Un mes tras el apagón: mucho detalle y pocas certezas

En algún lugar de Granada, Badajoz y Sevilla hace hoy justo un mes se produjeron tres “eventos extraordinarios” que desataron la pérdida de generación de un total de 2,2 gigavatios (GW) en apenas 20 segundos. Fue el peor de los escenarios contemplados para un mercado eléctrico: un apagón total en el sistema español que contagió al portugués.
El detalle con el que la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, narró los acontecimientos que desencadenaron este cero energético, así como la precisión con la que se conoce la reposición del suministro contrasta con la falta de respuesta sobre las grandes preguntas que, un mes después, todo el mundo continúa haciéndose. ¿Cuál fue el detonante? ¿En qué puntos exactos? ¿Fue cuestión de una sola tecnología de generación o estuvieron varias implicadas? ¿Qué afectación económica tuvo?
Las grandes eléctricas contradicen a REE y aseguran que en sus instalaciones no se detectaran fallosA nadie se le escapa que,como han dicho todas las autoridades competentes, nos enfrentamos al análisis de, al menos, 750 millones de datos procedentes de las 124.000 plantas de generación con las que cuenta el sistema eléctrico. Una tarea ardua y que, como ocurre en otros eventos desgraciados como los accidentes de avión, el origen del problema puede tardar en ser identificado. En este caso, al menos seis meses según el plazo que se ha dado la Entso-e, la organización internacional de operadores de redes eléctricas que investiga el suceso junto a la comisión de investigación oficial española, la Comisión Nacional de Mercados y Competencia y hasta la Audiencia Nacional.
Tampoco nadie quiere dar pasos en falso, por lo que la ministra Aagesen prefiere solo hablar de “certezas”. Entre ellas está la cronología de milisegundos de “la sucesión de eventos complejos”, según los calificó la ministra, que provocaron el cero.
En concreto, que se detectaron dos episodios de oscilaciones en el área síncrona de Europa Continental (a las 12.03 h. y las 12.19 h.), ambos controlados, pero el primero anómalo y de origen desconocido. A las 12.30 h., en los momentos previos al incidente, se sabe que la demanda eléctrica en España era de 25.184 MW, un valor razonable para ese día, hora y condiciones meteorológicas. Sin embargo, a partir de las 12.32 h, se produjo la mencionada pérdida súbita y concatenada de generación en distintos puntos de la Península que fue incontrolable.
Un mes de oscilacionesTodas las fuentes del sector consultadas a lo largo del mes eran conocedoras de que el mes de abril estaba siendo “ciertamente preocupante” en cuanto a los eventos de oscilaciones detectados en la red. La propia patronal eléctrica, Aelec, ha pedido que se analicen esos incidentes previos tras confirmar ayer que sus empresas asociadas no han identificado ningún fallo en sus instalaciones. “Las desconexiones se produjeron de forma automática, tal y como establece el reglamento eléctrico, ante una grave situación de inestabilidad de la red. Es decir, los sistemas de protección actuaron como debían hacerlo”, dice en su último comunicado. Está en clara contradicción con la versión de la presidenta de REE, Beatriz Corredor, en la entrevista adjunta.
Detrás de la falta de certezas hay algo más que datos por analizar. Está el problema de asumir el impacto económico del apagón. Los 415 millones de euros en pérdidas comerciales del día 28 que apuntó el Gobierno son solo la punta del peligroso iceberg de las indemnizaciones. La ley obliga a las empresas comercializadoras de energía a asumir las consecuencias de la falta de suministro a sus clientes. Los despachos de abogados velan armas para lo que apuntan que “va ser un gran negocio”. “Hay una gran batalla a dilucidar entre las grandes eléctricas y el gobierno o REE. Los afectados, desde grandes empresas a hogares, tienen derecho a reclamar y eso habrá que estudiarlo caso a caso. Reclamarán a sus comercializadoras y éstas reclamarán a quien se determine como culpable del apagón si es que eso ocurre alguna vez”, apuntan fuentes jurídicas.
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