Polinizadores, aliados de la humanidad

En México hay cerca de 10 mil especies de polinizadores que incluyen a abejas, avispas, abejorros, hormigas, mariposas, polillas, colibríes, murciélagos. De ellos depende la existencia de más de 20 mil plantas y de esas plantas, nosotros.
Aunque los polinizadores más conocidos son las abejas melíferas, en México hay más de 2 mil abejas nativas, entre ellas las abejas sin aguijón conocidas como meliponas o las abejas solitarias.
En el sur y centro de México, las meliponas tienen un valor particular por varias razones: su miel tiene propiedades medicinales, son más sencillas de criar porque no tienen aguijón, son una economía cada vez más robusta para algunas comunidades y forman parte de la cultura ancestral de los pueblos Maya, Totonaca y Náhuatl.
A pesar de la dependencia que tenemos de los polinizadores, los hemos colocado al filo de la desaparición. Más del 40% de las abejas y mariposas se encuentran en riesgo de extinción; y esto no incluye a muchas especies de las que se ha hecho poca investigación.
¿Qué los ha puesto en ese riesgo?: el avance de los pueblos, ciudades y actividades agropecuarias que eliminan la vegetación nativa; el uso indiscriminado de pesticidas altamente tóxicos en los cultivos agrícolas, en los jardines de las casas y en las áreas verdes de las ciudades. También por el incremento de plagas que los atacan y los cambios en los patrones de temperatura y lluvias generados por el cambio climático, también provocado por nuestra especie.
Más del 80% de los productos que consumimos provienen de la acción de estos organismos. En México se cultivan cerca de 236 plantas y 171 dependen de los polinizadores. Es tan grande esta dependencia y tan serio el decaimiento de estos organismos, que en muchos de los grandes cultivos se arrienda el servicio de polinización a apicultores que crían abejas y ahora también abejorros.
Uno de los trabajos que se impulsaron en la Ciudad de México, cuando la hoy presidenta Sheinbaum era jefa de gobierno, fue la formación de una red de 1,030 jardines polinizadores que incluyeron la capacitación de casi mil mujeres especialistas en la creación y mantenimiento de ese tipo de plantas: “jardines para la vida” se llamaron y a ellas, “mujeres polinizadoras”.
Estos jardines y el esfuerzo de revegetación de la Ciudad de México, mostró que es posible cambiar tendencias: aumentó el número de polinizadores y también el registro de especies que tenían muchos años sin verse, como el murciélago trompudo, el colibrí Barba Negra y el colibrí Opaco.
Un esfuerzo que también permitirá recuperar a estos organismos es el importantísimo decreto que preparan SEMARNAT y SADER en el que se prohibirán 35 plaguicidas de alto riesgo y una norma para el control de las fumigaciones aéreas.
A este avance se suma también el trabajo para restaurar bosques, manglares y selvas del país y con ello regresar a la naturaleza y a los polinizadores: condiciones, refugio y alimento para que vivan y con ello que nosotros también podamos vivir.
* La autora es subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno de México.
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Eleconomista