Vale Garzón debuta con 'Mi casa', un álbum profundo donde transformó sus heridas en canciones que ahora la abrazan

Una casa no siempre es un lugar físico. A veces es una canción. A veces es un cuarto lleno de fotos, una cama donde se llora, un perfume que huele a mamá, una libreta con páginas por llenar.
Para Vale Garzón, cantante y compositora colombiana de 23 años, 'Mi casa' no es solo el título de su primer álbum: es la reconstrucción íntima de su refugio más sagrado.
Valentina Garzón, también conocida como Little Vale, se ha hecho reconocida como creadora de contenido con presencia en plataformas como TikTok, YouTube, Instagram y X (Twitter).
En una conversación pausada y sincera con EL TIEMPO, Vale desenreda el tejido emocional detrás de las ocho canciones que componen este trabajo discográfico que llevaba dos años gestándose.

Portada de 'Mi Casa'. Foto:Cortesía de la artista.
“Fue la herramienta que usé para entender todo lo que estaba sintiendo cuando me fui a vivir sola por primera vez”, confiesa. Y ese tránsito hacia la adultez, lleno de miedos, de preguntas y de búsquedas, terminó convirtiéndose en un álbum honesto, crudo y esperanzador.
No fue un proceso planeado. Las canciones aparecieron sin aviso, pero con sentido. “Nunca dijimos: vamos a hacer un álbum. Simplemente, cuando escuchamos las canciones que ya teníamos, dijimos: todo esto habla de lo mismo. Todo está conectado."
'Mi casa' es entonces una exploración sonora de lo que significa sentirse a salvo. Y también de lo que significa reconstruirse después de haber estado rota. En canciones como Yo juraré, Vale cuenta su historia con valentía. “Es una promesa conmigo misma para nunca volver a hacerme daño”, dice.
A los 14 años atravesó una depresión profunda, cuyas cicatrices aún la mantienen precavida al caminar. Pero también con fuerza.
“Lo que más miedo me daba era perderme otra vez. Yo juraré es mi recordatorio de que ya pasé por ahí. No significa que volveré.” A través de esta confesión, ella quiere que su voz se convierte en compañía para otras niñas como ella. Niñas que, como le pasó a ella, enfrentan batallas internas en silencio.
Por eso, cuando le preguntan qué le diría a esa adolescente que fue, su respuesta es certera: “dar un paso a la vez”. Se recuerda que no es necesario saltar siete escalones de golpe. Que los pasos pequeños también construyen caminos grandes. Y que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.
Aunque en el escenario brilla ella, Vale no se olvida de quienes la rodean. Agradece a su equipo en Moon Entertainment, a Latin Week, a los compositores que la acompañaron, y a Kaiser, su productor.
Pero también reconoce a sus amigas artistas: Laura Pérez, Laura Maré, Juliana, y Jules como espejos y referentes. “Colombia está llena de mujeres talentosas. Aprendo todos los días de ellas.”

Foto del video oficial de 'Mi casa'. Foto:Cortesía de la artista.
Sin competir, la artista busca que su música se sienta como una conversación entre amigas. “Quiero que alguien escuche una canción y sienta que soy yo contándole algo. Que diga: ‘eso también me pasa a mí’.”
El orden de las canciones en 'Mi casa' tampoco fue accidental. Tiene un sentido narrativo claro: empieza con Hoy me pasa que, una carta a su versión futura, y avanza hacia un terreno introspectivo con canciones como Mi piel o La sala, donde la nostalgia y las despedidas se hacen melodía.
Más adelante llega Desperté, como un rayo de luz, y va cerrando con 23, un himno al cambio, al volver a empezar.
“Cada canción es como una pared de esta casa que estoy construyendo”, explica. Y si esa casa (el álbum) fuera un lugar físico, sería su cuarto, su espacio para pintar, llorar, escribir, componer.
Un refugio rodeado de naturaleza, vecinos cantantes y objetos que atesora en su hogar: una cobija, dulces, una libreta, audífonos, los abrazos de las personas que ama.
De la herida al arteEl universo visual de 'Mi casa' fue pensado con el mismo cuidado. Los videoclips, dirigidos por su hermana, la influenciadora Poché, fueron filmados en un estudio gris adaptable, casi como un lienzo en blanco.
Cada uno recrea un espacio del hogar: la cama, la sala, la habitación. En 23, todos los objetos de los videos anteriores aparecen juntos, y luego se desvanecen, como símbolos de mudanza, de evolución. “Es llegar a un nuevo lugar, encontrarme con una nueva Vale.”
Los momentos que recuerda con más emoción no son solo los creativos, sino los de revelación, cuando surgió el nombre del álbum, cuando lloró bailando en los videos, cuando sintió que estaba cumpliendo un sueño de la Vale niña. “Hacer algo que amo con personas que amo es un regalo.”
Y aunque el álbum apenas está comenzando su camino, Vale ya piensa en lo que sigue. No tiene todas las respuestas. “Le dije a mi equipo: ¿Y ahora qué hacemos? Tengo miedo.” Pero sabe que lo próximo es cantar las canciones en vivo. Y compartir esa casa sonora con otros corazones.
A la Vale del futuro, esa que algún día volverá a leer este artículo, le deja un deseo: que nunca deje de disfrutar el camino. Que cada paso, aunque sea pequeño, reconozca que es parte de algo hermoso.
Porque, como ella misma canta, una casa no siempre es un lugar. A veces, es una canción que se convierte en refugio.
ÁNGELA MARÍA PÁEZ RODRÍGUEZ - ESCUELA DE PERIODISMO EL TIEMPO.
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