Una crisis sin resolver

A España no ha llegado el fentanilo, pero sí el pádel, que ha roto igualmente familias, amistades, matrimonios y hasta relaciones abiertas, según cuentan las crónicas de autobús. Como con el fentanilo, tenemos el mismo problema: ¿cómo llamamos a estos adictos? ¿Padeleros, padelistas, padelers? ¿ ...
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