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Hugo Aguilar Ortiz nuevo Presidente SCJN: Perfil y retos del abogado mixteco

Hugo Aguilar Ortiz nuevo Presidente SCJN: Perfil y retos del abogado mixteco

Con 6.1 millones de votos, el abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz se convertirá en el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a partir del 1 de septiembre de 2025, marcando un hito en una elección judicial caracterizada por la baja participación y controversias sobre su legitimidad.

Tras la conclusión del cómputo de votos de la inédita elección judicial celebrada en México, Hugo Aguilar Ortiz emergió como el candidato más votado para integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, asegurando así su futura presidencia. Aguilar Ortiz obtuvo 6 millones 195 mil 612 sufragios, lo que representa un 5.31% del total de votos emitidos para la SCJN.

Le siguieron en la votación otras figuras notables, como Lenia Batres Guadarrama, con 5 millones 802 mil 19 votos (4.97%), y Yasmín Esquivel Mossa, quien acumuló 5 millones 310 mil 993 votos (4.55%). También resultaron electas Loretta Ortiz y María Estela Ríos. Hugo Aguilar Ortiz asumirá la presidencia del máximo tribunal del país el próximo 1 de septiembre de 2025. Se ha señalado que Lenia Batres, como segunda candidata más votada, podría tener la opción de ocupar la presidencia de la SCJN para el periodo que inicie en 2027.

El perfil de Hugo Aguilar Ortiz resalta por su origen y trayectoria. Descrito como un abogado mixteco proveniente de la Sierra de Oaxaca, su carrera ha estado marcada por la «solidaridad, activismo y tenacidad». Una anécdota que ilustra su compromiso social es haber sorteado derrumbes para llevar ayuda humanitaria a la comunidad de Tlahuitoltepec en Oaxaca.

La llegada de un abogado de origen indígena a la presidencia de la SCJN es un hecho simbólicamente poderoso en una nación con una profunda diversidad cultural y persistentes desafíos en cuanto a la inclusión de las comunidades originarias en las más altas esferas del poder. Este nombramiento podría infundir una perspectiva distinta en las deliberaciones de la Corte, aunque también podría generar expectativas adicionales sobre cómo el máximo tribunal abordará temas cruciales relacionados con los derechos indígenas y la justicia social, añadiendo un nivel más de escrutinio a su gestión.

A pesar de la designación de los nuevos ministros y del futuro presidente de la SCJN, el proceso electoral estuvo ensombrecido por una participación ciudadana notablemente baja y un alto índice de votos nulos. Las cifras oficiales indican una participación de apenas el 12.9% del padrón electoral para la elección del Tribunal de Disciplina Judicial, un porcentaje incluso menor para la SCJN, lo que significa que el 87% de los ciudadanos registrados optó por no participar.

Además, los votos nulos y los recuadros de boletas sin marcar alcanzaron cifras preocupantes, llegando hasta un 43% en algunos estados y promediando un 22.8% a nivel nacional para la elección judicial en su conjunto. De los 13 millones de personas que sí acudieron a las urnas, dos millones anularon su voto.

La Barra Mexicana de Abogados ha calificado esta baja participación (13%) como un factor que «compromete la legitimidad de los nuevos jueces y evidencia fallas de origen en la reforma al Poder Judicial Federal».

Este panorama plantea un serio interrogante sobre la amplitud del mandato popular y la legitimidad percibida de los nuevos integrantes de la SCJN, incluido su presidente. Iniciar funciones con estos números representa un desafío fundamental para un Poder Judicial que requiere un alto grado de credibilidad y confianza pública para ejercer su autoridad de manera efectiva.

“Me da mucho gusto que el próximo de la SCJN sea un índigena mixteco, de Oaxaca”: Claudia Sheinbaum @Claudiashein sobre Hugo Aguilar Ortiz @HugoAguilarOrti, a quien calificó como “un muy buen abogado”. 👇🏼 pic.twitter.com/1qXjrtLKiw

— Salvador Zaragoza Andrade (@SalvadorZA) June 4, 2025
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Hugo Aguilar Ortiz asumirá la presidencia de la SCJN en un momento complejo y con desafíos monumentales. Uno de los principales será, sin duda, trabajar para restaurar y fortalecer la confianza pública en el Poder Judicial, una institución clave para el Estado de derecho. Deberá también navegar las inevitables tensiones políticas inherentes al cargo, esforzándose por mantener y proyectar la independencia judicial frente a otros poderes y actores.

Internamente, la nueva Corte deberá abordar el considerable rezago judicial. La propia reforma judicial introduce nuevas presiones, como el riesgo de destitución para jueces que no desahoguen los asuntos turnados en un plazo de seis meses. Esta disposición, si bien podría buscar agilizar la justicia, también podría llevar a decisiones apresuradas o a una mayor politización si se percibe que los impartidores de justicia actúan bajo la amenaza constante de remoción. Aguilar Ortiz deberá liderar a la Corte en este entorno de alta exigencia, donde la presión por resultados inmediatos será considerable para demostrar la eficacia y legitimidad de la reforma. La pregunta que resuena es si su liderazgo representará «un nuevo aire para el Poder Judicial o apenas una bocanada de aire fresco».

La Verdad Yucatán

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