¿Una niña híbrida de humano moderno y neandertal? Lo que dice un nuevo estudio
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El hallazgo ha sorprendido a todo el mundo. Tras estudiar el cráneo de uno de los primeros entierros humanos de la historia, de un niño pequeño, se ha llegado a la conclusión de que podría haber sido un cruce entre humanos modernos y neandertales, sugiere el nuevo estudio publicado en la revista L'Anthropologie.
Los investigadores analizaron un cráneo que había sido hallado en un yacimiento de 140.000 años de antigüedad y concluyeron que tenía características tanto de humano moderno (Homo sapiens) como de neandertal. Pero la ascendencia del niño aún es incierta. El cráneo formaba parte de un conjunto de misteriosos restos humanos desenterrados hace casi 100 años en la cueva de Skhul (Monte Carmelo, Israel).
Los fósiles han sido objeto de intensos debates desde su descubrimiento, aunque se consideraban en gran medida humanos anatómicamente modernos. En cuanto a la cueva de Skhul, se trata del yacimiento humano organizado más antiguo conocido, por lo que la identidad de los que yacen ahí es significativa. Los investigadores argumentaron que, tras sus análisis, los restos ya no pueden atribuirse exclusivamente al Homo sapiens.
Para estudiar el cráneo, los investigadores utilizaron técnicas de tomografía computarizada y así obtuvieron una nueva imagen que consta de un neurocráneo (parte que cubre el encéfalo) y una mandíbula, ambos fracturados. Mientras que el neurocráneo exhibía características modernas del Homo sapiens, la mandíbula se parecía más a la de un neandertal.
Mientras que el neurocráneo exhibía características modernas del Homo sapiens, la mandíbula se parecía más a la de un neandertal
Pero no todo el mundo está de acuerdo ni cree que los hallazgos sean definitivos. Muchos investigadores han señalado que, si bien la mandíbula parece primitiva, al considerar todos los fósiles en conjunto se puede alinear principalmente con el Homo sapiens. De cualquier manera, las conclusiones del estudio son consistentes con otra investigación de 2024 que sugería que hubo flujo genético entre poblaciones (o especies) entre neandertales y humanos hace unos 100.000 años.
"Las poblaciones humanas son variables", señaló el antropólogo John Hawks en Live Science. "Puede haber mucha variabilidad en su apariencia y su forma física incluso sin mezclarse con neandertales. No se puede identificar definitivamente a un niño con un híbrido sin extraer su ADN". Los humanos modernos se cruzaron con los neandertales, razón por la cual la mayoría de las personas vivas hoy en día poseen entre un 1% y un 3% de ADN neandertal. Sin embargo, los investigadores aún tienen mucho que aprender sobre este mestizaje, así como sobre cómo encaja el antiguo árbol genealógico humano.
La mayoría de las personas vivas hoy en día poseen entre un 1% y un 3% de ADN neandertal
Los arqueólogos descubrieron restos humanos por primera vez en la cueva de Skhul en 1928: esqueletos de siete adultos y tres niños, enterrados deliberadamente, junto con huesos vinculados a otros 16 individuos. Inicialmente, se consideró que los huesos pertenecían a una especie de transición entre los neandertales y los humanos modernos. Posteriormente, los investigadores sugirieron que se trataba de un híbrido entre ambos, pero esta afirmación también fue rechazada, y finalmente se clasificaron como humanos anatómicamente modernos, según el estudio.
En el caso del cráneo estudiado, los investigadores afirmaron que se trataba muy probablemente de una niña de entre 3 y 5 años. Faltaba la sección media de la cara y gran parte de la base del cráneo, mientras que el resto estaba fragmentado. Anteriormente, los arqueólogos intentaban reconstruir el cráneo y consolidar las piezas con yeso, lo que dificultaba su estudio para los investigadores modernos. Las nuevas tomografías computarizadas permitieron a los investigadores retirar virtualmente este yeso y comparar el cráneo con otros especímenes.
Las características humanas modernas del cráneo incluyen la orientación vertical de un hueso en el costado de la base del cráneo, mientras que las características neandertales de la mandíbula incluyen la falta de mentón.
El hallazgo ha sorprendido a todo el mundo. Tras estudiar el cráneo de uno de los primeros entierros humanos de la historia, de un niño pequeño, se ha llegado a la conclusión de que podría haber sido un cruce entre humanos modernos y neandertales, sugiere el nuevo estudio publicado en la revista L'Anthropologie.
El Confidencial