Política de Trump detiene avance tecnológico de empresas

NUEVA YORK.— Robots educativos, calzado deportivo y utensilios ecológicos forman parte de una creciente lista de productos que no han podido llegar al mercado debido a la política comercial del presidente Donald Trump. Pequeños empresarios afirman que los aranceles han afectado su capacidad para innovar y competir.
Fundadores de firmas como Learning Resources, Made Plus y Dorai Home dijeron que los impuestos a las importaciones, sumados a su carácter cambiante, han desviado el enfoque del desarrollo hacia gestiones administrativas y ajustes presupuestales. La incertidumbre limita sus decisiones.
Kelsey O’Callaghan, fundadora de Dorai Home, señaló que la empresa suspendió nuevos lanzamientos tras el aumento de los aranceles a productos chinos, que llegaron a alcanzar hasta 145%. Posteriormente, la reducción al 30% durante 90 días fue insuficiente para retomar sus planes.
La firma despidió a su director general y al jefe de desarrollo, lo que llevó a O’Callaghan a asumir múltiples funciones. “Realmente no le he dedicado tiempo ni énfasis a la innovación”, admitió, tras la pausa en los envíos desde China y la reanudación parcial posterior.
Por ejemplo, mientras Trump presume avances en negociaciones comerciales con China, empresarios como O’Callaghan afirman que la “montaña rusa” arancelaria sigue siendo una amenaza para sus negocios. La falta de certeza impide inversiones estratégicas.
Analistas del Instituto Peterson y del Instituto de Política Tecnológica advierten que el énfasis en el cumplimiento normativo sobre la innovación podría tener efectos prolongados. “Las empresas terminan por optimizar para el panorama político, no para el tecnológico”, escribieron.
El argumento del presidente es que los aranceles protegerán la manufactura local. No obstante, diversos expertos y grupos comerciales alertan que la fragmentación de cadenas de suministro puede reducir la I+D, sobre todo en firmas tecnológicas y de salud.
En Schylling Inc., fabricante de juguetes nostálgicos, los recortes llegaron con licencias temporales sin goce de sueldo y, más tarde, despidos definitivos. Su exdirectora de mercadotecnia, Beth Muehlenkamp, afirmó que ya no se planea ningún producto nuevo.
Made Plus, que fabrica calzado con materiales reciclados en Maryland, canceló una línea para golf por depender de insumos fabricados en China. Aunque contempla adquirir partes en Vietnam, la inversión en nueva maquinaria sigue en pausa todavía.
Su fundador, Alan Guyan, expresó que las fricciones comerciales le impiden evaluar equipos avanzados. “Estamos cerrando filas un poco”, dijo, en espera de una solución que permita reactivar su apuesta por la manufactura estadounidense.
Además de frenar ideas nuevas, la incertidumbre también ha cambiado la manera de trabajar en las pequeñas empresas.
Directivos que antes estaban enfocados en estrategia e innovación ahora dedican gran parte de su tiempo a renegociar pedidos y reestructurar costos.
La constante oscilación de los aranceles —que cambian en cuestión de semanas— obliga a muchos emprendedores a rehacer planes que estaban en marcha. Esto ha provocado la cancelación de proyectos en fases avanzadas, afectando incluso la moral de los equipos de trabajo.
El impacto también se ha notado en la relación con los consumidores. Algunas empresas deben decidir qué parte del incremento de costos trasladarán al precio final, lo que puede afectar su competitividad frente a grandes compañías con mayores márgenes de maniobra.
En contraste, grandes empresas como Alphabet continúan con sus planes. El gigante tecnológico anunció inversiones por 75,000 millones de dólares este año, destinados principalmente a inteligencia artificial.
Sonia Lapinsky, de la consultora AlixPartners, recomienda a sus clientes mantener el desarrollo de productos, pese a los obstáculos. Pero reconoce que para las pequeñas empresas es más difícil separar las decisiones operativas del impacto arancelario.
Rick Woldenberg, director de Learning Resources, afirmó que hasta 30% del personal se enfoca parcialmente en cuestiones arancelarias. La empresa detuvo el desarrollo de robots educativos y mantiene una batalla legal contra el gobierno de Trump.
Aunque un juez federal falló a su favor, el gobierno apeló la decisión. “Hasta que no ganemos en la Corte Suprema, no habrá certeza”, dijo Woldenberg, quien prevé que aún con una victoria, la incertidumbre podría continuar si la Casa Blanca así lo decide.
yucatan