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El lujo también llora en bolsa: por qué la guerra comercial golpea al sector más robusto

El lujo también llora en bolsa: por qué la guerra comercial golpea al sector más robusto

Nadie parece librarse del impacto de las políticas trumpistas. Hasta el sector más resiliente a las tensiones económicas sufre las consecuencias de la agresiva imposición de aranceles del 47 presidente de Estados Unidos.

Es el caso del sector del lujo, que evidencia claros signos de debilidad en lo que llevamos de año, una debilidad que se ha agudizado desde el Día de la Liberación, el 2 de abril, cuando Donald Trump conmocionó a los mercados con el anuncio de sus cuestionadas medidas arancelarias. El índice Stoxx Europe Luxury 10, que agrupa las 10 empresas más relevantes de la industria del lujo en Europa, llegó a ceder más de un 12% en las cinco jornadas posteriores al golpe arancelario. Y aunque, posteriormente, ha logrado minimizar las pérdidas, el 3,5% que aún cede desde entonces (un rendimiento inferior al del EuroStoxx 50 y el Stoxx 600 en alrededor de cinco puntos porcentuales) le mantiene entre los peores sectores en la bolsa europea en estas cinco semanas.

Estos números vuelven a cuestionar la imagen del lujo como un sector a prueba de crisis, un título que se había granjeado en los últimos episodios de turbulencias, ante la percepción de que los clientes de sus productos solían ser menos sensibles a los vaivenes de la economía. Una situación que permitió a la industria del lujo convetirse en una de las grandes sensaciones del mercado en el periodo postcovid.

En los cuatro años posteriores a sus mínimos pandémicos, el Stoxx Europe Luxury 10 llegó a anotarse ganancias de hasta el 180%, superando hasta en un 10% anual los rendimientos del Stoxx 600. Y aunque a partir de entonces empezaron a emerger algunas dudas en el sector, aún fue capaz de establecer un nuevo récord el pasado mes de febrero, con rendimientos superiores al 205% en menos de un lustro. Pero, a partir de ese momento, el lujo empezó a ver su negocio mermado por la desaceleración económica de su mercado más estratégico: China.

Las persistentes señales de fatiga de la segunda economía del mundo, con un crecimiento del PIB por debajo de lo esperado y una demanda interna que no paraba de perder fuelle, amenazaba con lastrar el meteórico crecimiento de las compañías del sector, poniendo en cuestión las elevadas valoraciones alcanzadas. Un escenario desafiante para el lujo europeo que ha venido a agravarse con la entrada en juego de los famosos aranceles de la Casa Blanca, que vuelven a poner en riesgo las perspectivas de ganancias de la industria.

Foto: Tienda de Louis Vuitton. (EFE/Wu Hong)

Pero antes incluso de que estas tarifas hayan empezado a afectar al negocio, los datos del primer trimestre de 2025 ya ponían en duda la resiliencia del lujo europeo, dado que las cuentas de las gigantes de la industria han dejado a los inversores con mal sabor de boca al revelar una considerable disminución en sus ventas.

El primer ejemplo es la reconocida Louis Vuitton, considerada la empresa líder del sector, que inauguraba el pasado abril la temporada de resultados del lujo mostrando un débil dato de ventas: -3% vs +1,1% esperado. Aunque más ha decepcionado el gigante francés de la moda Kering, que ha reducido sus ventas en un 14% en los tres primeros meses de 2025, arrastrado principalmente por el batacazo de Gucci, una de sus marcas mundialmente más reconocida, que ha reportado un retroceso de las ventas del 25%. Ambas compañías arrastran pérdidas en bolsa que superan el 20% desde el inicio de 2025, al tiempo que los analistas han ido recortando de forma acelerada sus previsiones de beneficio para el presente ejercicio.

Si el propio impacto de las políticas de Trump ya podría provocar una merma a las ventas de los gigantes del lujo, a este problema hay que sumar la debilidad actual de las divisas de los dos mayores compradores de lujo europeo del mundo: Estados Unidos y China. Así, tanto la robustez del yuan como la del dólar resulta crucial para la fortaleza de las ventas de las diferentes empresas del sector, puesto que producen en euros y venden en dólares y yuanes, beneficiándose así de un cambio de divisas positivo.

Por esto, el lujo prospera cuando el dólar y el yuan están fuertes y el euro débil, es decir, una situación que ahora se da a la inversa. La moneda de la eurozona vive una revalorización frente al dólar de un 4,23% y del 3,9% con respecto al yuan desde el referenciado 2 de abril.

Todo esto en medio de un contexto de pausa arancelaria que, en teoría, debería haber aliviado el sufrimiento del sector. Un arancel del 10% en vez del 20% tendría que ser, en todo caso, un alivio para las perspectivas de ventas del lujo en el mercado estadounidense. Sin embargo, la flaqueza de las principales divisas de compra anula el posible efecto positivo de la pausa de aranceles, según explica en un informe el banco de inversión Jefferies.

Al mismo tiempo, la situación económica, aún repleta de incertidumbre, obliga a los inversores a buscar refugio y estos han apostado con fuerza por el oro. Sobre todo en un contexto en el que el billete verde sigue perdiendo terreno frente a la moneda única, el euro. Así, los bancos centrales también han aumentado sus compras de oro a la vez que se han deshecho de parte de sus reservas en dólares. Esto ha provocado que el oro haya vivido una escalada sin frenos en las últimas semanas hasta registrar máximos históricos, situándose ahora en los 3.344 dólares por onza.

El encarecimiento del oro impacta directamente en el coste de producción de artículos de lujo que incluyen partes del metal dorado como relojes, joyería e incluso bolsos de alta gama, de manera que las compañías o bien tendrán que asumir una reducción de sus márgenes o se verán obligadas a subir los precios. Según un informe de UBS, la dirección de LVMH reconoce que los márgenes no crecerán en la primera mitad del año.

Todo esto ha agudizado el debate existente entre los analistas sobre si las empresas del sector cotizan a ratios PER (la relación entre el precio de la acción y el beneficio de la compañía) demasiado elevados para las perspectivas que encaran, es decir, si cotizan a valoraciones excesivas. Compañías como LVMH y Kering han llegado a cotizar a inicios de este año a valoraciones cercanas a 25 veces sus beneficios esperados, un 25 y un 70% por encima de su media del último lustro, respectivamente.

El recorte de las expectativas de ganancia pone en cuestión sus elevadas valoraciones

Durante años, las marcas de lujo han justificado estos elevados múltiplos gracias a márgenes extraordinarios, una demanda global inelástica y su capacidad para trasladar costes sin perder clientes, a lo que posteriormente se sumó la euforia pospandemia. Sin embargo, dado el enfriamiento económico global, las dudas sobre China y la presión en los márgenes, muchos analistas se preguntan si esas valoraciones siguen estando justificadas.

Por todo esto, la continuación de una política comercial más relajada por parte de la Administración Trump, con el cierre de acuerdos comerciales con diferentes países, que impacte positivamente en el dólar y rebaje la especulación del oro, junto con un crecimiento económico estable, sobre todo por parte de China, serían las primeras claves para sacar al sector de las caídas. Asimismo, UBS asegura que el ciclo de consumo y el entorno global pesan a corto plazo, arrastrando al sector a una clara fase de corrección, pero destaca que las marcas icónicas siguen siendo potentes y que el lujo seguirá fuerte en términos de largo plazo.

El Confidencial

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