No hay nada artificial en el secreto del éxito de la IA

Las empresas planean invertir más de 644 mil millones de dólares en inteligencia artificial este año. Sin embargo, mientras los cambios en las políticas comerciales frenan las decisiones de inversión y muchas herramientas de IA tempranas no cumplen sus promesas, el auge empieza a mostrar fisuras. Muchos directivos están bajo una enorme presión para demostrar que estas inversiones generarán resultados —y pronto—.
Es cierto que las presiones externas afectan a los ejecutivos; sin embargo, los mayores obstáculos para el éxito de la IA no son tecnológicos ni económicos. Se trata de alineación. Más de la mitad (53 %) de los consejeros delegados (CEO) afirman que sus equipos tienen dificultades para alinearse o identificarse con la estrategia. La confianza en las estrategias de IA, en particular, ha caído 11 puntos respecto al año pasado.
No se trata de un reto técnico, sino de un reto de liderazgo. La IA representa una oportunidad única para que los líderes den un paso al frente y marquen la diferencia. Nuestra investigación muestra que las empresas que aplican la “fórmula secreta” de poner a las personas en el centro de la transformación tecnológica pueden dar un salto significativo.
No hay nada artificial en el secreto del éxito de la IA. Todo parte de poner al ser humano en el centro de la estrategia. Una IA centrada en las personas es una IA con futuro.
La IA avanza más rápido que la alineación ejecutivaLa IA se ha convertido en un tema cotidiano en las reuniones de dirección, pero no hay suficientes líderes que desarrollen la comprensión necesaria para entender realmente las herramientas en las que están depositando el futuro de sus organizaciones. Solo un tercio de los ejecutivos ha invertido en su propia capacitación en IA durante los últimos 12 meses, a pesar de que sus empresas están destinando millones a nuevas plataformas, pilotos y herramientas.
Esa desconexión genera oportunidades perdidas. Cuando los equipos directivos logran un entendimiento común, la IA deja de ser una iniciativa aislada y se convierte en un motor transversal de innovación. Con mayor alineación o identificación con las estrategias IA, las organizaciones pueden escalar lo que funciona, reducir duplicidades y extraer más valor de sus inversiones.
Aunque el 60 % de los líderes espera que los empleados actualicen de forma proactiva sus habilidades, roles y responsabilidades para adaptarse al impacto de la IA, muchas compañías apenas están comenzando a construir las políticas y bases de datos necesarias para guiar ese camino. Solo el 34 % dispone de una política formal para regular el uso de la IA, y apenas un tercio está invirtiendo en los datos necesarios para cerrar las brechas de competencias. Pero esto también representa una gran oportunidad: con la claridad adecuada, los líderes pueden realizar inversiones más inteligentes en formación, introducir la IA donde realmente pueda aportar valor y crear las condiciones para que cada empleado evolucione junto a la tecnología.
Cuando faltan comprensión y bases sólidas, las estrategias pierden impulso, la innovación no logra escalar y la confianza se resiente. No por falta de visión, sino porque aún no se ha construido el entendimiento compartido necesario para avanzar con firmeza.
Lo que se necesita es liderazgo, no dominio técnicoLos ejecutivos no necesitan convertirse en ingenieros de IA. Pero sí deben entender cómo la IA está cambiando el trabajo, para poder explicarlo, promoverlo y guiar a sus equipos a través de ese proceso.
Veamos el ejemplo de una empresa del sector de ciencias de la vida que se asoció con LHH —una línea de negocio de The Adecco Group— para ayudar a más de 3.000 líderes a adaptarse a un nuevo modelo operativo impulsado por IA. Microsoft hizo algo similar: colaboró con EZRA, también de LHH, para diseñar programas de formación en liderazgo adaptados al despliegue de Copilot, su asistente de IA empresarial. Cuando estos cambios organizativos se producen a gran escala, los líderes necesitan tener la capacidad de adaptación suficiente para acompañarlos.
Las organizaciones que están logrando avances reales comparten tres prácticas clave. Primero, invierten en capacidades relacionadas con la IA desde la alta dirección y reconocen a los líderes que las desarrollan. En segundo lugar, mantienen informada a toda la plantilla compartiendo una visión clara de cómo la IA apoya las prioridades estratégicas y qué implica para cada persona. Y, finalmente, utilizan datos reales —no suposiciones— para comprender dónde están sus empleados y cómo acompañarlos en el cambio.
Aun así, solo el 26 % de las empresas ha conseguido avances significativos en formación y desarrollo durante el último año, pese a que la escasez de habilidades digitales sigue siendo la principal barrera para la transformación tecnológica en 2025.
El mensaje para los líderes es claro: la IA no va a esperar a que te pongas al día. Pero tampoco te reemplazará… a menos que alguien que sí la entienda lo haga antes.
Tu estrategia será tan sólida como tu nivel de comprensión. Los CEO más efectivos en la era de la IA serán aquellos que lideren con propósito, inviertan en su propio aprendizaje continuo y generen claridad, basada en datos, para quienes les rodean.
Esto no es solo un desafío. Es una oportunidad para construir algo mejor. Para tu empresa. Para tu gente. Y para el futuro del trabajo.
Denis Machuel es CEO del Adecco Group
EL PAÍS