Lamine contra Cristiano, el fútbol no tiene edad

El prisma que se elija para ver las cosas lo marca todo en la vida. El 13 de julio de 2007, Sheila Ebana daba a luz a su hijo en Esplugues de Llobregat. Junto a su marido, Mounir Nasraoui, decidieron llamarle Lamine Yamal, honrando a dos personas importantes en sus vidas. Por aquel entonces, Cristiano Ronaldo ya era jugador del Manchester United y con Portugal acumulaba 46 partidos y 17 goles. Se estaba empezando a labrar una carrera de leyenda que aún hoy sigue en primera plana. Esta sería una forma de analizar el principal foco de atención de la final de la Nations Legue que Portugal y España dirimen este domingo en el Allianz Arena de Munich con más acento ibérico que nunca. Pero hay otras. Siempre hay otras. A un mes de cumplir la mayoría de edad, Lamine Yamal ya es una estrella y se sienta en la mesa de los mejores futbolistas del mundo. Ya carga a sus espaldas con el peso de la camiseta del Barça y de la selección española. A esa edad, Cristiano aún no había debutado con la absoluta y estaba dando sus primeros pasos en el Sporting de Lisboa. Nadie podía imaginar el jugador en que acabaría convertido, cosa que con Lamine es al revés, ya nadie se lo imagina en otro lugar que no sea el olimpo del fútbol. Todo son maneras de verlo.
“Cristiano es un ejemplo para todo el que quiere ser futbolista por su profesionalidad”, elogia OyarzábalEn la final de la Nations, un crack consagrado y otro que está llamado a gobernar el balón en la próxima década se ven las caras por primera vez en un terreno de juego. Los números no suelen engañar. Cristiano suma 220 partidos defendiendo la camiseta portuguesa, con 137 goles a sus espaldas. El último, decisivo en la remontada ante Alemania. Los guarismos de Lamine se podrían considerar más modestos, pero si se tiene en cuenta su edad la modestia deja paso a la admiración: 20 partidos y 6 goles, con un título de la Eurocopa ya en la mochila.
“Hay que quitarle presión a Lamine para que lo podamos disfrutar muchos años”, reclama el propio CristianoLa experiencia permite a Cristiano convivir con normalidad con los elogios, que le siguen regalando los oídos a sus 40 años. Unai Simón, por ejemplo, se rendía a su figura: “Es un ejemplo del trabajo del día a día, de cuidarse y de sacrificar mucho espacio y tempo por el fútbol”. Lamine, por su parte, está empezando a descubrir este mundo y, a pesar de su edad, todo indica que lo lleva con un aplomo sorprendente. “El niño está haciendo las cosas muy bien. Está en un club y en una selección que le ayudan bastante, es un ambiente muy propicio para que afloren sus cualidades, que son muy grandes”, elogiaba el propio Cristiano a su imberbe rival. Pero también alertaba, en un tono parecido al que suele utilizar Luis de la Fuente continuamente: “Pido a todo el mundo que deje al chico crecer con tranquilidad, que no se le ponga tanta presión por el bien del fútbol, para que todos podamos disfrutar muchos años de un talento así”.
“Lamine vive con tranquilidad lo que para otros es una situación de máximo estrés”, desvela De la FuenteLa tranquilidad que parece mostrar Lamine Yamal con esta maduración acelerada que le está tocando vivir gracias a sus gestas con el balón es una cualidad que sigue sorprendiendo a los que están a su lado. “Tiene una madurez impropia de su edad. Es un futbolista muy preparado y muy inteligente, es más maduro que la gente de su edad”, le loaba De la Fuente. “Os quedaríais asustados de la calma y tranquilidad con la que afronta este tipo de situaciones. Lo que para otros es máximo estrés, Lamine lo vive con normalidad y convencimiento. Es lo que le hace especial”, añadía.
No lo tiene fácil el joven astro de Rocafonda para mantener los pies en el suelo. En cada partido que juega deja algún detalle, algún gol, algún regate que sobresale por encima del resto. Ante Francia, por ejemplo, sus dos goles le valieron para ser escogido como mejor jugador del partido. Los elogios caen a borbotones. “Me sorprende que alguien tan joven tenga la capacidad para ser tan consistente. Hay posiciones en la que es más fácil encontrar la consistencia, pero la de extremo es la más difícil. Eso viene con la experiencia por eso la de Lamine es una situación única en el fútbol, es un jugador estelar”, le encumbraba Roberto Martínez, seleccionador portugués, en la previa de la final.
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Como ya sucedió en la semifinal contra Francia, la sombra del Balón de Oro volverá a sobrevolar la figura de Lamine. Y, en esta ocasión, nadie mejor que Cristiano Ronaldo para aflorar el tema. El luso atesora cinco galardones, ganado el primero en 2008, cuando había cumplido los 23 años. Ahora, con apenas 17, el azulgrana parece ganar enteros cada día que pasa para estrenarse en el palmarés, lo que sería un nuevo éxito histórico para él. Sus rivales se rinde a su magia y sus compañeros ya no disimulan, le erigen como el mejor sin tapujos. La final de la Nations es su última oportunidad del curso para sumar méritos iluminando el panorama futbolístico. Portugal intentará evitarlo. Qué ruede el balón.
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