La FIFA analiza expulsar a Venezuela del Mundial 2026: la grave denuncia que pone todo en riesgo

Mientras la Vinotinto atraviesa uno de los momentos más prometedores de su historia, con un rendimiento en alza y la posibilidad real de alcanzar por primera vez un repechaje mundialista, un escándalo internacional amenaza con desmoronar ese sueño. La victoria por 2 a 0 ante Bolivia en la fecha 15 de las Eliminatorias Sudamericanas parecía un paso firme hacia la gloria, pero tras el pitazo final, lo deportivo quedó en segundo plano.
La delegación boliviana denunció públicamente que sufrió trabas logísticas graves en Venezuela, justo antes del encuentro. La acusación más contundente llegó por parte del jefe de seguridad de Bolivia, quien calificó la situación como un “sabotaje”. Según sus palabras, el regreso del plantel fue deliberadamente retrasado por las autoridades venezolanas, pese a contar con todos los permisos necesarios. La versión oficial habló de fallas técnicas y tráfico aéreo, pero desde Bolivia lo desmienten: “Solo había dos aeronaves en la pista”, apuntaron.
La reacción en Bolivia fue inmediata. Desde el Congreso y los medios de comunicación se exigió a la Federación Boliviana que eleve denuncias formales a la FIFA y la Conmebol, con el objetivo de que se investigue a fondo lo ocurrido. El incidente, aseguran, no es un hecho aislado: se trataría de una práctica recurrente por parte del gobierno de Nicolás Maduro para incomodar a las delegaciones visitantes.
La presión política creció rápidamente. Parlamentarios bolivianos tildaron el episodio como una maniobra planificada para afectar el rendimiento del equipo, que debía emprender un viaje largo y agotador hacia su siguiente compromiso. La narrativa se instaló en la opinión pública y ya hay movimientos diplomáticos para activar los protocolos que exige la FIFA ante situaciones de este calibre.
El organismo rector del fútbol mundial establece claramente que los países anfitriones de partidos oficiales deben garantizar la libre circulación y un trato digno a las delegaciones extranjeras. El incumplimiento de estas normas puede derivar en multas económicas, pérdida de puntos o incluso descalificación de torneos oficiales. Y aunque suena extremo, la expulsión de una selección del Mundial no es algo sin precedentes.
En caso de que Bolivia presente pruebas concretas —como informes de retención, documentos oficiales o comunicaciones con la federación venezolana— y la FIFA determine que hubo intervención estatal con fines antideportivos, el castigo podría ser devastador para la Vinotinto. Incluso si logra clasificarse por méritos deportivos, la sanción podría dejarla fuera del Mundial 2026 y alterar toda la tabla de las Eliminatorias.
El impacto para el fútbol venezolano sería histórico y doloroso. Tras años de marginación en los planos internacionales, la selección dirigida por Fernando Batista logró hilvanar una campaña sólida, apoyada en figuras como Salomón Rondón y un plantel joven con hambre de gloria. La séptima posición que hoy ocupa la acerca como nunca al repechaje, pero todo podría quedar en nada si prosperan las denuncias.
Para un país que jamás disputó una Copa del Mundo, ser eliminado por razones extradeportivas sería una tragedia difícil de digerir. El crecimiento que se había logrado en lo futbolístico podría verse opacado por decisiones políticas que no pasaron inadvertidas ante los ojos del mundo.
Bolivia ya activó los canales oficiales ante la Conmebol, que deberá trabajar en conjunto con la FIFA para analizar el caso. Las próximas semanas serán clave: se esperan informes técnicos, testimonios, videos y documentación oficial que respalden la acusación. Todo estará bajo la lupa.
De comprobarse la responsabilidad del Estado venezolano en las trabas a la delegación visitante, la FIFA deberá tomar una decisión ejemplar. No solo estará en juego la clasificación de una selección, sino también la credibilidad del sistema competitivo sudamericano y el respeto por las reglas internacionales que rigen el fútbol.
elintransigente