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El otro talón de Aquiles de Sánchez

El otro talón de Aquiles de Sánchez

Por qué cuatro diputados de Podemos valen menos que siete de Junts?” Esta es la amarga pregunta que se hacía hace unos meses una dirigente del espacio morado, exigiendo al Gobierno de Pedro Sánchez una negociación de igual a igual como la que mantienen los posconvergentes con los socialistas. Al poco cambiaron de tercio, endurecieron sus posiciones en las votaciones del Congreso –ya jugaban en el grupo mixto y lejos de Sumar–y ahora le plantan cara al presidente por los casos de corrupción que salpican a sus dos ex secretarios de organización. De entre todos los socios de investidura, son los que están marcando perfil propio frente al resto de aliados que aún dudan de los pasos que deben dar ante el cariz que toma la legislatura.

La vicepresidente segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, durante una sesión plenaria,

Fernando Sánchez - Europa Press / Europa Press

Bueno, ellos...y Compromís. Una diputada de la formación ha decidido pasar a engrosar las filas del grupo mixto, tras abandonar Sumar entre críticas a Yolanda Díaz y a Pedro Sánchez. Achacan la situación a la negativa del espacio plurinacional de citar a declarar al presidente del Gobierno por los casos de corrupción, pero hace tiempo que querían desligarse de las ataduras de Sumar. Volar en libertad como lo hace Podemos y, ante una posible contienda electoral, disponer de “todos los instrumentos” para ejercer una “oposición contundente” al PSOE.

Las fuga de Podemos y Compromís desgastan a Sumar y le sitúan en una situación de incertidumbre

Pero la fuga quizás no se detenga en Compromís y acabe afectando también a Mes per Mallorca y a la Chunta, que ya barruntan seguir estos mismos pasos y debatirán en sus órganos internos si deben pasar a engrosar las filas del grupo mixto. El desgaste que suponen estas deserciones para Sumar y las diatribas que le dedican en Podemos han instalado al espacio plurinacional en un escenario de incertidumbre del que será difícil salir.

Sumar cumplió a finales de mayo dos años desde su registro, y no ha conseguido consolidarse. Su papel está completamente desdibujado dentro del Gobierno y también fuera. Yolanda Díaz, que sigue siendo la cabeza visible del partido, no ha logrado afianzar su liderazgo ante el resto de partidos que conforman el movimiento y las llamadas de reunificación de la izquierda lanzadas por Antonio Maíllo parecen llegar tarde.

En un momento en el que el PSOE se ve atenazado por los graves casos de corrupción que le rodean, la debilidad de Sumar también le provoca grietas. Por aquí se pueden esfumar las posibilidades de tener unos nuevos presupuestos, si es que está encima de la mesa negociarlos, y de que Sánchez pueda acabar la legislatura.

lavanguardia

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