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¿Tenés un libro para Bahía Blanca? una campaña recibe ejemplares para las bibliotecas inundadas

¿Tenés un libro para Bahía Blanca? una campaña recibe ejemplares para las bibliotecas inundadas

Dicen que el peor enemigo de un libro es el agua. No, el fuego no. Ya lo dice el título de aquella inolvidable novela de Manuel Rivas, Los libros arden mal. El agua, en cambio, avanza rápido, arrasa con las páginas, las pegotea, las curva y deforma y, en el intento por separarlas, las borronea. Todo esto lo aprendieron trágicamente las biblotecas familiares y públicas de la ciudad de Bahía Blanca cuando, el 7 de marzo de este año, un temporal arrasó con las calles, las casas, los autos y cas una veintena de vidas. Y libros, miles. Por eso, la Fundación Filba lanzó esta semana una campaña de donación para volver a equiparlas.

"En 2012, Bahía Blanca fue sede de nuestro primer Filba Nacional. Trece años más tarde, volvemos con un nuevo Festival (del 31 de julio al 2 de agosto), que además de sumar encuentros y actividades literarias, busca ayudar a las bibliotecas populares y comunitarias de la ciudad que perdieron sus libros en el temporal", explican desde la Fundación, que este año volverá en colaboración con el Instituto Cultural de la Municipalidad de Bahía Blanca.

Libros como una casa

La campaña, bautizada "Libros para Bahía Blanca" invita a donar libros en buen estado que permitan volver a equipar esos espacios que no son solo de lectura.

¿Cualquier libro? No. "Los que te encantaron. Los que no has olvidado. Los que ya releíste muchas veces. Los que considerás imprescindibles. Esos de los que siempre hablás con otros lectores. Los que recomendás a tus amigos. Los de tus autoras y autores favoritos. Literatura, poesía, ensayo, no ficción. Libros de narrativa, poesía o álbumes para chicas y chicos. Los que te leían antes de dormir", listan. Y agregan: "Los libros que son como una casa en donde quedarse a vivir".

Amalia Sanz es directora de Filba y dice a Clarín: "Las bibliotecas con las que estamos trabajando perdieron aproximadamente entre 16.000 y 20.000 ejemplares. Y si bien vamos a trabajar en principio para equipar las bibliotecas Popular Roberto J. Payró, la José Hernández (General Cerri) y la Pajarita de Papel, también estamos muy atentos a las cantidades de libros que vayamos a recibir, porque por ahí podemos ayudar acalguna otra más".

La iniciativa nació después del estupor inicial: "Hubo un primer momento de shock y también de recomposición. Tal vez no era entonces el mejor momento para armar una colecta porque se estaba trabajando en recuperar la estructura y la infraestructura de las bibliotecas dañadas, desde las paredes y vidrios hasta los estantes. Por eso, preferimos esperar un tiempo y ahora, que volvemos con el festival se hizo posible sumar este apoyo de libros".

La Fundación va a hacer una curaduría con lo que la gente ofrezca: "La idea es que sean libros usados pero en muy buen estado y de la calidad que una biblioteca necesita. Por eso, la consigna es "libros que a vos te gustaría recibir" y no libros que te saques de encima", concluye.

La Biblioteca Central de la UNS perdió 70 mil libros, y9,920 metros cuadrados de laboratorios, aulas y gabinetes por la inundación. Foto: redes sociales.La Biblioteca Central de la UNS perdió 70 mil libros, y9,920 metros cuadrados de laboratorios, aulas y gabinetes por la inundación. Foto: redes sociales.

Las aguas de la tempestad arrasaron en distinta medida con las bibliotecas bahienses, aunque en tres de ellas la desolación se impuso. En la Biblioteca Popular Roberto J. Payró, las pérdidas fueron casi totales de libros, equipos electrónicos y mobiliario. En la Biblioteca José Hernández (General Cerri), gran parte de su material quedó inutilizable. Y en la Biblioteca de Humanidades de la Universidad Nacional del Sur (UNS) "Arturo Marasso", el agua avanzó sobre los tomos de los estantes inferiores.

Una relación natural

Escritora, periodista, editora y docente, Sonia Budassi nació en Bahía Blanca y considera que el vínculo entre su ciudad y los libros es singular: "En principio me surge a decir que es una relación muy natural y, por ende, me atrevo a decir naturalizada", explica a Clarín.

La autora de Periodismo y La frontera imposible: Israel-Palestina, entre otros títulos, ensaya una lista de recuerdos en ese sentido: "Las bibliotecas Rivadavia, que es la que está en el centro y en la infancia había muchas familias que eran socias, y también la del Colegio Nacional de Bahía Blanca (hoy Escuela Media 13), que tenía un rol fundamental porque organizaba talleres literarios y literarios. Las editoriales, que estaban naturalizadas. La revista Vox, que luego se convirtió en la editorial que dio lugar a uno de los cánones más federales de la poesía contemporánea, la poesía de los noventas y que sigue ahora activa. El Festival Internacional de Poesía, que ya tiene una extensísima tradición, las muy buenas librerías Don Quijote (preselecionada por la FED en 2021), Henry, Lamas Médula, lugares chiquitos que venden a domicilio y que también hacen eventos culturales gratuitos y abiertos.... O sea, es algo muy vivo, que se palpa", enumera.

En su casa portena y rodeada por sus propios libros, Budassi lo sintetiza con una imagen hermosa: "Cuando yo era chica, se decía que en Bahía Blanca levantás una baldosa y hay un poeta y yo agregaría que levantás una baldosa y te encontrás con un narrador, pero levantás una baldosa, una tosca, una maceta, y te encontrás con lectores y con lectoras".

Dice Sonia Budassi que en Buenos Aires, "atardece mucho antes que en Bahía, que está más al sur, y eso me da mucha nostalgia". Y ante la mirada impaciente de su gata, cuenta que la gente de Filba investigó, preguntó, escuchó, indagó qué es lo que pasa en el territorio antes de organizar la campaña. "Porque uno muchas veces desde afuera puede tener una mirada bien intencionada, pero poco útil", apunta.

Sonia Budassi. Foto: Inés BudassiSonia Budassi. Foto: Inés Budassi

Budassi ganó en 2021 el primer premio del Fondo Nacional de Las Artes en categoría Letras por su libro de cuentos Animales de compañía y esta noche, rodeada de cuadernos, lapiceras y programas de las obras que vio en el Teatro Cervantes, dice que Bahía no será nunca la misma: "Las instituciones culturales siguen siendo una trinchera, sobre todo después de la devastación que estamos sufriendo. Parece una película apocalíptica lo que vemos".

Sebastián Pérez Parry es licenciado en museología y bibliotecario en el Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH-CONICET) del CENPAT de Puerto Madryn y en marzo fue a dar una mano en el salvataje de lo que quedara aún es buen estado. Entonces, contó: "Había toneladas de libros para eliminar. Conté más de 20 volquetes llenos de libros para tirar. Lo que era patrimonio propio de la universidad, generado por la propia universidad, las tesis, por ejemplo, o publicaciones propias de la universidad, que difícilmente otra universidad del país lo tenga, es lo que se trataba de rescatar”, en declaraciones al sitio del Conicet.

Por eso, además de la convocatoria a la sociedad, la Fundación Filba trabaja en este momento con decenas de editoriales argentinas y extranjeras.

Algo de eso ya había anticipado el presidente de la Fundación El Libro, Cristian Rainone, en la inauguración de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en abril: "Quiero concentrarme ahora en cinco bibliotecas populares: las de Bahía Blanca, que quedaron arrasadas por el tremendo temporal por todos conocido. Si algo ha caracterizado a nuestro sector es la solidaridad, por eso nos unimos editoriales de la Cámaras del Libro y de Publicaciones para hacer llegar los libros necesarios para repoblar las bibliotecas populares de Bahía Blanca. Si hablamos de bibliotecas, hablamos de libros, hablamos de cultura", expresó.

También la secretaría de Cultura, a cargo de Leonardo Cifelli, envió una partida especial de fondos a través de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). Se trata de algo menos de 50 millones de pesos destinados a cinco bibliotecas populares de Bahía Blanca.

Recuperación edilicia y patrimonial

"Esta ayuda financiera, gestionada tras un exhaustivo relevamiento de los daños, tiene como objetivo principal apoyar la recuperación edilicia y patrimonial de las instituciones. A su vez, la regularidad institucional por parte de las bibliotecas fue fundamental para que puedan acceder a este apoyo económico", indicaron desde la secretaría en un comunicado.

El dinero fue destinado a las bibliotecas "Roberto J.Payró", "Pajarita de Papel", "Rosario Sur", "Mariano Moreno" y "Germán García". "Además, –agregó la repartición estatal– la Biblioteca Popular "José Hernández" recibirá una cierta cantidad de libros y, una vez regularizada su situación ante la Conabip, tendrá disponibles el monto correspondiente para su recuperación".

Ahora es el turno de la gente. Pero no se trata de mandar cualquier cosa, sino títulos que cumplan su función. De manera que piden que no se donen "Los que no recomendarías, libros de coyunturas, de esos que van rápido a las mesas de saldos; enciclopedias (las amamos, pero no son lo que las bibliotecas necesitan); libros en mal estado, rotos, o despegados y libros objeto, de pegatinas, para pintar o de licencias".

Los libros para las bibliotecas bahienses se reciben en la librería Eterna Cadencia, Honduras 5582, hasta el 25 de julio, entre las 10 y las 20. "Nosotros los llevaremos hasta Bahia en el marco del proximo Filba Nacional (del 31/7 al 2/8)", aclaran desde la Fundación. E invitan: "Sumate y dale una segunda vida a esos libros que están guardados en tu casa".

Clarin

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