Critican acuerdo comercial entre UE y Trump: ¿qué pasará con los aranceles?

TURNBERRY, Escocia.— Estados Unidos y la Unión Europea (UE) alcanzaron un acuerdo comercial que impone aranceles del 15% a productos europeos y contempla compromisos por más de un billón de dólares en comercio energético e inversiones.
El anuncio lo hizo el presidente estadounidense Donald Trump, tras reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su club de golf en Escocia.
“Fue una negociación muy interesante. Creo que va a ser genial para ambas partes”, declaró Trump.
Von der Leyen calificó el pacto como “un buen acuerdo” que brindará estabilidad a las relaciones económicas transatlánticas.
“Es un acuerdo enorme entre las dos mayores economías del mundo”, añadió.
Antes de este pacto, Trump había planteado elevar los aranceles hasta un 30%. Para evitar una guerra comercial abierta, Bruselas optó por negociar y ceder.
El comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, explicó que el acuerdo representa un punto medio entre los antiguos aranceles —de solo 1.4% en promedio— y la amenaza de tarifas punitivas.
Además, la UE se comprometió a comprar 750,000 millones de dólares en energía (gas, petróleo y combustible nuclear) y a invertir 600,000 millones adicionales en territorio estadounidense, en un plazo de tres años.
Pese a los esfuerzos diplomáticos, el acuerdo no ha sido bien recibido en varias capitales de la UE. El primer ministro francés, François Bayrou, fue contundente: “Es un día sombrío cuando una alianza de pueblos libres decide someterse”.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, respaldó el pacto, pero sin entusiasmo:
“Valoro el esfuerzo negociador, pero Europa debe diversificar sus relaciones comerciales. Necesitamos más autonomía estratégica”.
En contraste, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, expresó su apoyo al pacto, aunque reconoció que se deben analizar sus detalles y buscar compensaciones por las posibles pérdidas.
Alemania fue clave para suavizar la postura europea, pero sus líderes también expresaron malestar.
El canciller Friedrich Merz admitió que “simplemente no se podía conseguir más” y reconoció que los aranceles acordados afectarán significativamente a la economía exportadora alemana.
Desde la industria también llegaron advertencias. El presidente de la Asociación de la Industria Química Alemana (VCI), Wolfgang Groe Entrup, aseguró que el acuerdo tendrá “repercusiones negativas considerables”.
“Se ha evitado una mayor escalada, pero el precio es alto. Las exportaciones pierden competitividad”, afirmó.
Sectores agrícolas y vitivinícolas europeos expresaron preocupación por los efectos del arancel del 15%.
José Luis Benítez, director de la Federación Española del Vino, advirtió que esta medida podría poner en desventaja a Europa frente a regiones con aranceles menores.
Por su parte, Lamberto Frescobaldi, presidente de la asociación vinícola italiana UIV, estimó que los nuevos aranceles representarían una pérdida de 317 millones de euros en un año para los exportadores de vino.
Más allá del contenido económico, el escenario del acuerdo también generó molestia. En Hungría, el primer ministro Viktor Orbán ironizó sobre el desequilibrio de la negociación:
“Donald Trump se comió a Von der Leyen para desayunar. Es un peso pesado frente a una presidenta peso pluma”.
El ministro francés Benjamin Haddad también fue escéptico: “El pacto aporta estabilidad temporal, pero está desequilibrado”.
La Comisión Europea ha justificado el acuerdo como la única vía para evitar una guerra comercial.
Maros Sefcovic subrayó que sin este pacto, millones de empleos habrían estado en riesgo y que la compra de energía estadounidense está alineada con el objetivo de reducir la dependencia energética de Rusia.
A pesar de las críticas, Sefcovic defendió el compromiso:
“Hemos pasado mucho tiempo juntos. Nos conocemos mejor. Confío en que Estados Unidos respetará el acuerdo”.
La mañana de este martes, Francia se posicionó como uno de los principales críticos del acuerdo entre la Unión Europea y Estados Unidos, uniéndose a quienes lo calificaron como “preocupante”.
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