Salario en dólares: una recuperación que no alcanza el nivel perdido

Aunque el ingreso promedio medido en dólar blue mejoró respecto del piso de 2020, aún está lejos de los valores previos a la crisis.
En Argentina, hablar del salario en términos de dólar blue se ha convertido en una referencia inevitable para dimensionar el poder adquisitivo real en una economía que, aunque nominalmente pesificada, piensa en dólares.
Según un informe de la consultora Focus Market, en junio de 2018 el salario promedio equivalía a US$ 1.548 (blue), un pico que marcó el último respiro de la clase media argentina antes de la caída.
Desde ese entonces, y con una economía atravesada por la inestabilidad, el ingreso promedio se desplomó hasta tocar un piso histórico en junio de 2020: apenas US$ 679. Una cifra que refleja el golpe combinado de la pandemia, los controles de cambio y una brecha cambiaria récord.
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La evolución posterior mostró altibajos. En 2022, el salario promedio en dólares alcanzó US$ 973 y un año después retrocedió a US$ 936. Ya con el cambio de gobierno en 2024, el ingreso en divisas se recuperó parcialmente: US$ 1.258 en abril y US$ 1.363 en mayo. Sin embargo, el ingreso sigue un 12% por debajo del nivel de 2018.
Este indicador, cada vez más monitoreado por trabajadores y empresas, desnuda una realidad incómoda: la aparente estabilización macroeconómica aún no se refleja en los bolsillos. Mientras la inflación desacelera y el gobierno celebra superávit fiscal y acumulación de reservas, los salarios formales siguen sin despegar.
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A esto se suma la pauta oficial de aumentos del 1% mensual, que perdió fuerza frente a una inflación que en marzo sorprendió al marcar 3,7%. Aunque los precios comenzaron a ceder, los ingresos quedaron planchados. El conflicto con los sindicatos es inevitable: mientras el Ejecutivo busca evitar que los salarios motoricen los precios, los gremios reclaman recuperar el terreno perdido.
En palabras del economista Damián Di Pace, director de Focus Market: "En este nuevo escenario económico, donde la inflación comienza a desacelerarse pero sin una recomposición clara del poder adquisitivo, las paritarias empiezan a jugar un rol distinto al que venían teniendo en los últimos años. Tradicionalmente utilizadas como mecanismo de defensa frente a la escalada de precios, hoy aparecen tensionadas entre su función histórica de recomposición y el nuevo objetivo del gobierno: transformarlas en un ancla inflacionaria".
Salarios en términos realesLa brecha es también sectorial: el sector informal mostró en 2025 una mejora en términos reales, en parte por el bajo punto de partida en la base estadística. En cambio, los trabajadores estatales y los formales privados permanecen rezagados, sin haber recuperado aún el nivel de noviembre de 2023.
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Así, aunque algunos números muestran señales de recuperación, la foto general deja poco margen para el optimismo. El desafío de fondo ya no pasa solo por ordenar la macro, sino por traducir esa estabilidad en una mejora concreta del ingreso. Si la economía en su conjunto se encamina, el bolsillo todavía espera su turno.
losandes