Cómo Madrid planea dividir la ciudad en dos para regular el alquiler vacacional

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado nuevos planes para regular mejor los pisos turísticos en la capital española y separar los edificios residenciales de los vacacionales. A continuación, se detallan las nuevas normas.
El Ayuntamiento de Madrid aprobó este miércoles un nuevo e integral plan de acción para tratar de regular los pisos turísticos en la capital, la gran mayoría de ellos ilegales en la ciudad, que inflan el mercado de alquiler local.
Las cifras publicadas por The Local muestran que el 86,5 % de los pisos turísticos en Madrid no cuentan con la licencia correspondiente o, si la tienen, no la incluyen en su anuncio. Como en muchas ciudades, el problema de los pisos turísticos ha aumentado en los últimos años.
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Las nuevas medidas incluyen la división de la ciudad en dos zonas con el foco puesto en la protección de las zonas residenciales, así como nuevas normas sobre propiedades en planta baja y edificios terciarios.
Borja Carabante, delegado de urbanismo de la ciudad, afirmó en la prensa española que el plan de acción presenta una “oportunidad para mejorar la convivencia” entre residentes y turistas y “dinamizar la zona residencial”.
“Queremos que haya pisos turísticos en la ciudad”, añadió Carabante, pero “sin expulsar a los vecinos”.
El Plan Reside , como se le conoce, dividirá la ciudad en dos zonas: el centro histórico o casco antiguo -donde se concentra la mayor parte de alojamientos turísticos- y el resto de la ciudad.
Según el plan, el casco antiguo comprenderá una cincuentena de calles, incluyendo los distritos de Centro, Chamberí, Salamanca, Retiro y parte de Arganzuela, Moncloa y Chamartín.
En el otro lado se encuentran los distritos situados más allá de la M-30 y algunas zonas situadas dentro de la circunvalación, entre los que se encuentran barrios como Legazpi o Atocha (Arganzuela), gran parte de Chamartín y Moncloa-Aravaca, Tetuán o los distritos de Estrella y Adelfas en Retiro.
Normas de alquiler vacacional en el centro de Madrid
Dentro de ese perímetro definido del centro histórico, se aplicarán tres normas: no se podrán distribuir viviendas turísticas en edificios residenciales —es decir, viviendas individuales o en conjunto—, ni siquiera en la planta baja. Con la nueva normativa, no se concederán nuevas licencias para viviendas dispersas, pero se permitirá el uso turístico de edificios enteros.
"Iremos hacia un modelo de edificación exclusiva: unas para residentes y otras para turistas", explicó Carabante.
En edificios no residenciales, se permitirán sin restricciones, y en edificios residenciales ubicados en calles no terciarias (es decir, no comerciales), solo podrán convertirse en apartamentos turísticos en un edificio exclusivo durante 15 años, con una licencia directa vinculada a la rehabilitación y restauración del edificio. Posteriormente, volverán a ser de uso residencial.
El plan no sólo busca regular mejor el alojamiento turístico, sino también crear nuevas oportunidades de vivienda residencial en la capital.
Para ello, se ofrecerán incentivos a los propietarios para la reconversión de edificios terciarios a viviendas, de modo que las obras resulten rentables. Otra medida permitirá la reconversión de edificios privados en desuso o clasificados como conventos o colegios en edificios residenciales para vivienda asequible o colectiva.
Normas de alquiler vacacional en otros barrios de Madrid
En el resto de la ciudad, el Ayuntamiento permitirá algunos nuevos pisos turísticos en las condiciones actuales (con la obligación de tener acceso independiente mediante puertas separadas, por ejemplo) tanto en edificios completos como en los llamados pisos dispersos que conviven con el uso residencial.
El plan también modifica aspectos del Plan de Alojamiento de 2019, en particular la transformación de locales comerciales en planta baja en apartamentos turísticos, conocidos como "bajos" . Este problema ha sido recurrente en España y se planteó repetidamente durante la ola de medidas antiturísticas del año pasado, ya que los bajos suelen sustituir a negocios locales, muchos de ellos familiares y con una larga trayectoria.
Esta transformación se señala como un ejemplo del carácter gentrificador de los alquileres turísticos de corta estancia en las ciudades españolas.
Entre 2015 y 2024, 3.306 locales comerciales en planta baja se transformaron en viviendas y/o pisos turísticos en Madrid. El Plan Reside ya no permite su conversión en pisos turísticos en el casco antiguo ni en vías terciarias.
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