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México estrena laboratorio de bioseguridad en Cinvestav

México estrena laboratorio de bioseguridad en Cinvestav

Como si estuviéramos en la película de 12 monos o Exterminio, donde los virus se encuentran en un laboratorio y de pronto algo se sale de control, así me imaginé al visitar el nuevo Laboratorio de Bioseguridad LBS-3 de Cinvestav Zacatenco. La diferencia es que aquí pude constatar que en la vida real, estos espacios son seguros y que la ciencia ficción se queda para las películas.

Aunque ciertamente la bioseguridad en laboratorios parece asunto de ciencia ficción, trabajar con patógenos, especialmente aquellos que afectan a humanos, requiere de niveles de seguridad extrema con normativas aplicables que garanticen la seguridad.

El doctor José Tapia Ramírez, especialista en Genética, Biología molecular y coordinador del laboratorio, nos platica mientras recorremos las diferentes salas del laboratorio que hay cuatro niveles de bioseguridad. En el nivel 1 se trabaja con microorganismos que no representan un problema potencial para los investigadores ni para el entorno, tampoco se requiere de un gran equipamiento. En el nivel 2 ya es necesario trabajar en una cabina de seguridad biológica que evita, mediante un flujo de aire, que los microorganismos salgan al exterior. En estos espacios se trabaja con patógenos que pueden causar niveles de enfermedad en el humano todavía tratables o curables.

Pero el nivel 3 y 4 están separados del resto. En ellos se utilizan prendas protectoras especiales, se trabaja en cabina de flujo y además, el propio laboratorio cuenta con presión negativa con respecto al entorno que evitaría la salida de los microorganismos, aquí sí es como estar en una película, pues se trabaja con patógenos donde no hay una vacuna y son potencialmente letales. El nivel 4 de bioseguridad, es el de mayor contención pues contiene microorganismos exóticos y que se transmiten fácilmente.

Un laboratorio nivel 3

Estas instalaciones están dotadas de doble puerta, doble seguro y una pre-habitación con una ducha de aire entre ellas, que contribuye a minimizar una eventual salida de patógenos hacia el exterior. Todo tiene un registro y se monitorea 24/7.

"El corazón de los laboratorios de bioseguridad son los sistemas de aire. La extracción es el punto focal porque debe haber presión negativa, lo que entra, no sale, aquí nada puede fallar por eso se tienen suministros de emergencia", explica Tapia.

En estos laboratorios se pretende manipular agentes que causan enfermedades graves al ser humano, como lo fue covid-19, pero también se va a experimentar con animales, por lo que cuenta con una zona para su cuidado con parámetros de temperatura y humedad. El doctor Jorge Fernández Hernández, coordinador de la Unidad de Producción y Experimentación de Animales de Laboratorio (Upeal), nos cuenta que además este laboratorio cuenta con un ABSL-3 dentro de un ABSL-3 (Animal Biosafety Level 3), se trata de un equipo de doble protección único en México y América Latina que ante cualquier situación genera alarmas directas a los investigadores.

Por otra parte, el traje que se utiliza en el área más restringida es un Tyvek. Gustavo Adolfo Torres Franco, médico veterinario zootecnista, nos explica mientras utiliza el traje que éste se carga con una batería y tiene un sistema de respiración autónoma, para que los investigadores respiren aire filtrado. "Gracias a eso aquí se va a poder trabajar diagnóstico con animales de algunas enfermedades causadas por virus como el de la influenza o con bacilos como la tuberculosis".

Incluso la doctora Martha Espinosa, secretaria de planeación del Cinvestav, explica que el personal de limpieza también recibe entrenamiento especializado para el manejo de patógenos.

¿Cómo se logró el proyecto?

En Cinvestav Zacatenco ya existía un LBS- 2, cuando fue la epidemia de influenza por ejemplo. Y en 2020 se hizo algo similar, las muestras venían de varios hospitales, de la Guardia Nacional, del mismo Cinvestav y empresas farmacéuticas. Se apoyó incluso a la Ciudad de México en el diagnóstico, todo esto en el LBS-2, pero justo ahí se dieron cuenta que se necesitaba algo más.

Todas estas implementaciones se lograron con la idea clara de que volveremos a tener pandemias. También hacer ensayos preclínicos para poder acceder a las diferentes etapas de investigación. Muy probablemente algunas vacunas y fármacos estarán saliendo de este laboratorio.

Aunque hay otros laboratorios LBS-3, Espinosa detalla que ninguno con el nivel de instalación y la posibilidad de hacer estudios preclínicos con este rigor. Agrega que una vez que empiece a reunirse material y muestras, los temas de investigación a su vez se podrán ampliar de forma exponencial, por lo que este espacio definitivamente es una buena noticia para el país.

"Tenemos que estar preparados para la próxima pandemia, es una certeza. Y ésta es una respuesta de Cinvestav de cómo prepararnos, pero con los elementos que se requieren", concluye Espinosa.

Eleconomista

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