Sánchez busca atornillar el apoyo de los aliados ante la ofensiva de Feijóo

“Nuestros socios quieren que haya legislatura, pero no van a mantener el apoyo a cambio de nada”, asumen en la Moncloa. Pedro Sánchez salvó el miércoles “la bola de partido” del pleno del Congreso sin que ninguno de sus socios y aliados rompiera relaciones ni demandara un adelanto electoral pese a los escándalos de corrupción que sacuden al PSOE y que amenazan el curso de la legislatura. Pero el presidente del Gobierno es muy consciente de que nadie le extendió un cheque en blanco, y él mismo subrayó en su intervención su determinación para cumplir los “compromisos” adquiridos con todos ellos.
“Este gobierno va a tener que seguir remangándose”, admitió ayer el ministro Óscar López. Y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, pese a resaltar que el debate reforzó la mayoría de la investidura, reconoció: “No somos ingenuos y sabemos perfectamente cuál es la situación de este gobierno. Tenemos una minoría parlamentaria y eso nos obliga a trabajar cada ley hasta el último minuto”.
Pese a que no está ni mucho menos conjurada la amenaza de que otros miembros del Gobierno o del PSOE puedan verse próximamente en el disparadero de las pesquisas judiciales, Sánchez busca atornillar a la carrera el apoyo del bloque de la investidura, para mantener el rumbo de la legislatura, durante este intenso mes de julio. Antes del previsto paréntesis de agosto que la Moncloa confía en que sirva, al menos, para reducir los decibelios de la confrontación política. Hay varias citas relevantes previstas en el calendario para poder lograrlo.
Para empezar, el próximo lunes, 14 de julio, se reunirá la comisión bilateral Estado-Generalitat, en Barcelona, para avanzar en el nuevo modelo de financiación singular y de recaudación de impuestos en Catalunya. Este es uno de los grandes acuerdos pendientes entre el PSOE y ERC, y en el Ejecutivo resaltan que trabajan con la perspectiva de sellar un pacto con los de Oriol Junqueras.
Al día siguiente, 15 de julio, Sánchez y el lehendakari Imanol Pradales reunirán en Madrid la comisión bilateral entre ambos ejecutivos. Avanzar en el traspaso a Euskadi de competencias pendientes –por ejemplo, la gestión de las prestaciones no contributivas y del paro– es a su vez fundamental para que el Gobierno retenga la confianza del PNV, que su portavoz en el Congreso, Maribel Vaquero, advirtió a Sánchez que “va camino de la UCI”.
Además, el próximo viernes, 18 de julio, el Gobierno volverá a defender en el Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea su apuesta por la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones comunitarias. Se trata de uno de los compromisos del Ejecutivo con Junts, clave para mantener el respaldo de los de Carles Puigdemont. “Si Sánchez tiene interés en seguir la legislatura, tiene que cumplir con los términos de Catalunya. Si no cumple, quiere decir que a Sánchez ya le irá bien ir a elecciones”, advirtió ayer Miriam Nogueras.
El jefe del Ejecutivo trata de avanzar este mismo mes en sus compromisos con Junts, ERC y PNVY aún queda pendiente un último pleno del Congreso antes del paréntesis veraniego, el 22 de julio, donde el Gobierno quiere visibilizar que mantiene la confianza de la mayoría parlamentaria con la aprobación de siete leyes e iniciativas legislativas, entre ellas la de la creación de la Agencia de Salud Pública.
El ministro Félix Bolaños advirtió que esa es la verdadera cuestión de confianza que supera el Gobierno: “Seguimos ganando votaciones y aprobando leyes”. “Esta legislatura ya hemos aprobado 36 leyes, que probablemente sean 43 con el pleno de julio”, auguró Bolaños.
Sumar, socio de la coalición, tampoco aflojó la presión. Los de Yolanda Díaz se felicitan de que Sánchez incorporara a su plan anticorrupción muchas de sus propuestas. Pero le urgen a no dormirse en los laureles y activarlas antes de agosto. “Vamos a ser muy contundentes”, avisó Ernest Urtasun. “No vamos a permitir que estas medidas duerman el sueño de los justos”, advirtió Aina Vidal.
PSOE y PP, entre tanto, elevan el choque tras las duras acusaciones que Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se cruzaron la víspera por los casos de corrupción que afectan a sus respectivos partidos. Óscar López advirtió que Feijóo es “el político más sucio que ha habido de primer nivel en España”. Y Pilar Alegría calificó de “desabrido y desaforado” al líder del PP.
Pero los de Feijóo, muy lejos de achantarse, redoblan su ofensiva contra Sánchez, incluso por el flanco familiar como hizo su líder al aludir a los supuestos “prostíbulos” del suegro del presidente, ya fallecido.
Los populares cargan contra un Gobierno al que acusan de “contratar prostitutas con dinero público”El secretario general del PP, Miguel Tellado, alegó que lo único que hizo Feijóo fue recordarle a Sánchez “los negocios de su familia política, nada más y nada menos”. Y aseguró que es el PSOE quien traspasó las “líneas rojas” con sus ataques personales a Isabel Díaz Ayuso, o rescatando de la hemeroteca la antigua relación de Feijóo con el narco Marcial Dorado. “Que Sánchez no vaya por ese camino, que no trate de emponzoñar la imagen de los demás para tratar de tapar las miserias que le rodean como político en ejercicio de su cargo”, advirtió.
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El PP registró acto seguido un alud de preguntas parlamentarias –hasta 18– para exigir al Gobierno explicaciones “sobre el uso de inmuebles públicos utilizados como prostíbulos por el suegro de Sánchez”. “La verdad puede ser muy dura, pero más duro es tener un Gobierno que contrata prostitutas con dinero público y está cercado por la corrupción”, alertó su nueva portavoz, Ester Muñoz.
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