Dentro del Paddock | Hungaroring premia al genio mientras castiga a los confundidos
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fbae%2Feea%2Ffde%2Fbaeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6b7%2F0b6%2F172%2F6b70b617264b23068b61c0962b47d6d5.jpg&w=1920&q=100)
Este es un fragmento de Dentro del Paddock, la newsletter de Fórmula 1 de El Confidencial. Para recibirla después de cada Gran Premio solo tienes que darte de alta aquí.
El Gran Premio de Hungría fue la excepción a la regla de 2025, aunque la regla se cumpliera finalmente. McLaren ganó otra vez, aunque no como acostumbra. Hungaroring se mostró fiel una vez más a su hábito para romper esquemas con una carrera estratégica y de resultado incierto durante gran parte de la misma.
Que Ferrari soñara con una potencial victoria gracias al caprichoso viento del sábado rompió la esperada cabalgada en solitaria de Norris y Piastri, luego allá ellos con sus peleas particulares. No obstante, el equipo italiano ofreció un desconcertante rendimiento. Dominador en la primera parte de la carrera, despeñado en la segunda hasta perder incluso el podio en una pista donde quien sale en la pole tradicionalmente goza de un elevado porcentaje de victoria.
Los furiosos mensajes de Leclerc por la radio hacia su equipo y la versión final de Ferrari denotaban contradicciones. ¿Qué sucedió para llegar a rodar hasta dos segundos por vuelta más lento en la fase final? De los reproches del monegasco se deducía que Ferrari tomaba decisiones en contra de su criterio, previamente discutidas. Que al recibir ‘más información’ al terminar la prueba, el monegasco comprendiera y admitiera que estaba equivocado, no cuadraba con la lógica de los acontecimientos previos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F301%2F84e%2Fa28%2F30184ea28ca1a94b2f2305944bf23c47.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F301%2F84e%2Fa28%2F30184ea28ca1a94b2f2305944bf23c47.jpg)
Según contaría Russell después, en hipótesis propia, el equipo italiano habría debido acudir a recursos singulares —mayor presión de neumáticos en el último relevo y mapas de motor más relajados— para evitar el desgaste de la plancha inferior que controla la altura del suelo en los monoplazas, un problema ya vivido en el pasado en China, y que necesita control en según qué circuitos. De las palabras de Leclerc se deducía que el piloto tenía sus propias ideas de cómo gestionar el tema desde el volante. Con la postura final, Ferrari cerraba la caja de los truenos que había abierto el monegasco en la carrera.
McLaren tuvo que sudar la victoria, como prueba que sus pilotos desdoblaran sus estrategias para batirse durante media carrera con el intruso Leclerc, aunque finalmente tanto Norris como Piastri pusieron todo en orden. Quedaba flotando la sensación de que, como en Silverstone, ganaba el piloto menos consistente durante el fin de semana. Para bien, porque cuanto más se alargue la pugna por el título, tanto mejor para todos, porque el tema es cosa de ambos pilotos.
Como el salvavidas al náufrago le vino Hungaroring a Aston Martin tras la debacle de Spa. Una sorprendente vuelta de tortilla que debe interpretarse con prudentes claves. Spa y Hungaroring ejercen diferentes retos en un monoplaza. Todo lo que se acerque al primero durante el resto de temporada, malo. El tipo de trazado que se asemeje o cuente con un alto porcentaje de curvas del segundo, mejor. Al menos, Alonso sigue alimentando la esperanza de que, si Adrian Newey cumple, sigue en forma para poner el resto. Su gestión de la carrera fue magistral para lograr el mejor resultado posible con las simulaciones previas en la mano.
Carlos Sainz deja señales de estar anímicamente tocado antes de una pausa veraniega, que le llega oportuna. Optimizó el magro rendimiento del FW47 de Hungaroring y batió a su compañero de equipo. Sin recompensa de cara a la galería. Sainz siempre mejora en la segunda mitad de temporada y le hará falta repetir el patrón, porque la vida es dura cuando se bajan escalones competitivos en la Fórmula 1.
El Confidencial