Equilibrio en movimiento

El Centre de Visió per Computador de la UAB cumple treinta años. Lo celebramos todos los que en algún momento hemos formado parte de él, el pasado jueves en el Aula Magna de la UAB en la Casa de Convalecencia del Hospital de Sant Pau (exención de responsabilidades: fui el tercer becario).
El padre de la criatura fue, hace ya más de 30 años, el doctor Villanueva, licenciado en ciencias físicas, doctor en informática y visionario a tiempo completo. De hecho empezó en 1985, cuando un pequeño grupo del Departamento de Informática de la UAB decidió ofrecer servicios de procesamiento y análisis de imágenes a otros grupos de investigación de la propia universidad. Analizar bacterias de departamentos de biología, mármol de Carrara para geología o circuitos integrados para microelectrónica. ¿Quién dice que en la pública no se puede emprender?
En 30 años, el CVC se ha convertido en referente de IA y de visión por computadorAquella iniciativa pionera se empezó llamando UPIIA (Unitat de Processament d’Imatges i Intel·ligència Artificial), que se convertiría después en CTI (Centre de Tractament d’Imatges). Finalmente, en 1995 dio lugar al CVC gracias a un consorcio creado por la UAB, el CIRIT y la Generalitat de Catalunya. Observen el apellido “Inteligencia Artificial” ya en 1985, 40 años antes de que la IA se pusiera moda.
Y si el padre de la criatura fue el Dr. Villanueva, la comadrona fue el economista Miquel Puig, que por aquel entonces era el Director General de Recerca e la Generalitat. Presente en el acto de celebración, Puig confesó que iban muy cortos de dinero, pero que aún iban más cortos de proyectos. Y cuando alguien te vende un centro que en el siglo XX trabaja en las tecnologías que van a transformar el XXI, cuesta decir que no.
Tres décadas más tarde, el CVC se ha convertido en un referente europeo en visión por computador e IA. Ha participado en más de 250 proyectos públicos y 620 privados, ha fundado trece spin-offs y ha formado a más de 180 doctores y cientos de profesionales que hoy trabajan en empresas como Google, Amazon, Meta, Apple, Nvidia o Huawei. No sólo publica artículos de ciencia; la transfiere, la convierte en valor, en empresa y devuelve a la sociedad lo invertido con creces.
Josep Lladós, director del CVC, lo definió con una sola palabra: “movimiento”. Villanueva eligió otra: “equilibrio”. Es precisamente esta tensión creativa entre movimiento y equilibrio —entre investigación y desarrollo, entre ciencia y tecnología, entre financiación pública y privada— lo que explica el porqué de todo.
Treinta años transformando visión en impacto, estudiantes en profesionales, emprendiendo dentro y fuera de la universidad. Treinta años que lo han cambiado todo salvo una cosa: la visión del primer día de imaginar el futuro; imaginar tanto en la acepción de 1) formar una imagen mental, como la de 2) concebir, inventar. Que cumplas muchos más.
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