la entrada al callejón; mucho mozos pegados a los tablones y los pitones de los toros limpiando a su manera a toda pastilla.
Un toro negro fue el primer el pisar el ruedo sin más contratiempos; pronto aparecieron sus compañeros y acompañantes, y todos enfilaron la puerta de los corrales como si ya la conocieran. Al final, el reloj marcó 2 minutos y 37 segundos, 19 más que en 2024, lo que supone una buena marca de esos veloces toros.
Tras su trepidante despertar lejos de su querida dehesa gaditana ya descansan en los corrales los seis toros elegidos entre los enviados por el ganadero de Fuente Ymbro: Zalagarda, con un peso de 610 kilos, el más pesado del encierro, seguido de Orgulloso y Primoroso, ambos con 590 kilos. Les acompañan Previsor y Sacacuartos, con 585 kilos, y Tramposo con 560 kilos. Sus capas varían entre el negro, negro listón, bragado, meano y castaño. Esta tarde, a partir de las 18:30 horas, y con la plaza llena, serán lidiados por los diestros Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Daniel Luque.

Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
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