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El pulso entre PSOE y Sumar se enquista a cinco días de la comparecencia de Sánchez

El pulso entre PSOE y Sumar se enquista a cinco días de la comparecencia de Sánchez

La coalición que sustenta al Gobierno vive una fase de bloqueo estratégico en plena tormenta política. Y aunque las exigencias verbalizadas por Sumar tras la reunión de seguimiento del pacto de coalición han molestado de manera notoria al PSOE, los de Yolanda Díaz han intensificaron ayer su presión pública sobre los socialistas, a quienes reprochan que estén manteniendo al Ejecutivo en un impasse peligroso ante la crisis institucional desatada por el caso de corrupción que afecta a los anteriores secretarios de Organización del partido socialista.

El grupo plurinacional reclama que Pedro Sánchez no comparezca el próximo 9 de julio con un “discurso unilateral”, sino con un paquete de medidas previamente consensuado con su socio de Gobierno. Desde Sumar se insiste en que las propuestas trasladadas ayer al PSOE no son meras sugerencias, sino una hoja de ruta innegociable. “La hoja de ruta que pusimos sobre la mesa es, sencillamente, el mejor mecanismo posible tanto para el fortalecimiento de la coalición como también, y sobre todo, como para recoser la confianza de la ciudadanía”, señalan fuentes de la formación.

“El día 9 es una fecha muy importante para que Sánchez elija si quiere representar a la totalidad del Gobierno de coalición o si simplemente quiere hablar por una parte del Ejecutivo, que es el PSOE”, insisten desde el equipo de Díaz en un mensaje que ayer repitieron, casi palabra por palabra, todos los dirigentes de Sumar que han intervinieron públicamente.

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En ese sentido, el socio minoritario del Ejecutivo lamenta que, a pesar de la gravedad de la situación, el PSOE esté “reaccionando tarde”. Consideran que la reunión del miércoles “llegó tarde”, que la comparecencia del día 9 también “va a llegar tarde”, y que incluso ahora mismo se mantiene un compás de espera excesivo a la espera de que los socialistas celebren este fin de semana su Comité Federal. Y lo aceptan en términos tácticos. Pero advierten de que, tan pronto finalice el cónclave, “no cabe otra” que acelerar las negociaciones. “Ese punto muerto debe terminar ya”, recalcan.

Pablo Bustinduy lo expresó sin ambages: “El PSOE necesita un cambio de actitud inminente”. El ministro de Derechos Sociales alertó de que la legislatura enfrenta una “crisis muy grave”, pero todavía puede reflotarse si el socio mayoritario respeta las “condiciones” de Sumar para relanzar la acción de gobierno.

Enrique Santiago, portavoz parlamentario de Izquierda Unida, fue en la misma línea. Afirmó que su formación se va a “empeñar” en que el trabajo se complete “entre todas las fuerzas de la coalición” antes del 9. “No hay otra forma de proceder”, advirtió, comparando el actual momento con otras ocasiones en que la firmeza del espacio plurinacional forzó al PSOE a rectificar, como sucediera con los contratos de armas con Israel.

Más prudente en las formas, pero no en el fondo, la líder de Sumar en el Gobierno, Yolanda Díaz, también subrayó que Sánchez no puede comparecer sin un acuerdo previo. “Antes del día 9 tiene que tomar medidas. Si no, el presidente va a comparecer no en nombre del Gobierno, sino del PSOE”, alertó. “Así no se puede seguir. Cuando decimos que hay que pegar un giro es que hay que pegar un giro en la regeneración democrática y en lo social”, añadió, aludiendo al infructuoso encuentro del miércoles.

Desde el grupo plurinacional creen que el Gobierno se juega no solo su credibilidad ante el Parlamento, sino la legitimidad de su propio proyecto ante la ciudadanía. “La comparecencia del presidente no debe servir para confrontar las medidas entre socios”, deslizan ante un debate parlamentario en el que se prevé que la oposición saldrá en tromba a erosionar al presidente. “Al contrario. No hay tiempo que perder. Sánchez debe representar a todo el Gobierno para servir inmediatamente de revulsivo y así relanzar la legislatura, que es lo que la ciudadanía está esperando”.

Mientras tanto, el reloj corre. En Sumar lo tienen claro: el impasse tiene fecha de caducidad. El tiempo para gestos ha pasado, y el tiempo para las decisiones debe arrancar la misma noche del sábado.

lavanguardia

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