Junts reclama respuestas a Sánchez y ve margen para endurecer su apoyo

La caída de Santos Cerdán como secretario de organización del PSOE tras conocerse que el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le implica en el presunto cobro de comisiones por adjudicaciones de obra pública ha instalado la incertidumbre a Junts per Catalunya. El ex número tres de los socialistas fue artífice de los acuerdos con JxCat para la Mesa del Congreso y para la investidura de Pedro Sánchez, además de ser el principal interlocutor al que se dirigían los posconvergentes y que formaba parte de la mesa de negociación en Suiza. Su salida impacta de lleno en las relaciones entre ambos partidos y Junts ahora calibra los escenarios que se pueden abrir. Uno de ellos es que, pese al momento de impás, varias voces ven una oportunidad en la debilidad del Gobierno para encarecer sus votos en un momento en el que precisan de resultados de las negociaciones.
De entrada, el interrogante principal por resolver es quién será el elegido para relevar a Cerdán en las negociaciones con Junts. “Contigo empezó todo”, le decía Jordi Turull en febrero al entonces presidente del Euskadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar. El exdirigente jeltzale medió para organizar un encuentro entre Turull y Cerdán en marzo de 2023, momento en el que empezó el deshielo entre JxCat y el PSOE. La relación entre los dos estaba engrasada, había confianza y, ante determinadas resistencias ministeriales –dicen desde Junts–, Santos resolvía. De ahí el temor por el devenir de las negociaciones a partir de ahora y quien asuma este rol en el PSOE. Han perdido la figura con la que había fluidez en el entendimiento. Sorprendió sobremanera en la formación que Sánchez no diera margen a la presunción de inocencia de su ex secretario de organización.
Es en este contexto por el que, ante la gravedad de los hechos, Junts reunió de urgencia a su permanente el jueves por la tarde y decidió reclamar una reunión inmediata con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. En un comunicado, expresaban que quieren conocer “de manera directa” cómo puede seguir la legislatura y, a partir de ahí, decidir en consecuencia. Por ahora, no dejan caer al Ejecutivo.
Más allá de Cerdán, la interlocución también existe con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y con el que era colaborador del ex secretario de organización, Juan Francisco Serrano. A la espera de los cambios que acometa Sánchez en su ejecutiva –y singularmente con su elección para la secretaría de organización–, JxCat desconfía, por ejemplo, de potenciales interlocutores como Félix Bolaños. Siempre han manifestado recelos hacia el ministro de la Presidencia, con mejor sintonía con ERC.
Sea como fuere, la “dimensión” del caso no pasa inadvertida para los posconvergentes y también ven “riesgo” en no dejar caer al Gobierno. Pero el terreno desconocido en el que consideran que puede haber entrado la legislatura tiene esta “ventana de oportunidad”. Con un Gobierno frágil pero que quiere seguir hasta el 2027, “solo puede continuar con los mismos que hasta ahora”, dicen.
El foco está, también, en aquellas cuestiones que siguen pendientes. El partido decidió, tras una petición del mediador Francisco Galindo, retirar el debate sobre la cuestión de confianza con la esperanza de que se fueran zanjando asuntos del pacto de Bruselas. Temas como la oficialidad del catalán en la Unión Europea o que se sustanciara la delegación de competencias en inmigración –algo harto complicado ahora mismo por las resistencias de Podemos– se podían zanjar antes del verano, para algunos, y así tener resultados de la negociación. Están los acuerdos, están los compromisos. Pero falta su materialización. Será la resolución –o no– de puntos como este los que decantarán la balanza en un sentido u otro, aunque sin plazos concretos.
En lo que sí que ha tenido consecuencias todo esto es en la llamada amnistía política. El jueves, Jordi Turull insistía en la conveniencia de un encuentro entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresident Carles Puigdemont para que el primero reconozca al segundo como “interlocutor válido”. Tras lo ocurrido, no quieren jugar el papel de “salvavidas” de Sánchez, por lo que creen que ahora quizá no es el momento idóneo. En este panorama, tampoco se pierde de vista que la amnistía judicial no está resuelta.
Desde el asombro, Junts se mueve con cautela. Este sábado reúne a su consejo nacional, máximo órgano entre congresos. Es una convocatoria ordinaria, pero que las circunstancias han hecho que coincida en plena tormenta política. Será la primera declaración pública del partido una vez se han conocido detalles del informe de la UCO y la intervención la realizará el secretario general Jordi Turull.
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