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Reverencias al realismo alucinado

Reverencias al realismo alucinado

En el principio era el verbo. Así, como el Evangelio Según San Juan del Nuevo Testamento, se inicia la exposición de la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta. Allí, en lo que podemos pensar como el nártex de una iglesia –ese espacio de bienvenida entre el exterior y el interior de una basílica– se ubican todas las páginas del libro Carroña última forma, que da título a la exposición, del poeta argentino Leónidas Lamborghini. Un comienzo en clave de lectura de lo que vendrá unos pasos más adelante.

El emblemático texto de Lamborghini, escrito en el convulsionado contexto local de 2001, propone un deambular que en su forma deconstruye y vuelve a construir sentidos, espacios, lenguaje. Complejo e impactante en su visualidad (la poesía desde Mallarmé sabe de la plasticidad de los espacios en blanco y de las palabras para producir nuevos significados) habla de la carroña como aquello que persiste, como forma posible configuradora; por lo tanto, de una estética y una ética.

Berni auténtico. La tortura. (1976). 192 x 115. (Cosmocosa)Berni auténtico. La tortura. (1976). 192 x 115. (Cosmocosa)

Porque esta exposición de 38 obras y 11 grandes artistas, curada por Carla Barbero y Javier Villa, constituye un ensayo para pensar pasado, presente y futuro de una sociedad, a partir de un recorte de artistas que se encabalgan generacionalmente desde los años 30 hasta el presente.

“Carroña última forma se organiza como un experimento espacial que pivotea sobre la ambivalencia entre iconoclasia y veneración de la imagen. Una paradoja que atraviesa las formas del realismo alucinado, en donde las exploraciones materiales desmesuradas no buscan representar el mundo, sino hacerlo estallar. En estas obras la imagen no ilustra, sube el volumen”, escriben Barbero y Villa.

Espacio Tobías Dirty. Con obras como Maricón (2017), Insomnio (2022) y Ménage à trois (2023). Espacio Tobías Dirty. Con obras como Maricón (2017), Insomnio (2022) y Ménage à trois (2023).

La espacialidad de la gran sala plantea el recorrido de un fiel pagano, si se me permite el oxímoron. Entre la iconoclasia y la veneración, en todo momento palabras e imágenes amplifican sentidos y crean nuevos desde las posibilidades de los lugares intermedios. El diseño arquitectónico de la sala, preservado y enfatizado por los curadores, unido al diseño expositivo tiene reminiscencias de la planta de una iglesia basilical.

Altar del horror y la memoria

Carroña última forma es una propuesta esclarecedora para comprender la interacción entre arte, sociedad y política inserta en una línea de tiempo local. Ubicados en el inicio del recorrido de la “nave central”, visualizamos un altar fulgurante con una tríada de obras, en cuyo ápice se encuentra La Victoria, de 1939, de Raquel Forner. En esta pintura se representa el cuerpo desmembrado de una mujer desnuda con apariencia escultórica (entre una Venus clásica y la iconografía de Jesús crucificado), entre pequeñas escenas en derredor de desesperación y fusilamiento. Debajo de ella, en ese altar con base circular, se encuentran La tortura y La Guerra, ambas de 1976, de Antonio Berni. Estos dos assamblages (inéditos para el público hasta hace dos años) nos confrontan con lo siniestro, el padecimiento físico, la crueldad. Podríamos pensar en un altar del horror, sobre todo de la historia y la memoria.

Verónica Gómez. Reina Pulpo reúne su ejército....(2024)Verónica Gómez. Reina Pulpo reúne su ejército....(2024)

En el camino se nos presentan de espaldas, como los bancos de una iglesia al ingresar, grandes soportes de madera. Para ver las obras colgadas debemos rotar la cabeza. De un lado están las pinturas de Verónica Gómez y, del otro, los trabajos de Santiago O. Rey, ambos mirando a los referentes artísticos situados en el altar. Gómez propone personajes fantásticos, grotescos, y la representación de órganos del cuerpo, de su serie Achuras metafísicas, elaborando un universo donde la metáfora se reproduce entre citas a la historia del arte y diversas formas narrativas. Los cuadros de Santiago Rey cruzan el ensamblaje, la narración visual y la crítica social desde una composición que en su primera apariencia se presenta poética.

Al llegar al “altar”, el recorrido se bifurca. Hacia la derecha encontramos la instalación Berniadas, de Marcia Schvartz (2001),con recortes de diarios, cartones, latas de pintura, espátulas, bolsas de residuos, entre otros materiales de desecho generados por el consumo, como homenaje a Berni y testimonio del momento de crisis política, económica y social de principios del nuevo siglo. O El entorno (2014) entre la economía y la violencia institucional. Desde allí se abre otra zona con el conjunto de Tobías Dirty enmarcado en las problemáticas de género, sexualidad, el underground y las prácticas paganas, como indican los curadores. En todo momento, lo político se hace presente incluso en la literalidad de algunos títulos de sus obras, Tragedia de Cromagnon, Ley de convertibilidad, con esa imaginaría “sensual y monstruosa”.

Maresca. Detalle de Imagen pública (1993).Maresca. Detalle de Imagen pública (1993).

Tríada política y femenina

A lo largo de la muestra se ofrecen claros y precisos textos sobre los artistas. Hacia la izquierda del altar, se sucede una tríada emancipatoria y femenina: Maresca/Stern/Meloni. Los curadores recrearon la obra de Liliana Maresca Imagen pública - Altas esferas (1993), la cual tuvo lugar en el Centro Recoleta y finalizó en la Costanera Sur. En las grandes fotografías en blanco y negro, está el cuerpo de la artista, en algunas desnudo, entre los rostros de figuras políticas de entonces y de militares de la última dictadura. Las imágenes se emplazan entre escombros a manera de ruinas/desechos de la política y sociedad del país. “El cuerpo como catalizador de los traumas sociales en el arte argentino”, puntualizan los curadores. Le siguen las gigantografías de Grete Stern de su serie de fotomontajes a partir de los sueños de mujeres de la década de los años 40, que unieron tempranamente la historia del arte y la perspectiva de género en clave surrealista. Mientras que el video de Verónica Meloni “encarna tensiones urbanas y de género en el espacio público”.

Detalle de la obra de Marcia Schvartz.Detalle de la obra de Marcia Schvartz.

Pasado y presente. ¿Y el futuro? Esta exposición, como sostienen los curadores, sube el volumen. Oigamos, porque “nos toca inventar el futuro próximo”, dijo hace poco Lucrecia Martel. “Un futuro que nos guste, tratemos de inventar un futuro que no sea solo el apocalipsis (…)”, enfatizó la cineasta.

Leemos en el texto de Lamborghini: “Las cosas no se acaban si no se acaba con ellas” (escrito en vertical cada letra en un renglón). ¿Por dónde empezar? La sala Cronopios es un posible comienzo. En una vitrina aún encontramos materiales de El Manuscrito también puede faltar –exhibido por primera vez en la Argentina– de Osvaldo Lamborghini (hermano de Leónidas), donde la experimentación entre escritura, dibujos, collages, fotografías y pinturas multiplica e imagina otras combinaciones. Empezar por acá sería una primera opción poderosamente creativa.

  • Carroña última forma - VVAA
  • Lugar: CC Recoleta, Junín 1930.
  • Horario: mar. a vie., de 12 a 21; sáb, dom. y feriados, de 11 a 21.
  • Fecha: hasta el 12 de octubre.
  • Entrada: gratuita.
Clarin

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