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El PSG le regala al Madrid un baño de realidad y le despide del Mundial de clubes

El PSG le regala al Madrid un baño de realidad y le despide del Mundial de clubes

La semifinal duró diez minutos. Lo que tardaron Asencio y Rüdiger en dispararse en el pie y condenar al Real Madrid bajo el sofocante calor del MetLife Stadium de Nueva Jersey. Ahí murió este joven Madrid de Xabi Alonso ante un PSG fino, trabajado, vertical e insaciable, que le devoró con tres goles para sentenciar la cita antes del descanso y el cuarto en el tramo final. Luis Enrique, después de ganar 5-0 al Inter en la Champions, está a un paso de conquistar el primer gran Mundial de clubes, guinda de su extraordinaria obra parisina.

Con la baja de última hora de Alexander-Arnold por molestias musculares, Alonso se vio obligado a situar a Valverde en el lateral y a dejar sólo a Tchouaméni en el centro del campo, con Güler y Bellingham como interiores. Arriba, apostó por la primera titularidad de Mbappé y por continuar con Vinicius y Gonzalo. Intentó morder mientras era mordido, y salió mal.

Courtois apareció de forma milagrosa dos veces en los primeros cinco minutos, gastando todas las opciones de su santidad. Rechazó un disparo peligroso de Fabián y desvió, de forma casi inexplicable, un remate a bocajarro de Nuno Mendes. Vivió el Madrid de forma temporal, intentando alguna contra con Mbappé, pero cayó en la lona con los errores de Asencio y Rüdiger.

En el minuto seis, el canterano se durmió al controlar un balón dentro del área sin oposición. Pensó demasiado y Dembélé, eléctrico, le robó la pelota. El francés, dentro del área, cayó ante la salida de Courtois. Pudo haber sido penalti, pero el balón le cayó a Fabián para anotar el cómodo 1-0. Shock madridista.

En la siguiente jugada, casi sin tiempo para suspirar, otro error dramático. Rüdiger quiso dar un pase siendo el último hombre, no golpeó el balón y lo dejó muerto para Dembélé, de nuevo muy activo en la presión, como desea Luis. El galo arrancó en solitario, se plantó ante Courtois y batió al belga con un disparo raso. Dos errores y dos goles en diez minutos. Demasiados regalos para el gran campeón de Europa.

A partir de ahí, el PSG jugó con el Madrid. Bailó sobre la escasa presión de Vinicius, Mbappé y Gonzalo, demasiado estáticos los tres, especialmente los dos primeros, permitiendo que los franceses conectaran fácil con su centro del campo. La superioridad en la zona media asentó el dominio galo en los pies de Vitinha y Fabián, dos de los centrocampistas con mayor técnica del mundo, y el Madrid, partido en dos y dejando muchos espacios, sufrió como en los grandes partidos de este último año con Ancelotti.

La espalda de Valverde y Fran García, siempre defendiendo en igualdad o inferioridad ante Kvaratskhelia y Doué, nunca apoyados por sus compañeros de banda como sí hace el PSG, fue oro para el cuadro de Luis Enrique. El asturiano ha construido un bloque único en el que todos mueren por su idea: presionan, muerden y luego son rápidos y verticales. Lo tienen todo para cumplir los deseos de su técnico en las dos áreas, con Hakimi y Mendes como cohetes.

En el 23, Fabián sentenció el partido en un resumen de lo que son los dos proyectos de PSG y Madrid. Uno trabajado durante dos años, el otro por hacer y con los defectos adquiridos de una temporada decepcionante. Fue una salida de balón limpia del PSG desde el córner, con paredes entre Hakimi, Doué, Dembélé. La pelota llegó de nuevo al lateral marroquí para ganarle la espalda a Rüdiger y ceder a placer para que Fabián definiera ante Courtois.

Tras el descanso, el PSG bajó el ritmo y el Madrid respiró, aunque siguió sufriendo en campo propio. El árbitro anuló un gol a Doué por fuera de juego de Dembélé y Luis Enrique comenzó a pensar en la final.

Xabi, por su parte, envió indirectas muy directas a su plantilla. En el 65, todavía con media hora por delante, sacó del campo a Asencio, Bellingham y Vinicius, intrascendentes las dos estrellas y errático el canterano, y metió a Militao, Modric y Brahim. Cinco minutos después, entró Carvajal por Gonzalo. Más tarde, Lucas por Güler.

El Madrid se despide de Estados Unidos encajando el 4-0, ya en el tramo final y vendido Courtois mientras sus compañeros buscaban el gol del honor. Un final feo para la primera prueba de Xabi, de menos a más en el torneo hasta medirse con el gran PSG. El tolosarra tiene mucho trabajo por delante.

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