Selección Colombia: el ‘efecto Léider Preciado’ entre la histeria y el pánico... (Meluk le cuenta, opinión)

Cuando los problemas y la situación están más calientes es cuando hay que tener la cabeza más fría. Por eso es necesario parar la neurosis y la histeria: ante todo, mucha calma.

La obligación de la Selección Colombia es ganarle a Perú en Barranquilla para asegurarse en la eliminatoria al Mundial del 2026. Va de sexta, el último puesto de clasificación directa. Allá fue a dar por la inadmisible derrota en Bolivia y porque no ganó en los últimos cuatro partidos: perdió tres (Uruguay, Ecuador y Brasil) y empató uno (Paraguay).

Repito: ahora es cuando hay que tener los pies bien firmes en la tierra, respirar profundo y no dejarse llevar por el desespero y la angustia.

En el ataque de pánico generalizado de la prensa y la afición se le pide con alaridos al técnico Néstor Lorenzo que ponga a Marino Hinestroza, a Dayro Moreno, a Duván Vergara, a Kevin Viveros, a Teo Gutiérrez, que brillan en la Liga nuestra de cada día...

Pero es eso: la Liga nuestra de cada día, la que es lenta y limitada, la sexta del mundo en la que hay menos tiempo efectivo de juego por partido según el observatorio del fútbol del Cies. Proporción, por favor.

Claro, hay corrientazos sabrosos y llenadores, pero no dejan de ser bandeja ejecutiva.

En la desesperación y la angustia crece el ‘efecto Léider Preciado’. Contexto mínimo para la nueva generación: antes del Mundial de Francia 98, Léider era el goleador de Santa Fe, el de moda en el torneo colombiano. ‘Bolillo’ Gómez, el DT de la Selección que no hacía goles. Presionado por la ‘opinión pública’ en una época sin redes sociales, lo llamó para un amistoso contra Chile. “Si me hace dos goles, lo llevo al Mundial”. ¡Y Léider los hizo! Entonces, lo llevó al Mundial y Léider hizo el único gol del equipo en esa Copa Mundo (1-0 a Túnez).

Yo no volví a ver eso jamás. Por ejemplo, Jorge Luis Pinto armó una Selección con Agustín Julio, Wálter Moreno, Pepe Portocarrero, Gerardo Vallejo, ‘Ringo’ Amaya, Dayro Moreno –sí, es el mismo–, Jaime Castrillón, Aldo Leao, entre otros, todos de la Liga local. Ya sabemos cómo le fue.

Repito otra vez: mucha cabeza fría y proporción.

Germán Cano, el supergoleador histórico del DIM, el artillero estelar del Fluminense que fue campeón de la Copa Libertadores, no olió ni una media de suplente en la Selección de Argentina, porque una cosa es con violín y otra con guitarra.

La final actual de la Liga de Argentina es Platense-Huracán. ¿Alguno para la Selección?

Néstor Lorenzo tiene un equipo base y con él tiene que salir del embrollo. Ponerse a inventar en el momento más complejo es un error. Los mejores jugadores de la Selección están en ligas mucho más fuertes. Seguramente llamará a Hinestroza, el de moda. Tampoco hay que dar papaya política. Y quien quita que salga

Por Lucho Díaz, que no pude jugar contra Perú, pues lo lógico es que vaya Arias. Y los demás, pues son los demás de siempre. Es lo mejor que hay. Es lo que hay, sin neurosis ni histeria,