Jorge Bava y Alejandro Restrepo, dos hombres en pugna por la primera estrella de la Liga BetPlay: perfiles

La película de la Liga BetPlay 2025-I está llegando a su fin. Jorge Bava, con apenas tres meses como entrenador de Santa Fe, y Alejandro Restrepo, técnico del Medellín hace 10 meses, son los guionistas del drama final de suspenso por la estrella del fútbol local.

El martes, en Bogotá, y el próximo domingo, en el Atanasio Girardot, el uruguayo y el antioqueño estarán frente a frente con sus planteles en busca de la primera estrella del año. Para Bava sería su primer título en Colombia. Para Restrepo, el tercero. Así ha sido la carrera de los dos entrenadores finalistas del campeonato.

Pitazo final en El Campín. Los jugadores de Santa Fe corren hacia donde está su hinchada, saltan y cantan con ellos. Hay algarabía total. Cerca, pero no tan cerca, el DT Jorge Bava camina lento y con las manos en la espalda, se le ve tranquilo y sereno, como quien lleva la alegría por dentro o como quien ya está pensando en cómo le va a jugar la final al Medellín. Por su lado pasa Pacho López, el DT que como interino hizo gran parte de la tarea. Se miran con complicidad, se abrazan. Bava sonríe y recupera su seriedad habitual. Queda ratificado que es un técnico mesurado. Si ganan la final, quizá Bava se descontrole y lo veamos rugir.

Bava es uruguayo, un uruguayo muy calmado. No se le ha visto pelear, no alega, no le discute al árbitro, al menos no con violencia, no manotea en la zona técnica. Grita lo normal. A veces parece que no está ahí, pero está. Lo mira todo. Lo analiza todo. Se acaba el partido y se va a ver videos, más futbol. Si pierde, asume su responsabilidad, acepta la crítica sin entrar en controversia. Su seriedad, enmarcada en su barba de tonos grises y una mirada que a veces esconde detrás de unas gafas oscuras, no se puede confundir con prepotencia. Bava no es de los que te miran desde una nube, aunque con sus 1,93 de estatura pareciera.

Tiene 43 años, nació en Montevideo, fue portero de fútbol, así que sabía cómo atajar los dardos que le llovieron a Santa Fe desde su llegada. Siendo arquero empezó a entusiasmarse con el oficio de entrenador, por aquello de ver desde atrás cómo se paran los equipos.

En 2016 fue portero del Atlético Bucaramanga. Por entonces no se imaginaba que iba a estar de vuelta y peleando una final como DT. Cuando Pablo Peirano se fue de Santa Fe, a la oficina cardenal llegaron montones de hojas de vida, la dirigencia analizó una y otra, hasta que escogieron la de Bava. ¿Qué decía su hoja de vida? Probablemente lo que sabemos, exportero, entrenador joven, poca trayectoria, poca experiencia (tal vez eso no lo decía).

Pero si el presidente Eduardo Méndez quería ir al grano y ver qué había ganado Bava, seguramente ahí estaba subrayado o en mayúsculas: 5 títulos con Liverpool de Uruguay en su primer reto como DT tras colgar los guantes: en 2022 campeón del Apertura, y en 2023 ganó la Supercopa Uruguaya, el Torneo Intermedio, el Torneo Clausura y fue campeón anual. Ah, entonces sí había ganado: un chulito y aprobado.

Cuando llegó a Santa Fe, en mitad de torneo, Bava contó que Peirano, su compatriota y antecesor, lo animó para que aceptara, y ahí empezó este romance. Bava no despertó mayor credibilidad en la afición, ¿quién es Bava? Y para colmo, el equipo no despegaba, parecía que no clasificaba, y clasificó. Se metió en el cuadrangular y Bava empezó a convencer a los más exigentes y escépticos. Porque este Santa Fe, que no goza de una nómina lujosa como otras, se hizo demoledor de visitante: le ganó a Nacional, al Once Caldas y el partido de la clasificación a Millonarios.

En el clásico del jueves Bava sacó su mejor versión y sus garras, y las tenía afiladas y nadie sabía. Planteó un partido perfecto. Hizo ver a Santa Fe como si fuera una máquina, y no lo es, pero lo pareció. Porque Santa Fe fue ordenado, aplicado, ambicioso y luchador. Jugó como a la gente de Santa Fe le gusta que juegue su equipo, con coraje. Lo que hizo Bava en el camerino es secreto de estado, pero algo hizo, porque estos jugadores salieron a devorarse a su rival. Y cuando sonó el pitazo, Bava no se descontroló, miró de lejos, sosegado, la euforia de su manada, pero si es campeón, quizá la hinchada lo vea rugir como rugen los santafereños que quedan en su historia.

A los 43 años, y en su tercer equipo en el fútbol profesional colombiano, Alejandro Restrepo tiene una oportunidad de oro para seguir haciendo historia y engrosar su hoja de vida. Ya fue campeón con los otros dos clubes que dirigió, Atlético Nacional y Deportivo Pereira, y ahora espera conseguir una nueva Liga al mando del Deportivo Independiente Medellín.

“Queremos el título y vamos a trabajar muy fuerte por él. Esta ciudad y este club merecen la alegría que soñamos”, declaró Restrepo el jueves, luego del empate 1-1 contra América, cuando ya había asegurado la clasificación.

Restrepo es un hombre de academia. No pasó por el fútbol profesional como jugador, aunque lo intentó: pasó por equipos juveniles en Bello y luego, por el Club Deportivo Estudiantil. Pero su vocación estaba en la raya. Tras acabar su bachillerato, hizo la licenciatura en educación física en la Universidad de Antioquia y luego se especializó como entrenador en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA).

En el mismo equipo donde acabó su opción de jugar, el Estudiantil, comenzó la de técnico, en el Ponyfútbol, en 2004, con solo 21 años. Y comenzó a lograr coronas, hasta que llegó a las selecciones de Antioquia, con las que logró cinco títulos en distintas categorías. Eso hizo que la Federación Colombiana de Fútbol lo tuviera en cuenta para hacer parte del cuerpo técnico de la Selección Sub-17 que llegó al hexagonal final del Suramericano, dirigida por Juan Camilo Pérez.

Posteriormente fue contratado por Atlético Nacional, en principio, para dirigir el equipo Sub-20. Sin embargo, un par de veces quedó como DT interino y en 2021 le entregaron el cargo en propiedad, en reemplazo de Alexandre Guimaraes. Allí logró su primer título, la Copa Colombia, que le ganó en la final al Deportivo Pereira, con un 5-0 en la ida y una derrota 1-0 en la vuelta.

El comienzo de 2022 no fue bueno y luego de nueve fechas, salió de Nacional. Pero algo le vieron, porque a mediados de ese año el Pereira lo llamó para reemplazar a Alexis Márquez, que había llevado al equipo a esa final de Copa. Llegó mucho más lejos: le dio al club su primer título en la A, luego de 78 años de espera, y luego alcanzó los cuartos de final de la Copa Libertadores, en una época en la que los clubes colombianos daban tumbos en los torneos de Conmebol. Tuvo un momento cumbre en esa campaña, la victoria contra Boca Juniors en el estadio Hernán Ramírez Villegas. Ya le había plantado cara en La Bombonera, donde perdió en tiempo de reposición.

Tras un paso sin mucho brillo por Alianza Lima, Restrepo regresó al país: Medellín lo llamó para sustituir a Alfredo Arias. El comienzo no fue bueno: la eliminación en la Liga y en la Copa Sudamericana pegaron duro. Pero lo mostrado por el equipo en el remate de la campaña ilusionó a los directivos.

Este año, Medellín entró de octavo, pero hizo un cuadrangular espectacular. “Hay mucha felicidad en el plantel por todo lo que representa estar en esta final. Por nuestras familias, por la hinchada. Para mí es especial porque volví al país y a mi ciudad. Después de un año tan difícil para el club, con eliminaciones dolorosas en Sudamericana, Copa y Liga, este momento es muy especial. Terminamos jugando muy bien y recibir este premio es motivo de gratitud”, señaló.

Restrepo ya sueña con volver a subir a la tarima, recibir de nuevo una medalla dorada y levantar un trofeo por el que ha trabajado bien. Pero sabe que el rival, Santa Fe, no es fácil. “Los hemos visto mucho, casi todos sus partidos. Sabemos que es un muy buen equipo, con jugadores importantes, algunos que conocemos bien e incluso han estado con nosotros. Va a ser una final durísima en dos grandes plazas como Bogotá y Medellín, y creo que el fútbol colombiano tendrá una serie muy linda entre dos equipos que merecen estar ahí. Pondremos el ojo en los detalles tácticos para estar a la altura”, señaló Restrepo, un joven bien preparado.